Hombres en domingo, 1947
Ahora, en Barcelona, coinciden dos exposiciones sobre su obra; una, magnífica, en la galería Eude; la otra, que vamos a comentar, titulada Joaquim Gomis: de la mirada oblicua a la narración visual, se presenta en la Fundación Joan Miró. Esta última muestra se focaliza, de entre las múltiples derivaciones de su obra fotográfica, en una de sus facetas, el fotoscop. Iniciativa de Joan Prats y el mismo Gomis, el fotoscop consiste, básicamente, en articular una secuencia a partir de una serie de fotografías. Se trata de un trabajo próximo al de los diseñadores gráficos en la prensa ilustrada: contar una historia a través de imágenes. Primero empezaron con proyecciones de diapositivas; luego, a partir de 1952, vinieron los libros.
La exposición se inicia con el viaje de Gomis a los Estados Unidos y, después, a Francia, un viaje que se plantea como una suerte de grand tour o itinerario de formación para un joven de buena familia en los años veinte. Las fotografías realizadas en París y en las metrópolis americanas, incorporan, por primera vez, la modernidad: los picados y contrapicados, la fragmentación, las vistas de los rascacielos, la fascinación por la máquina, por la serie... En definitiva, estas imágenes nos presentan a un Gomis inquieto, poroso y en sintonía con los tiempos, que realiza un trabajo que contrasta con el contexto cultural español y que ha de desembocar -siguiendo el itinerario de la exposición- en el fotoscop.
Pero, ¿qué significa el fotoscop? Los libros de Gomis, siempre en colaboración con Prats, versan sobre Gaudí, Miró, la artesanía, Ibiza, Tàpies... Es decir, giran en torno a una problemática cultural y artística. Y ésta es la clave -o una de las claves- para introducirnos en este tipo de material. Cuando en una ocasión se le preguntó a Gomis qué significaba para él la fotografía, respondió: "Para mí es la máxima realidad […] Yo lo admito todo, soy muy liberal, pero creo que la fotografía no es hacer arte, sino dar a conocer la realidad lo mejor posible". A la luz de esta cita, la fotografía se expresaría como un instrumento para escrutar el arte y las imágenes, una manera de interpretarlas.
Mientras escribo este artículo, estoy hojeando el fotoscop dedicado a Antoni Tàpies que editara Polígrafa en 1967. En él, las reproducciones de las obras del pintor se interrelacionan con las fotografías del entorno del artista, especialmente de lo que fue su residencia en Campins, una antigua masía en el Montseny. Esta confrontación crea asociaciones entre el arte informal y matérico de Tàpies y los objetos artesanales y desgastados por el tiempo del enclave rural de Campins... Objetos y lugares que son portadores de una memoria y unos significados que se deslizan, en un movimiento de ida y vuelta, hacia la obra del artista catalán. Un diálogo entre fotografía y arte que aporta -aunque pueda ser discutible- un punto de vista, una interpretación. Éste es el significado del fotoscop: "dar a conocer una realidad", explorar el misterio de la pintura.