Vista de la exposición de Nuno Cera en el Centro Cultural de Belén de Lisboa

Iniciaremos nuestro recorrido, como hacemos cada verano, por los países vecinos, aunque hemos de admitir que los que busquen buenas exposiciones de arte contemporáneo en Portugal no tendrán la suerte que tuvieron quienes lo hicieran el año pasado, que, recordarán, pudieron ver una magnífica exposición dedicada a Helen Mirra en las sedes de Lisboa y Oporto de Culturgest y la muy lograda de Petrit Halilaj en la Kunsthalle Lissabon.

Este año, en el Centro de Arte Moderna (CAM) de la Fundación Calouste Gulbenkian, el protagonista será António Charrua, (1925-2008), una de las figuras importantes del siglo XX portugués. Charrua comenzó a pintar en los cincuenta y la exposición refleja la miríada de estilos y preocupaciones por los que transitó durante cuatro décadas. Titulada António Charrua's X, la muestra pasa por la figuración de sus años iniciales para después pasar a la abstracción y culminar en un cierto informalismo, con la inclusión de hierros y maderas que hacen coquetear a su obra con lo escultórico. También podrá verse una exposición con obras de colecciones de instituciones de la península ibérica como el MACBA, la Caixa y el propio CAM, comisariada por la directora del centro, Isabel Carlos, que, bajo el título Tensión y Libertad, presenta obras de muchos de los grandes artistas de los siglos XX y XXI. Ahí están los Nauman, Hamilton, Kippenberger y Kelley además de los españoles Pepe Espaliú y Asier Mendizabal.



Una exposición de dos conocidos arquitectos portugueses y otra dedicada al artista local Nuno Cera conforman la programación veraniega del Centro Cultural de Belén. La primera, dedicada a Joao Gomes da Silva y Paulo David, no es una exposición de arquitectura al uso sino una reflexión en abstracto sobre el modo en que el paisaje puede entenderse como arquitectura. Aquí intervienen factores como la temporalidad y otros no exactamente asociados a la voluntad del hombre, motivos expuestos al azar que configuran una percepción maleable y abierta de la arquitectura. La de Nuno Cera no es lejana a las de los arquitectos, pues versa sobre las relaciones entre el espacio y la música en tanto que se ocupa del espacio del Centro Cultural de Belén, que es extrapolado al urbanismo circundante. El ritmo de las estructuras musicales se enfrenta a la cadencia del lugar, el de dentro y el de fuera.



Kunsthalle Lissabon, el pequeño espacio sin ánimo de lucro que tan buen programa viene realizando desde hace unos años llenando un vacío en el ámbito de las propuestas más contemporáneas que cabría extenderse a toda la península, presenta un proyecto realizado en colaboración con dos instituciones italianas, CURA y la Fondazione Giuliani. Se trata de un proyecto colectivo con artistas tan destacados como Daniel Steegmann, Lili Reynaud-Dewar, o André Romau que se dirige hacia una idea de entropía a través de la cual se pasa del orden y la armonía a la confusión y el caos. La parte lisboeta se inaugurará el 27 de julio. Steegmann empieza a ser un buen conocido en la vecina Lisboa a partir de sus exposiciones en la galería Múrias Centeno.



Detalle del póster de General Idea, 1979, en Culturgest (Lisboa)

En Culturgest, la exposición Honey I rearranged the collection propone una selección de posters y carteles de artistas de la Colección Lempert, que desde los años 60 ha reunido más de 15.000 ejemplares. El título de la muestra parte de un conjunto de obras del artista estadounidense Allan Ruppersberg y quiere profundizar en aspectos relacionados con el modo en que se gestionan las colecciones. Así, a una primera presentación de carteles de algunos de los principales protagonistas de la colección, como John Baldessari, Rodney Graham, Reinhard Mucha o Christopher Williams, seguirán presentaciones en 2017 y 2019 realizadas respectivamente siguiendo criterios temáticos y cronológicos.



