El arquitecto Richard Rogers, autor del Pompidou parisino y de la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid, ha muerto a los 88 años, según ha confirmado su hijo Roo Rogers. Conocido como el último humanista, la voluntad de Rogers era la de crear espacios públicos capaces de englobar la diversidad y la complejidad del mundo actual y también la de contribuir a nuevas formas de vida colectiva.
“Los socios y el personal de Rogers Stirk Harbour + Partners reconocen con profunda tristeza la muerte de nuestro colega, amigo y socio fundador. Será recordado como un colega sociable, siempre libre, siempre inclusivo, siempre explorando y mirando hacia el futuro”, ha dicho el equipo de su estudio en un comunicado publicado en su página web.
Rogers nació en Florencia en 1933 en el seno de una familia inglesa. En Italia vivió durante sus primeros años de vida, edad con la que la familia se trasladó a Londres. Allí, estudió Arquitectura en la Architectural Association y amplió sus estudios en la Universidad de Yale, donde conoció a Norman Foster. A su regreso a Londres Foster y Rogers se asociaron y fundaron junto a sus parejas, Wendy Foster y Sue Rogers, Team 4, firma bajo la que construyeron la Fábrica Reliance Controls de Swindon entre 1966 y 1967.
Aquel mismo año el equipo se separó y Rogers empezó a mantener una relación estrecha con el arquitecto italiano Renzo Piano, colaboración de la que surgió una de sus obras más conocidas y emblemáticas: el museo Georges Pompidou, ejecutado entre 1972 y 1977 en París. Una vez finalizado el proyecto Rogers emprendió su aventura en solitario y fundó el estudio de arquitectura que llevaba su nombre, Richard Rogers Partnership.
Desde su propio despacho, que pasó a llamarse Rogers Stirk Harbour + Partners, ideó el edificio Lloyd’s en Londres, la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas junto al estudio de David Lamela, la innovadora casa Zip-up de 1968 o la propuesta para el desarrollo urbano de Lu Jia Zui en Shanghai. Influenciado por la Escuela de Inglaterra de la década de 1970 en sus edificios, y por la manera italiana de aproximarse a las ciudades, la filosofía arquitectónica y urbana de Rogers se basa en su creencia en una sociedad civil y la relación entre la construcción y la inclusión social.
Rogers siempre creyó en el rol social de la arquitectura y se preocupó por el desarrollo ecológicamente sostenible. Mediante el uso de nuevos materiales y técnicas innovadoras, Rogers y su equipo han construido estructuras ligeras, transparentes y respetuosas con el entorno, que establecen un sugerente juego de luces y sombras y que resultan fáciles de comprender y utilizar. Ganador del prestigioso premio Pritzker en 2007, Rogers fue uno de los pioneros del movimiento arquitectónico 'high tech' que transformó los principios estéticos para exponer los elementos funcionales de los edificios.
Otros edificios que llevan su firma son el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (1989-1994), el Palacio de Justicia de Burdeos (1992-1998), la Terminal 5 del aeropuerto de Heathrow (1989-2008), el edificio Channel 4 de la TV gala en la capital británica (1990-1994), el nuevo distrito financiero de Shanghái (1992-1994), la Cúpula del Nuevo Milenio (1996-1999) en Londres, la sede de Asamblea Nacional galesa de Cardiff (1998-2005) o el edificio londinense Grand Union (2001).
En España firmó, junto al español David Lamela, la Terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, obra inaugurada en el año 2006 y por la que recibió el Premio Stirling de arquitectura. En nuestro país ha dejado su huella en otros edificios singulares como las Bodegas Protos de Peñafiel (1993-1999) en Valladolid, el Parque Balear de Innovación Tecnológica "ParcBIT" (1995-2001), activo en Mallorca desde 2002, el Hotel y Centro de Convenciones Hesperia de Barcelona (1999-2006) y la remodelación de la antigua plaza de toros Las Arenas de Barcelona en centro de ocio (2000-2006).
Desde 1991 poseía la Orden de la Legión de Honor de Francia y además del Premio Pritzker recibió otros galardones como la Medalla de Oro Royal Institute de Arquitectos Británicos (1985). También era Amigo de Honor de Barcelona (1997) por su colaboración en el cambio de la ciudad y ostentaba la Medalla Thomas Jefferson Memorial Foundation (1999) y el Praemium Imperiale (2000).
“Hombre de inmenso empuje y carisma, se dedicó al arte y la ciencia de la arquitectura, del urbanismo, la vida de la ciudad, del compromiso político y del cambio social positivo. Su amor por la gente, la discusión, el intercambio de opiniones, la exploración de nuevos caminos y el trabajo cooperativo y creativo, se reflejó en su trabajo”, concluye el comunicado emitido por su estudio.