Miki Leal: Tutti Plan Air, 2013
Un ojo envuelto en una bolsa de Eroski nos interpela nada más entrar a la galería. Es una de las obras de Pere Llobera, uno de los pintores más interesantes actualmente. Retengan este nombre. Los suyos son relatos amables y amargos, que apelan a la vergonzosa incomodidad de ciertos paisajes comunes. Una mirada antiheroica y paródica que traslada, también aquí, a la imagen de una caverna y de un fuego negro de cartón. Alegorías de mundos sensibles y catársicos.
El diálogo es directo con Miki Leal, quien también traslada irónicamente en sus pinturas fragmentos de recuerdos de alguien que incitan a agudizar la mirada y leer entre líneas. Metapintura es también la de Medina Galeote, que presenta trabajos de la serie Gabinete de guerra, relacionado con el Guernica de Picasso, junto a Landscape and Still life, otro paisaje ignoto a través de una mirilla. Quien decide observar lo que hay al otro lado desconoce que está siendo observado. Muy cerca están las cámaras por las que invita a mirar Andrei Roiter. Unos artefactos híbridos que invitan, una vez más, a intuiciones líricas.