En Oporto, dos exposiciones muy interesantes pueden verse en el siempre sugerente Museo Serralves, el edificio de Álvaro Siza en el barrio de Boavista. Una muestra colectiva, Sob as Nuvens: da paranoia ao sublime digital, (Bajo las nubes: de la paranoia al digital sublime), organizada por el Conservador Jefe Joai Ribas, explora el tránsito entre dos ambientes muy diferenciados, el de la Guerra Fría y el de la esquizofrenia de las redes de información. Ribas basa buena parte de su discurso en la disolución de los tres elementos que tradicionalmente conformaban la experiencia artística; la obra, el receptor y el contexto, todos ahora alojados en el magma digital indisoluble. La exposición mezcla figuras históricas con los artistas que despuntan hoy en ese modelo que analiza la naturalidad con la que la tecnología se ha instalado en nuestras vidas.



Una muestra muy diferente, porque es individual y porque tiene lugar en la bellísima Casa de Serralves, es la dedicada a la artista marroquí nacida en París Yto Barrada, una exposición que ha comisariado la directora del centro, Suzanne Cotter, con el que sigue fortaleciendo su interés por las dinámicas artísticas del mundo árabe (fue responsable del Guggenheim Abu Dhabi Project). La exposición de Barrada explora la producción artesanal de los bereberes que se guarda en el Musée du Quai Branly de París y otras formas de producción en el Atlas marroquí que nos hablan del tránsito de motivos vernáculos y su inscripción en la dinámica postcolonial.



Obra de Andy Warhol en la exposición Sob as Nuvens: da paranoia ao sublime digital

En la sede de Culturgest de Oporto podremos ver una exposición dedicada a Jef Cornelis, un artista belga que trabajó para la televisión pública flamenca de su país y que en el tiempo que estuvo en su cargo, casi 35 años, realizó más de 200 películas que exploraron los modos de divulgación de la cultura a través de los medios de masas. La muestra revela el gran interés Cornelis suscita entre las instituciones del arte contemporáneo. En estas mismas páginas comentábamos el año pasado la presencia estelar del artista en la Bienal de Liverpool comisariada por Anthony Huberman.



No dejen de ver en Oporto el espacio Una cierta falta de coherencia, un espacio gestionado por artistas en el que está implicado Mauro Cerqueira, bien conocido por el público español. Con su nombre tomado de uno de los más célebres ensayos de Jimmie Durham, el espacio propone una continua reflexión en torno a la ciudad y sobre el concepto de comunidad. Guiado por las transformaciones urbanas y muy pendientes de los procesos de gentrificación de los barrios, Cerqueira y sus compañeros pretenden detener esas derivas ante el riesgo de quiebra de la convivencia en comunidad. Es un lugar que realmente merece la pena visitar. Y no olviden de darse un baño en las piscinas de Alvaro Siza en Leça de Palmeira... Una verdadera joya arquitectónica.



Pasamos a Francia y la primera parada la haremos en Burdeos. El CAPC que dirige María Inés Rodríguez presenta una exposición dedicada a Alejandro Jodorowsky, el polifacético artista chileno afincado desde hace años en Francia, que quiere revelar precisamente aspectos que no son del todo conocidos en el país vecino y que van más allá de las lecturas normativas en torno a su trabajo. La exposición, por lo tanto, va mucho más allá del análisis de sus prácticas en los campos del cine y del tarot. La comisaria ha recurrido al artista griego Andreas Angelidakis, quien ha creado un environment específico para acoger la obra de Jodorowsky y en el que las diferentes prácticas convivirán en una estructura desjerarquizada. También puede verse en el CAPC la exposición que Yara Sonseca comisarió recientemente en La Casa Encendida en torno a la figura de José Antonio Suárez Londoño, una exposición que viajará más tarde a la Colombia natal de la artista (y de Rodríguez).



