La exposición integra obras de distintas técnicas estrechamente relacionadas con obras dadaístas y surrealistas

IVAM. Guillen de Castro s/n. Valencia. Hasta el 10 de abril de 2016.

Cuando un centro de arte importante como el IVAM ha sido tan degradado por su mala gestión durante décadas, ocurre que junto a la esperanza ante una nueva dirección elegida por concurso, siguiendo las buenas prácticas, se suma también una cierta desconfianza que hace que cada uno de sus nuevos pasos sea observado con lupa. Una de las malas prácticas llevadas a cabo en los últimos años fue el reiterado comisariado externo (y muy bien pagado), de la colección del IVAM bajo muy diversas y facilonas perspectivas formalistas, parcialmente cronológicas o simplemente por medios artísticos. En la mayoría, la colección aguantó bien, por ser la que, después de un breve periodo desde la constitución en 1989 de uno de los primeros museos de arte contemporáneo en España, fue considerada la mejor colección pública de nuestro país.



Construyendo nuevos mundos es la primera presentación "permanente" de la colección en esta nueva etapa del museo valenciano, con una decisiva diferencia: ha sido comisariada por el conservador del museo Josep Salvador, conocedor en profundidad del espíritu y letra, junto al nuevo director, José Miguel G. Cortés. Además, se ocupa de la primera mitad del siglo XX, arrancando desde las vanguardias históricas, objetivo privilegiado de las primeras adquisiciones y periodo en el que la colección del IVAM todavía hoy sigue brillando prácticamente frente a cualquier otro museo en nuestro país: no tanto por los nombres de la autoría de los cromos, sino por la excelencia de las propias piezas y la perspicaz y compleja urdimbre entre el enjambre de movimientos que supieron trazar sus primeros responsables. El resultado, fiel a la inspiración original, es modélico.



Sin seguir un desarrollo cronológico, y partiendo de un fondo de más de mil obras entre pinturas, collages, esculturas, carteles y revistas, fotografías y filmaciones, esta presentación enhebra las tres líneas predominantes en la colección: las visiones oníricas y poéticas, el juego analítico materializado en formas abstractas y la crítica del compromiso político. Tres tendencias que se entrecruzan a la par que subrayan su purismo para celebrar la complementariedad de propuestas en la ofensiva de las vanguardias para tambalear el orden establecido, en pos de nuevos imaginarios subjetivos y colectivos.



Dispuesta didácticamente a través de varios capítulos: entre la experimentación y las sombras, el dinamismo espacial; cuerpos soñados, la fascinación de las máquinas, la tentación del movimiento continuo, el misterio de las formas, la inestabilidad del equilibrio, y experiencias fragmentarias, a lo largo del recorrido se insiste en los diálogos entre ismos. El nivel de calidad de las piezas es altísimo, tanto de los protagonistas de la época: Duchamp, Man Ray, Grosz, Hearfield, los Delaunay, Stepanova y Rodchenko, Moholy-Nagy, Naum Gabo y Pevsner, Schwitters, Sophie Tauber-Arp y Jean Arp…, y de menos conocidas, como Käte Steinitz o Margarete Schütte-Lihotzsky.



A modo de contrapeso, en el centro se hallan dos grandes salas que reflejan el impacto del arte en la sociedad de la época bajo perspectivas muy contrastadas. Por una parte, la transformación de la vida cotidiana en el diseño a partir del desarrollo del Estilo Internacional en los años 20 y la impronta de la Bauhaus y De Stijl, con la importante aportación de más de cuarenta piezas, en su mayoría electrodomésticos, de la colección Alfaro Hoffmann. Y por otra, el contraste entre utopía y revolución, con fotomontajes, grabados y carteles que recorren desde la Primera a la Segunda Guerra Mundial y con cuyo impactante montaje se alcanza la cima emocional en esta presentación.



@_rociodelavilla