Leonor Serrano, el cuerpo del paisaje
Limbes describes curbs
2 octubre, 2015 02:00Imagen de la proyección Limbes describes curbs, 2015
Acaba de iniciarse en la performance y se estrena en la videodanza, por lo que no debemos tenerle en cuenta a Leonor Serrano Rivas (Málaga, 1986) algún tic o ese punto de exigencia o de experiencia que le ha faltado para sacar todo el partido a su proyecto. Y por las mismas causas hemos de aplaudirle la apropiación de un argumento de enorme interés histórico y estético que ha sabido desarrollar en varios planos que se complementan y enriquecen. En esta primera individual en Madrid presenta el trabajo final del Máster en Bellas Artes que ha cursado en el Goldsmith College de Londres, con el que ha redondeado su formación en Bellas Artes y Arquitectura y ha culminado un rodaje "perfecto" a través de convocatorias, becas y premios.Su primera tentativa performativa rodeó el Serpentine Pavilion de 2014 como parte del programa Saturday Walks. El cuerpo activador de la arquitectura y la subjetividad creadora de espacios han sido los motores de ésa y de otras de sus propuestas, en las que destaca el uso de proyecciones que interactúan con la narrativa o la experiencia del espectador. Aquí, más que espectadores, la artista nos quiere actores, introduciéndonos en un particular escenario. A través de un libro que tradujo al inglés algunos de los textos clave de la escenografía barroca (el cual se integra en una de las esculturas expuestas) la artista conoció el influyente manual publicado en 1638 por Nicola Sabbattini para fabricar dispositivos escénicos, titulado Pratica di fabricar scene e machine ne' teatri. Éste fue uno de los arquitectos que llevaron al extremo el ilusionismo teatral cortesano, en el que los artificios lumínicos y sonoros se combinaban con una maquinaria diseñada para hacer viajar imaginariamente al espectador a cualquier rincón del orbe... o de los infiernos. Estos "efectos especiales", perfeccionados y tipificados por Sabbattini, pretendían cierto naturalismo en la evocación de paisajes y provocaban gran impresión en el público. Carducho, en sus Diálogos, cuenta sobre la representación de La selva sin amor de Lope que "se veía una mar con tal movimiento y propiedad, que los que la miraban, salían mareados".
Sabbattini ilustra sus instrucciones con diagramas, que han centrado la atención de Leonor Serrano y que han dado pie a un conjunto de esculturas que vemos "tras las bambalinas". Al entrar en el espacio expositivo nos encontramos sobre un entarimado de tablas procedentes de un gimnasio, con trozos de adhesivos que podríamos ver como "marcas" para la función a la que nos vemos arrojados. El telón, que también "describe curvas", integra la maquinaria barroca, representada por la proyección del movimiento de un "coro" de bailarines que, subraya la artista, se mueven como un solo cuerpo paisajístico. Porque, tanto en este vídeo como en las esculturas, Serrano ha dado preferencia a las máquinas de Sabbatini más relacionadas con elementos naturales: mares, ríos, cielos y nubes, vientos, tormentas, rayos, arcoíris, rocas, monstruos marinos y un paraíso.
Esta mímesis corporal de la naturaleza está presente en la danza más arcaica, mágica, que declara la inexistencia de fronteras entre cuerpo y entorno, en afinidad con la aproximación de Serrano a las cuestiones espaciales. Los diagramas del manual barroco inspiran libremente las esculturas realizadas con materiales pobres o encontrados, iluminadas teatralmente, que los traducen con diferentes resultados. Quizá le ha faltado potenciar la expresividad que se aprecia en Cómo hacer que delfines y otros monstruos marinos aparezcan para escupir agua mientras nadan y aclarar la vinculación a las figuras que traza la danza.
@ElenaVozmediano