Vista de la exposición de Alejandro Jodorowsky, en el CAPC de Burdeos

En el Carré d'Art de Nîmes ha recalado la exposición Formas Biográficas, que pudo verse en el Museo Reina Sofía el año pasado. La muestra colectiva, comisariada por Jean François Chrevier, autor francés que ha trabajado este asunto con pasión durante su ya larga trayectoria. La clave de la exposición es que la identidad no es algo que se gesta per se sino algo que se construye, y el recorrido ofrece una miríada de propuestas en las que la identidad es sistemáticamente modelada como si fuera un trozo de barro.



A sólo media hora en coche hacia el sureste nos recibe la bellísima ciudad de Arles, que todos los veranos se engalana con su festival de fotografía y, desde no hace mucho, con sus exuberantes fundaciones LUMA y Van Gogh. Los Rencontres de Arles son una de las citas importantes de la temporada francesa (en 2013 estuvieron cerca de alcanzar los 100,000 visitantes). Este año las grandes muestras históricas están dedicadas a Walker Evans y a Stephen Shore, dos colosos de la fotografía norteamericana y la lista la engrosa más de medio centenar de exposiciones.



Ligada a los Rencontres, la Fundación LUMA presenta una muestra titulada Imponderable formada por objetos, fotografías y películas de la colección personal del artista Tony Oursler. Situada en el complejo de estudios a las afueras de la ciudad, la Fundación prevé su inauguración en 2018 (el edifico llevará la forma de Frank Ghery) pero ya está muy activa en espacios adyacentes y su visita merece mucho la pena.



Piles of French Novels, de Van Gogh, en la Fundación Van Gogh

En la Fundación Van Gogh, tres son las exposiciones que pueden verse este verano, una dedicada a Roni Horn, otra a la japonesa Tabaimo y otra dedicada a los dibujos de Van Gogh. Además, la Fundación acoge un "préstamo anual" procedente del Museo Van Gogh de Amsterdam. Este año es el turno de Piles of French Novels, un cuadro poco conocido pintado en París en 1887.



Nos desviaremos hacia Avignon antes de bajar a la costa para ver la reapertura de la Collection Lambert. Formada durante décadas por ese estupendo galerista que fue Yvon Lambert, la colección es una de las más importantes en el ámbito privado francés. En el Hôtel de Montfaucon, una gran exposición con fondos de la colección que tocan todas las tendencias artísticas desde los años sesenta hasta la actualidad. Pero la verdadera cita tendrá lugar en el Hôtel de Chaumont, donde se ha trenzado un homenaje al gran director de escena y cine francés Patrice Chereau, fallecido en 2013, uno de los grandes personajes de la cultura francesa de las últimas 4 décadas.



Llegamos, pues, a Marsella, donde el FRAC PACA (Provenze y Costa Azul) presenta una exposición dedicada a Marc Bauer (Ginebra, 1975), uno de los artistas más incisivos en el ámbito del dibujo. La muestra, que ya ha visitado numerosas sedes en diferentes FRACs franceses, es una buena oportunidad para tomar el pulso a las reflexiones en torno a la construcción del concepto de historia. En el MAC de Marsella puede verse una muestra dedicada al artista chileno Alfredo Jaar. Aunque parezca mentira, es la primera gran exposición de Jaar en una institución francesa, y está compuesta por obra suya además de una selección de obras de artistas a los que se siente afín, desde Joseph Kosuth hasta Cildo Meireles.



En La Friche, la antigua fábrica de tabacos reconvertida en centro cultural puede verse un ambicioso proyecto de uno de los grandes de la escultura francesa, Guillaume Leblon. Organizada en el Panorama, la torre construida con motivo de la Capitalidad cultural de Marsella en 2013, acogerá una muestra que es el resultado de un proceso de recolección de elementos urbanos, todos ellos de metal, que han sido seleccionados por su potencial narrativo. El aspecto de la sala es realmente imponente. El proyecto ha sido auspiciado por la Fundación Ricard de París.



