...Yo tampoco: Picasso vs Dalí
Picasso-Dalí. Dalí-Picasso
17 abril, 2015 02:00Vista de la exposición
Según uno de los comisarios de la exposición, William Jeffet, Picasso-Dalí, Dalí-Picasso propone un estudio de la relación entre los dos artistas, con sus puntos de encuentro y también de desencuentro, con el objetivo de alumbrar nuevas perspectivas sobre su obra. La imagen tópica, en una primera aproximación, los presentaba como dos mundos aparte, incluso opuestos. Picasso aparecía como un referente de la modernidad, autor del célebre Guernica, y presumía de intelectual progresista opuesto a la dictadura del general Franco.Dalí, en cambio, al menos el Dalí maduro, devenía una expresión kitsch y confraternizaba con el régimen franquista. Sin embargo, en los últimos tiempos, a la luz de investigaciones recientes y de la revisión de la idea de modernidad, vamos tomando conciencia de que las cosas son más complejas. Una de las tesis de la exposición (y este aspecto resulta evidente) es que el joven Dalí se sintió magnetizado por Picasso, pero también que, a la inversa, cuando Dalí estaba implicado con el círculo surrealista, Picasso se interesó por el primero y el Surrealismo.
La muestra articula un sutil itinerario en el que los asuntos y las obras de uno y otro van tejiendo nexos temáticos y formales entre sí. Una de las aportaciones más significativas de la exposición sea, precisamente, la selección de piezas que han realizado los comisarios (Juan José Lahuerta, además del ya mencionado Jeffet), selección que permite establecer este diálogo. En este sentido, uno de los mayores atractivos de la propuesta es que se exhiben piezas de Dalí difíciles de ver en Barcelona y que provienen en su mayor parte de The Dalí Museum de San Petersburgo (Florida), institución de la que ha surgido la iniciativa de esta exposición. Entre otras, una obra por la que tengo especial debilidad es la pequeña joya Venus y cupidos (1925), en la actualidad perteneciente a la colección Colero, así como Retrato de mi hermana y La profanación de la hostia. De Picasso, sobresalen muchas, entre ellas Naturaleza muerta con busto antiguo así como Metamorfosis y el collage Cabeza, que pertenecía al artista ampurdanés y a su esposa Gala y que dieron al Museo Picasso en 1963, el año de su apertura.
Picasso-Dalí, Dalí-Picasso muestra una relación compleja, tejida de admiraciones, pero también de recelos mutuos. En un libro de reciente publicación, Picasso y yo, editado por Víctor Fernández, el mismo Salvador Dalí explica que cuando Picasso (23 años mayor que Dalí) falleció, el artista ampurdanés envió una corona de flores al castillo-taller donde tenía que ser inhumado. Jacqueline Roque, la última compañera de Picasso, la lanzó por la ventana.
Gala y Dalí mantuvieron una relación cordial con Picasso y lo visitaban frecuentemente a principios de los años 30. Además, Dalí escribió diversos textos laudatorios sobre el malagueño. Éste, por su parte, pagó o prestó dinero a la pareja para su primer viaje a Nueva York en 1934... Sin embargo, las cosas cambiaron con la Guerra Civil y la connivencia de Dalí con la dictadura. Picasso se distanció, si bien Gala y Dalí continuaron enviándole cartas y postales. Aunque mil veces repetido, no puedo evitar recordar el episodio en que Dalí escenificó su adhesión al régimen. Ocurrió en el marco de la I Bienal Hispanoamericana de 1951, a la que se había invitado a los artistas más importantes del momento: Picasso, Miro y Dalí. Esta bienal significó uno de los primeros síntomas de un cambio en la política cultural de la administración franquista, hasta entonces ultraconservadora.
Sólo Dalí aceptó la invitación y en este contexto pronuncia su célebre conferencia "Picasso y yo" en el Teatro María Guerrero de Madrid ante las cámaras del NODO y un público enfebrecido. La disertación empieza así: "Picasso es español, yo también. Picasso es un genio, yo también. Picasso tendrá unos 72 y yo unos 48 años. Picasso es conocido en todos los países del mundo, yo también. Picasso es comunista, yo tampoco".