Joachim Schmid: Pyramids, de la serie 'Other People's Photographs', 2012
Obra-Colección. El artista como coleccionista reúne el trabajo de una serie de artistas y fotógrafos que en el contexto actual de circulación y sobreabundancia de imágenes han renunciado a añadir más. Así Joachim Schmid ha agrupado en conceptos miles de fotografías encontradas en internet, Other People's Photographs; Penelope Umbrico reproduce cientos de fotografías de puestas de sol recogidas de Flickr, Portraits from Flickr Sunsets; Chapela Pérez muestra en un vídeo el resultado de la búsqueda en google de la palabra Gun; Hans Eijkelboom muestra fotografías de gente en Nueva York con números en la ropa y los ordena ascendentemente, New York by Numbers, mientras que Eric Tabuchi hace lo propio con las letras en la parte trasera de camiones, Alphabet Truck. A ellos hay que añadir los trabajos de Martin Parr, Erik Kessels, Ève Cadieux, Richard Simpkin y Jean-Gabriel Périot que funcionan en el mismo sentido como recolectores de imágenes. Es decir, que la selección de propuestas hace hincapié en cómo frente a la abundancia de imágenes en la era de internet y la democratización de la fotografía a través de los nuevos medios digitales, los artistas y fotógrafos contemporáneos pueden seguir reflexionando sobre aquello que ha sido su medio de trabajo, la imagen.
La respuesta de Fontcuberta es discursiva: si los medios de producción se han democratizado, las líneas entre los distintos productores culturales también. Por eso el artista aparece como coleccionista, el coleccionista como comisario y el comisario como artista. En el fondo subyace una consideración de la producción cultural híbrida e interdisciplinar que, en la era de internet y circulación de la información parece haberse hecho efectiva, pero que nos recorre desde las vanguardias: la producción cultural como corta y pega, como reordenación del mundo para poder reflexionar sobre él, está ya en el collage o en el cut-up de William Burroughs. Es destacable que esta reflexión se produzca en una propuesta extremadamente simple por su capacidad para abrirse hacia cuestiones, como hemos visto, más complejas y que en un último giro se abren hacia la cuestión de la autoría.
Empezaba diciendo que aunque esta no es una exposición de obras de Fontcuberta quizás es la exposición más Fontcuberta. Todos esos trabajos de otros artistas en el fondo recorren las líneas de intereses que Fontcuberta ha desarrollado en los últimos años -el corta y pega, la colección de imágenes, no ser él quien hace click- de tal forma que viene a dibujar por los márgenes el perfil de Fontcuberta. Y es ahí donde más contribuye a ese desdibujamiento entre artista, comisario, coleccionista o crítico al enfatizar que lo que menos importa es el medio utilizado.