Vista de la exposición de Dan Perjovschi en Grenoble

Este año no llegaremos hasta el extremo oriental francés, esto es, Niza, y conduciremos desde Marsella hasta Grenoble donde Magasin propone una extraordinaria exposición del artista rumano Dan Perjovschi. Sus conocidos trabajos en el campo del dibujo y la ilustración se vierten en el gran espacio del Magasin en muy diferentes contextos. En el vecino Museo de Grenoble se podrá ver una selección de las obras más significativas adquiridas por la institución, una de las más antiguas de Francia en al última década. La exposición lleva por título De Picasso a Warhol, una década de adquisiciones.



Seguiremos hacia el norte y haremos parada en St. Etienne. Dejaremos de lado Lyon, donde las instituciones no tienen programa este verano pues preparan ya con buen ritmo al próxima Bienal, que inaugurará al público el próximo 9 de septiembre. En el Museo de Arte Moderno de St. Etienne, decíamos, no conviene perderse una estupenda exposición de obra de Giovanni Anselmo, uno de los artistas povera más aclamados. Algunas de sus obras más emblemáticas pueden verse en el espacio central del Museo y además, el artista ha realizado una adaptación de otra de sus obras que funciona de forma específica en uno de los espacios.



Viremos ahora brevemente hacia el centro del país a visitar uno de los centros más sugerentes de la geografía francesa, el Centro Internacional de Arte y Paisaje de la Isla de Vassiviere. Este año, el centro ha organizado junto a Treignac Project, en la cercana localidad de Treignac, un proyecto en común titulado Being Thing, (Ser cosa), otra tentativa más en la exploración de eso que hoy se llama animismo y que constituye uno de los argumentos centrales en el arte de nuestro tiempo. Se trata de pulsar las posibilidades expresivas de los objetos que existen en el mundo más allá del ámbito de lo humano o, mejor, de ver si estas cosas pueden tener comportamientos humanos. Entre los artistas seleccionados está Michael E. Smith, a quien pronto veremos también cuando estemos en Amsterdam, Pamela Rosenkranz o Sterling Ruby.



Nos hemos desplazado en exceso hacia el centro, pero esta exposición del Centro Internacional de Arte y Paisaje de la Isla de Vassiviere, y el maravilloso entorno natural que rodea la institución (con edificio de Aldo Rossi) merecía la pena. Volvamos ahora hacia el este y paremos en Dijon, donde el FRAC Bourgogne presenta la primera fase de un proyecto en cuatro movimientos que pretende releer su colección, una de las más importantes de ese extraordinario proyecto de gestión pública que son los Fondos Regionales de Arte Contemporáneo en Francia. Bajo el título L'Ordre Cache, (El orden oculto), la exposición tiene su origen en las teorías de Anton Ehrenzweig, quien sostuvo que el arte moderno y contemporáneo tienen escasa relación con la realidad pues atienden fundamentalmente a su orden interno, esto es, a los procesos de producción y recepción más que al de la representación. La exposición está formada por 25 obras de 13 artistas entre los que destaca Peter Downsborough, Hiraki Sawa o Narc Naatzgaam.



Nos estamos acercando poco a poco a París, pero todavía tenemos mucho que ver antes de llegar a la capital donde, lógicamente, nos detendremos un buen rato. A sólo una hora de Dijon, ya en el Franco Condado, nos recibe Besançon, con su extraordinaria ciudadela. En el FRAC de esta ciudad podemos ver una estupenda exposición de la artista suiza Silvia Bächli, creadora de un universo muy personal centrado fundamentalmente en el ámbito del dibujo pero que no da nunca la espalda al acervo tridimensional. Sus dibujos recogen la experiencia de lo vivido. Es una abstracción en apariencia severa, pero no dejan de ser sugerencias y estímulos de sus recorridos diarios, sean estos urbanos o naturales.



