, 2015
Puntos, rectas, ángulos, curvas, bordes, segmentos... Geometría afín y tensión total. Todo dispuesto en la exposición que el joven artista portugués Gonçalo Sena (Lisboa, 1984). Todo estático y en aparente relajación. Sus obras siempre se sitúan al filo de la navaja. En las Geometrías subterráneas dice él en el título. Todo está a medio camino entre la escultura y la arquitectura, entre los procesos físicos y los mentales. Construcción, huella y memoria, revestir y revelar, cubrir y descubrir, binomios de ideas versátiles y reversibles. Nos recuerda mucho al trabajo de Julia Spínola o Mauro Cerqueira, otros artistas de la cantera joven de esta galería: la tensión, la debilidad, el equilibrio, la densidad, la construcción, la destrucción son palabras claves en sus vocabularios. Este río (nos) suena y agua lleva. Y abundante.Gonçalo Sena es un nombre recurrente entre las convocatorias para jóvenes artistas, que gestiona uno de los espacios independientes en Lisboa más interesantes: Pankour. En 2009, ya estuvo nominado al EDP New Artists Award, uno de los más importantes en Portugal, que un año después ganó su colega Ana Santos, a la que también se le parece en esa celebración por todo lo alto de lo frágil e inestable. Y tampoco está lejos André Romão, que en breve tiene exposición en Madrid y con quien lleva a cabo Atlas Projectos.
Mente inquita y una práctica artística que sale de la exposición al uso, aunque la que vemos en la galería Heinrich Ehrhardt es estupenda. Las esculturas de Gonçalo Sena tienen un potencial performativo. Sí, esa palabra que tampoco para de sonar. Seguramente, esa acción latente sea la gran protagonista. Eso que acaba de pasar que no hemos visto o que está a punto. Hay en el movimiento impasible de las obras, algo que nos recuerda, también, al arte povera con resonancias a los Non-Sites de Robert Smithson y algunas de las ideas de Michelangelo Pistoletto. Métodos, ritos y acontecimientos que cuestionan el papel de la escultura como proceso de preparación, estudio y realización. Un poco de encogimiento repentino del estómago. La conclusión aquí está abierta, como las de Rilke, que a Gonçalo Sena le sirven de apoyo para trazar nuevas distancias que miden los insondables caminos de la práctica artística.