Vista de la exposición
A Kruip le interesa lo que la escultura puede generar a través del juego y el movimiento de los planos, casi siempre incluyendo la luz como un elemento plástico fundamental. Algunas de sus piezas incorporan motores que las hacen girar de una manera pausada y a menudo silenciosa, como en las maquetas de cuerpos celestes. Las obras poseen una cualidad meditativa muy acusada e implican al espectador de manera intensa, a pesar de su grandísima sutileza. Dos ejemplos para que se acerquen, con ellos en mente, a ver la exposición y a su poética. En la última edición de Art Basel Unlimited presentó una performance ejecutada sobre una pieza lumínica con el título de A possibility of an abstraction: Circle Dance, en la que un hombre se sumía en el trance de la danza de los derviches, convirtiéndose en una esculturas giratoria viva, absorbida por la luz. Bastante antes, en 2003, con motivo de una exposición en la ciudad de Wageningen, llevó a cabo cada noche una acción que llamó Deseo: lanzaba un solo cohete que atravesaba el cielo como una estrella fugaz.
A la entrada de la galería encontramos una obra bellísima que nos dice también mucho sobre el resto de la exposición y sobre su trabajo en general. Son cuatro focos que crean, sorprendentemente, una amplia sombra circular sobre el suelo, sin que ningún objeto se interponga. Sucede en determinadas obras de Kruip que a primera vista no entendemos el mecanismo (que suele ser simple) que las rige. El resultado es una suspensión, o un suspense, que no está reñido, sino todo lo contrario, con su carácter contemplativo. En esta obra, Phantom (Fantasma) percibimos una ausencia que produce una imagen indiciaria, una huella en forma de sombra con halo. Ese halo, pero de luz, lo encontramos también en Untitled circle, que no es más que un espejo oval dispuesto en horizontal en el que un haz hace reflexión para formar en la pared un círculo de luz... que se deshace en su parte superior.
En muchas de sus obras Kruip introduce un componente de "imperfección" que las hace infinitamente más interesantes que si fueran esa pura geometría. Y lo hace a través de las mismas características de los materiales que utiliza y del medio físico en el que se integran. Ocurre así con la ligera oscilación de los espejos cuyo reflejo forma, en Counter Light, una composición que tiene el mencionado aire vanguardista.
En esta galería de cuidada arquitectura se calculan bien los montajes, y este no es una excepción; transmite perfectamente la austera elegancia de la artista y nos invita a girar nosotros también, pausadamente y en silencio, para apreciar todos los diálogos y sentir los fantasmas.