Vista de la exposición. Foto: Paco Rocha
Ricardo Basbaum es un agente cultural que mantiene una intensa actividad, no solo artística, sino también docente, investigadora y curatorial. Esta exposición en el CGAC, titualda 'Diagramas', es su primera exposición retrospectiva en España.
Esta exposición, su primera muestra retrospectiva en España, que llega tras su paso por la última Bienal de São Paulo, en 2012, y la Documenta 12 de Kassel, se basa en sus Diagramas, que aquí funcionan como un hipertexto que permite seguir su idea de proyecto desde que a principios de los 90 creara sus "Nuevas Bases para la Personalidad" (NBP) y comenzase a trabajar con el discurso y la derivación de éste, visual y verbal al mismo tiempo. Así, todas las paredes del espacio gallego son ocupadas por una serie de vinilos que funcionan como memoria dibujada. Porque en la obra de Basbaum existe una voluntad de dibujar, de cartografiar un proceso, un recorrido que ya existe pero que no ha finalizado. Es como si tratase de coreografiar un recorrido andando. Pienso en cómo, a principios de los 70, Lygia Clark presentó su obra Caminhando, una tira de papel con forma de banda de Moebius, que debía ser cortada por el espectador con una tijera. Terminada la experiencia de caminar la tijera en el papel se acababa la obra. Aquí también se camina y se abraza la esfera pública, pero la obra permanece abierta, en transformación. Por eso muchos de sus diagramas muestran referencias arquitectónicas de los lugares donde se exhibieron: es el caso del CGAC, pero también del singular espacio del Museo de Niteroi, de Brasil, o del MALBA de Buenos Aires, entre otros. Se introduce así la institución que acoge la propuesta, jugando con la idea de lo exterior y lo interior, del arte y la vida.
Vista de la exposición
Todo en el trabajo de este artista abarca una estética potencial y configura una experiencia polifónica. El lenguaje gráfico se desdobla a modo de memoria expandida, ligando la imagen y el sonido y configurando una búsqueda no lineal. Es la recepción, siempre incontrolable, la que organiza el siguiente paso. En este sentido, su obra se muestra expansiva, tanto en la manera de desplegarse en el espacio expositivo como en el modo en que encara estratégicamente lo político desde lo utópico, huyendo de lo literal para proponer una obra libre y ágil donde los resultados finales son impredecibles.
Por todo ello decía que Ricardo Basbaum no es un artista al uso, y mucho menos a la moda. No lo es tampoco porque es un agente cultural que también es docente y ejerce como crítico y comisario. De hecho, ya en 1995, en un texto escrito a propósito de la exposición Escultura Carioca, señalaba que la discusión no estaba en la categoría "escultura", sino en el "objeto", que antes de que una categoría de arte, es una actitud, una postura del artista frente a lo que puede significar trabajar con arte en la actualidad. Basbaum incidía en cómo esa opción implica un estado híbrido que posibilita el aprovechamiento de cualquier material o espacio para conformar una instalación o dar sentido a una performance, y aún, incluso, a una pintura o una escultura. El reto se sitúa, entonces, en abordar lo artístico sin seguridades, sin categorías, lo que implica una distinta actitud en el artista.