, 1949. A la derecha, El sueño de fracaso, Idilio n° 7, 1948
Hace unos días se clausuró en el MoMA de Nueva York From Bauhaus to Buenos Aires: Grete Stern and Horacio Coppola y a finales de año el IVAM mostrará su propia colección de los Sueños, que la artista donó al museo valenciano tras celebrarse allí en 1995 una de las primeras exposiciones importantes de su obra en Europa, que itineró al Depósito del Canal de Isabel II en Madrid. Junto a la pequeña muestra en el Círculo de Bellas Artes, esas citas confirman el interés actual por un conjunto de obras muy particular que mantiene una frescura a la que no es ajena su condición de producto artístico para consumo popular.La revista Idilio, destinada a mujeres de clase media y trabajadora, cerró ya su primer número, en 1948, con la sección "El psicoanálisis le ayudará", en la que Gino Germani, un sociólogo postergado por el peronismo, y Enrique Butelman, psicólogo que había estudiado en Suiza con Jung y que había fundado la editorial Paidós (entonces poco rentable), interpretaban bajo el seudónimo de Richard Rest los sueños que las lectoras les hacían llegar; cada uno era ilustrado por un fotomontaje de Grete Stern (1904-1999), quien seguía las indicaciones de Germani en cuanto a las figuras que debía incluir e incluso a líneas generales de la composición. Ella se había iniciado en el psicoanálisis en Londres, donde vivió tras huir del nazismo en 1933 junto a Coppola y fue paciente de la famosa psiquiatra Paula Heimann; también estaba familiarizada con el fotomontaje, por su etapa de formación en la Bauhaus y como fotógrafa publicitaria de corte moderno.
La serie, hasta 1951, alcanzó las 140 entregas pero sólo se conservan 46 negativos realizados por Stern antes de llevar los fotomontajes originales a la redacción, donde se perdieron todos. En esos años y los siguientes ella hizo a partir de los negativos algunas copias para su archivo y sus exposiciones pero sólo quedaron cinco conjuntos completos de 46 vintages.
Hay algunas copias de época sueltas en el Museo Reina Sofía y el IVAM, cuya colección completa de Sueños está aún firmada en 1996 por Stern, que murió tres años después. Las copias que se exponen ahora fueron supervisadas por Horacio Coppola entre 2001 y 2007 y pertenecen al galerista argentino Jorge Mara (representante del legado de ambos ex-esposos) y a la coleccionista española María Marsans. Tienen, lógicamente, un valor mucho menor que los vintages y no son los ejemplares más adecuados para una exposición exigente.
El resto del trabajo fotográfico de Stern en Argentina es muy diferente. Se dedicó sobre todo al retrato y al paisaje, urbano y natural, e incluso hizo un proyecto antropológico sobre los indios del Gran Chaco. Se suele hablar de Surrealismo respecto a estas escenas oníricas pero es un ámbito artístico bastante ajeno a ella, por mucho que haya ecos algo lejanos en sus fotomontajes de John Heartfield, Bréton/Éluard o incluso Dora Maar, ésta mucho más compleja.
El de Stern es un surrealismo superficial (kitsch, opinan algunos) y muy tardío en el que las figuras femeninas que protagonizan las pesadillas, para las que a menudo posaban su hija y su criada, sobreactúan para darles cuerpo. Idilio introdujo en Argentina una interesante forma de narración fotográfica popular, la fotonovela, que podría tener puntos de contacto con los Sueños. Por otra parte, se ha detectado en la serie una moderada crítica social por el tono paródico con el que aborda las situaciones de sumisión femenina, que otras secciones de la revista, como el consultorio sentimental de Silvia Watteau, recomendaban. Hoy nos parece aún más divertida.
@ElenaVozmediano