Proseguiremos nuestro camino hacia el este en dirección a Mulhouse (aprovechen para hacer parada en la capilla de Ronchamp de Le Corbusier, justo a medio camino) donde el artista mexicano Jorge Méndez Blake presenta por primera vez su obra en una institución francesa en la Kunsthalle Mulhouse. Méndez Blake, que es bien conocido por el público español por sus exposiciones en Travesía Cuatro, acude de nuevo a la literatura como motor de su trabajo. La muestra, titulada Proyectos para una posible literatura, trenza una relación entre la literatura, el receptor y el contexto espacial que los acoge, un lugar propicio a la reescritura y la decodificación.



Obra de Tania Mouraud en el Centre Pompidou Metz

Casi tres horas de coche nos separan de Metz, ya en dirección a París, donde la gran protagonista del verano es la veterana artista francesa Tania Mouraud, que recibe una esperada retrospectiva en el Centre Pompidou y que está también presente en otras instituciones de la ciudad. Mouraud, que nació en 1942 ha sido una artista solitaria, ajena a los movimientos imperantes. Empezó su carrera en el campo de la pintura hasta que decidió destruirla en 1968. A partir de entonces su obra integró un fuerte componente filosófico, como se desprende de sus conocidas habitaciones para la meditación, que quiso introducir en el ámbito privado de la gente. Algunas de sus grandes instalaciones ha sido reconstruida para esta exposición. 9 sedes a lo largo y ancho de la ciudad acogen también el trabajo de la artista.



Retomamos la carretera y haremos parada en Reims, en el corazón de las Árdenas, donde el FRAC Champagne-Ardenne que dirige la comisaria Florence Derieux, propone una muestra de la estadounidense Lisa Oppenheim, artista cuyo medio es la fotografía de corte conceptual. Desde hace ya una década, Oppenheim viene remontándose a los orígenes de la fotografía para pulsar sus procesos, y a través de ellos recorre la historia de la fotografía. Su obra parte de imágenes encontradas, que transforma utilizando procedimientos pertenecientes a muy variados momentos y estilos.



Tras este recorrido por las instituciones francesas llegamos por fin a París, una de las grandes capitales del arte, donde el programa para este verano es tan extenso como interesante. En el Centre Pompidou puede verse hasta principios de agosto la exposición dedicada a Le Corbusier, que lleva abierta desde el mes de abril, pero tal vez la muestra importante en el centro parisino sea la dedicada a Mona Hatoum, artista de origen palestino considerada por muchos una de las grandes mujeres artistas de las últimas décadas. La muestra recorre el trabajo de Hatoum desde finales de los setenta hasta la actualidad. Se detiene ante el trabajo más performativo y de vídeo de la década de los ochenta y más adelante, desde los noventa, en las piezas icónicas en el ámbito de la escultura y las relaciones con el espacio. La muestra, que está compuesta por un centenar de obras, no está montada siguiendo criterios cronológicos sino que se extiende como un mapa, en palabras de la comisaria de la exposición, Christine van Assche.



Obra de Mona Hatoum en el Centre Pompidou de París

También en el Pompidou puede verse una exposición de Valérie Belin, fotógrafa francesa nacida en 1964. La muestra lleva por título Las imágenes intranquilas y termina a mediados de septiembre.



Germaine Krull es la protagonista en el Jeu de Paume, el centro situado en la Plaza de la Concordia que está dedicado a la fotografía. La muestra está formada por material que ha salido recientemente a la luz. Pionera de casi todo, Krull es una de las grandes figuras de la modernidad pero su obra no fue tan difundida como la de otros artistas -hombres- de su tiempo, y esta es una magnífica ocasión para poner en valor su legado. La obra de Valérie Jouvé también puede verse en las salas del Jeu de Paume. Nacida en 1964, su obra tiene tanta relación con las dinámicas del arte contemporáneo como con aquellas relacionadas con la antropología y la sociología. Su obra es profundamente urbana pero la ciudad es hiriente y produce un fuerte extrañamiento. La ciudad constriñe y apabulla, sus ángulos son drásticos y atosigan a los modelos. Jouvé es también cineasta y a través de sus películas cuestiona el sentido de comunidad que se supone inherente a la ciudad y que semeja más bien proclive a un espacio alienante y abyecto.



