Barragan versión Jacaranda, 2010

Galería Formato Cómodo. Lope de Vega, 5. Madrid. Hasta el 30 de noviembre. De 120 a 4.800 euros.

Estamos de enhorabuena. Ana Roldán (1977), una de las artistas mexicanas más interesantes de la joven escena latinoamericana, llega a Madrid de la mano de la galería Formato Cómodo, que le dedica su primera individual en nuestro país al tiempo que su trabajo se expone en dos importantes colectivas: Primer Acto, con la que el Museo Tamayo de México reabre sus puertas y Surplus Authors, en el Witte de With de Róterdam, junto a Falke Pisano, otro de los nombres importantes que recordar del que ya hablamos en El Cultural.



Como el de ésta, el trabajo de Ana Roldán es poliédrico y hunde sus raíces en la revisión de la Modernidad, la morfología del lenguaje y la compleja idea de primitivismo, identidad y nación. A la suya, la mexicana, la reinterpreta desde la distancia emocional que tiene el hecho de vivir en Zúrich, y desde la lectura crítica que nace al cuestionar la idea de pertenencia a un lugar y a una Historia. Lo que esta artista persigue es ver cómo funcionan algunos de los símbolos del arte moderno mexicano distanciándolos de su tiempo y contexto, para comprobar su universalidad real. En sí, desviar significados. Todos los que encierra un Espejo negro dan título a esta exposición.



No es la única pieza que invita a jugar con el lenguaje. Con Barragan versión Jacaranda (2010) transforma la legendaria estructura de la Silla Miguelito del emblemático arquitecto Luis Barragán y de Clara Porset en una mesa por la que habitan cocos dorados, con el mismo clima tropical. Objetos híbridos devienen, también, las imágenes de la serie Different Orders (2012), fotografías de los objetos que encierran los museos del Cáucaso, que interviene con un simple y geométrico sistema de signos basado en el método del artista mexicano Adolfo Best Maugard (1891-1964). Una interesante búsqueda de alfabetos más allá de las palabras y más allá del idioma con el que la artista parece decirnos que uno no existiría sin el interés del otro.