Leopoldo Gil Cornet.



La historia de este premio comienza hace casi tres años, cuando el arquitecto Rafael Manzano Martos (Cádiz, 1936) recibió en 2010 el octavo galardón The Richard H. Driehaus Prize de Arquitectura Clásica, uno de los reconocimientos más importantes del mundo a una trayectoria profesional vinculada a la arquitectura clásica y a la restauración. En la ceremonia de entrega y casi por sorpresa, el mecenas de Chicago y amante de la restauración y del patrimonio, anunció la creación de este premio español al que dotaba de 50.000 euros para reconocer la labor en nuestro país de un trabajo que aúne calidad y rehabilitación arquitectónica de monumentos.



Y así llegamos hasta hoy, cuando el arquitecto Leopoldo Gil Cornet se prepara para recibir mañana de manos de la Infanta Elena el I Premio Rafael Manzano Martos. Un galardón que el jurado de este premio, organizado en España gracias al apoyo de la Fundación Mapfre y de la Real Academia de Bellas de San Fernando, le otorga por la restauración de la Real Colegiata de Roncesvalles, en Navarra, después de estudiar, eso sí, las 31 candidaturas de otros tantos estudios de arquitectura que optaban al premio.



Iluminación de la Iglesia Colegial

Aunque para hablar de esto hay que remontarse a una historia más lejana, de hace 30 años, cuando un joven Gil Cornet (nacido en Barcelona en 1952 pero pamplonés de adopción) empezaba a trabajar en el entorno de Rocesvalles. Arquitecto de la Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra y profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra llegó a esta rehabilitación en enero de 1982, "entonces no había cursos, ni masters y sabíamos muy poco de restauración. Se empezaba a hablar de Mies van der Rohe y de Le Corbusier…", comenta para que nos hagamos una idea de la precariedad del momento. A él le encargaron la restauración de los tejados pero ya entonces sabía que no podía centrarse sólo en eso y su mirada iba más allá. "La presencia del entorno en la arquitectura clásica es un patrimonio añadido. La arquitectura no es algo abstracto, tiene su ambiente, su clima. Hoy se hace una arquitectura completamente descontextualizada, pero cuando se restaura se hace para el monumento. No hay nada más alejado de la arquitectura del espectáculo que la restauración", asegura. Seguramente por eso ha estado al frente de los trabajos realizados en todo el conjunto patrimonial desde entonces.



Cubiertas de la Capilla de San Agustín

"Nos impresionó la actuación en Roncesvalles", confiesa Manzano Martos. "Es la puerta de Europa, la primera estancia de los peregrino en España, un lugar sagrado y, la Colegiata, un maravilloso ejemplo del gótico francés derivado directamente de Notre Dame. Un monumento, además, doblemente restaurado, la primera vez con un trabajo muy torpe que con la intervención de Leopoldo se ha intentado subsanar", explica. "Efectivamente pensé mucho en el peregrino -añade Gil Cornet- el que llega al monasterio quiere ver su Roncesvalles y eso me ha marcado. Claro que tuve tentaciones de modernizar, de montar toda una arquería de madera, por ejemplo, pero al final decidimos dejarlo tal cual ha sido siempre y es el Roncesvalles auténtico". Asegura también haber trabajado despacio, sin prisa pero sin pausa, con mucho estudio previo y una labor de limpieza y construcción que revelan una arquitectura silenciosa pero imprescindible para nuestro patrimonio.



Albergue de Peregrinos

Con experiencia en la restauración de las murallas de Pamplona, el conjunto monumental de Santa María de Ujué y la iglesia románica de San Andrés de Learza (ambos en Navarra), Gil Cornet afronta el futuro con esperanza porque, a pesar de la reducción lógica de presupuesto por la actual coyuntura, sabe que los gobiernos, y concretamente el de Navarra que en esto ha sido pionero, se preocupan cada vez más por la historia y el futuro de nuestro patrimonio del que él se sabe, también como profesor de especialidad de Restauración de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, pieza esencial: "No somos los hermanos pobres de la arquitectura. De hecho estamos formando una cantera estupenda de arquitectos menores de 30 años que ya trabajan con nosotros y que han colaborado ya en el Albergue de Peregrinos que es lo último que se ha restaurado".