Image: Juan López, esto no es una deuda

Image: Juan López, esto no es una deuda

Exposiciones

Juan López, esto no es una deuda

Superados de confianza

29 junio, 2012 02:00

Esta_tica 1, 2012

Galería La Fábrica. Alameda, 9. Madrid. Hasta el 20 de julio. De 7.500 a 8.500 euros.

En el nuevo trabajo de Juan López se presentan pequeñas instalaciones de dibujo mural y videoproyección. Juegos de palabras, dibujos estáticos que animados con videoproyecciones y mucho mensaje subliminal.

Si tuviéramos que resumir en una palabra la principal línea de trabajo artístico que desarrolla Juan López (Alto Maliaño, Cantabria, 1979) podríamos perfectamente utilizar ésta: trampantojo. Es decir, simulación a través de la representación, en un espacio arquitectónico real, de espacios o elementos ficticios. Claro está que no utiliza la pintura sino otros medios como el dibujo sobre la pared mediante cinta adhesiva o vinilos, que comenzó a combinar hace algún tiempo con proyecciones de vídeo cada vez mejor integradas. Pero el concepto de base es el mismo.

La intención de López no es decorativa, dimensión a la que se asocia el género, aunque sí mantiene un tono lúdico que también se relaciona con él. No obstante, hay en sus obras una observación crítica de la realidad socioeconómica. Es algo muy evidente en La Panera, donde ha creado una instalación espectacular que horada los muros del espacio de arte y deja los "fragmentos del derribo" en el suelo, inspirándose tal vez en La llave del campo, célebre obra de Magritte, de 1936, conservada en el Museo Thyssen. Como en este cuadro, se establece una correspondencia directa entre la imagen -pintura o vídeo- y lo que la superficie en la que se despliega la imagen -el cristal de la ventana o el muro- no deja ver: la realidad exterior. Sólo que en Magritte se trata de un idílico paisaje y en López de un entorno urbano degradado.

En La Fábrica presenta dos tipos de obras: una serie de fotografías intervenidas con vinilos y tres videoinstalaciones en la planta baja, de menor tamaño y ambición que las de Lérida. Las tres se basan en grafismos cotidianos y están relacionadas con la coyuntura económica: el eslogan de una conocida cadena de supermercados cuyo presidente ha creado polémica a través de sus declaraciones sobre el crecimiento y el empleo en España; la palabra deuda, que se transforma en duda, y unos contadores luminosos como de surtidores de gasolinera que acaban formando un mensaje poco convincente: "ten fe". En la planta superior, las fotografías -una parte de su trabajo que apenas se conocía y que promete mucho- complementan esa visión ácida de la actualidad, con la "construcción" de bloques de viviendas en áreas perfectamente urbanizadas que han quedado abandonadas con la profunda crisis del sector. Los bloques monocromos remiten a las barras de los gráficos en los informes estadísticos, de ahí el título de la serie: Esta_ticas. En él, realiza la misma operación que en los luminosos de las videoinstalaciones: la sustracción -por supuesta avería de los mecanismos- de algunas letras modifica el mensaje.

A pesar de que el artista suma nuevos medios a su aún breve corpus sigue estando en ellos muy presente el dibujo, que crea la estructura sobre la que se engarzan imágenes de otro tipo. Pero estas fotografías aportan un novedoso cuidado en la ejecución, en la creación de una geometría y un ritmo internos, siempre vinculados a los elementos reales como farolas, árboles o líneas pintadas en el asfalto, que, junto a la mayor madurez en el enfoque -respecto a otras obras anteriores en que se mostraba más cercano a los conciertos o los videojuegos- augura en este joven artista una dirección que habremos de seguir.