En el Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris, en la calle del Presidente Wilson, puede verse un conjunto importante de exposiciones liderado por la de Henry Darger, uno de esos artistas diferentes. Darger, estadounidense, nació cerca de Chicago a finales del s. XIX y pasó una vida dominada por sus problemas mentales. Hasta poco antes de su muerte no se supo de su actividad artística, protagonizada por una obra ingente de carácter mítico, una ficción basada en la rebelión de un grupo de niños esclavizados. La exposición ha sido posible gracias a los préstamos del MoMA y del Musée d'Art Brut de Ginebra y constituye la mayor presentación hasta la fecha de la obra de este artista raro en Francia. Darger ha ejercido una influencia importante en muchos artistas contemporáneos.



Además de la de Darger, que dura hasta octubre, pueden verse muestras de Markus Lüpertz y de Carol Rama (ya la vimos en Barcelona) a la espera de la gran exposición de Warhol en la que se mostrará por primera vez en Francia la serie Shadows (1978-1979) en su totalidad. Será en octubre, coincidiendo con la feria FIAC.



Cruzamos la calle y nos metemos en el Palais de Tokyo, un espacio siempre atractivo por su carácter indómito y abierto a la sorpresa. Este año, a la espera de la exposición de Ugo Rondinone que abrirá también en octubre (Rondinone y Warhol serán sin duda dos de las estrellas en la semana del arte de París), puede verse una exposición de Céleste Boursier Mougenot, el artista que representa en estos momentos a Francia en la Bienal de Venecia. Boursier Mougenot ha ideado un proyecto que se basa precisamente en la experiencia veneciana y que ha titulado Acquaalta, a partir de las mareas altas que periódicamente se ciernen sobre la ciudad. Es un proyecto que hace guiños al espectáculo, a la participación activa del receptor y a la sublimación de la experiencia.



La Vraie Carte du monde, 2011, de Chéri Samba en la Fundación Cartier de París

También puede verse una muestra de Jesper Just, artista danés con sus narrativas en vídeo sobreescenificadas que vienen acompañadas de bandas sonoras. Son habitualmente enigmáticos los filmes de Just en los que los personajes y las arquitecturas y espacios que los acogen tienen la misma importancia.



Veremos también un proyecto de Isabelle Cornaro patrocinado por Swarovski en Le Päipe, uno de los espacios emblemáticos del Palais de Tokyo. Cornaro (1974), una de las artistas francesas más relevantes de su generación, ha creado un dispositivo de carácter paisajístico que tiene también mucho de escenográfico. El escenario construido por Cornaro tendrá una importante incidencia física y mental en la percepción del espectador.



Si nos acercamos al barrio de Belleville podremos ver en Le Plateau una muestra organizada por Mathieu Coupland y Philippe Decrauzat, que este año están al cargo de todo el ciclo de muestras en la insitución. Titulada A Personal Sonic Geology, es un proyecto que aúna las propias creaciones de Coupland y Decrauzat en el ámbito de la música y el cine mezcladas con obras de otros artistas como John Armleder o Gustav Metzger.



Nuestra última parada en París será la Fundación Cartier, donde, tras el enorme éxito de la exposición de Bruce Nauman, puede verse ahora una muestra sobre el arte y la cultura en la República Democrática del Congo. Una exposición radicalmente distinta a la de Nauman aunque debemos decir que lo raro fue lo de Nauman, pues esta dedicada al Congo es un tipo de exposición más afín al programa de la Fundación. La muestra tiene a la pintura como protagonista. Arranca con la producción en los años veinte y acaba en nuestros días, con la consolidación de figuras como Chéri Samba. Pero no sólo hay pintura. También se hace especial hincapié en el comic y otras producciones gráficas, el cine o la escultura.



@Javier_Hontoria