Detalle de Veladas, los párpados cerrados, 2015
Con una Nit de l'art espectacular, Palma de Mallorca demuestra su poderío en el mapa del arte contemporáneo este comienzo de temporada. Surgió como una iniciativa de la asociación de galerías hace casi dos décadas, y este año a las diecisiete galerías se suman una decena de centros institucionales. La calidad de la oferta va desde la gran instalación de Rebecca Horn en La Lonja y la amplia muestra de Alighiero e Boetti en Pelaires, a las muestras de obra reciente de José Manuel Broto, Ignacio Uriarte y María José Argencio, entre otros.Ante la popularidad masiva del evento invadiendo el centro de la ciudad, que algunos critican en la prensa local tildándolo de pretexto para la fiesta, el museo Es Baluard (que recibió más de 6.500 visitantes) propuso la performance The Characters de Joan Morey, en la que voluntarios portaron pequeñas pancartas con uno de los ciento cuarenta caracteres que caben en un twit, prolongando una frase extraída del ensayo La voz y el fenómeno de Jacques Derrida extramuros de la fortaleza: "En la ‘vida solitària de l'ànima', ja no ens servim de paraules reals, sinó només de paraules representades" (en la ‘vida solitaria del alma' ya no nos sirven las palabras reales, sino sólo las palabras representadas).
En Casal Solleric, que recibió más de diez mil visitantes, además del escaparate de Pepo Salazar en el espacio de Box27, que estaba en línea con su instalación en el Pabellón de España en la Bienal de Venecia, y la intervención poética en el patio de la artista italiana Marisa Albanese, destacan dos exposiciones contrastadas. Procedente de Alemania y con el patrocinio de Sotheby's, CHINA 8. Work in progress, presenta un vasto mosaico con dieciocho jóvenes fotógrafos a través de cuyo trabajo, mostrado de manera monográfica, se descubre un panorama complejo de temas y técnicas. Contemplado en conjunto, tan sorprendente resulta su asimilación de la tradición iconográfica y el arte contemporáneo occidental como el abanico de experimentación e hibridación de la fotografía con la pintura, el vídeo, la escultura y la electrónica.
Detalle de A Alejandra Pizarnik, 1991
Después, Paloma Navares introduciría materiales cotidianos, plásticos y siliconas como envases y soportes de imágenes reproducidas, retroproyectadas y dibujadas que han ido hablando de la retórica impuesta en el vocabulario sentimental de las mujeres y el control y la violencia ejercidos sobre ellas en nuestra y en otras culturas, donde el dolor se disemina como en una cortina de lágrimas. Crítica incisiva que, en cambio, se expresa conformulaciones plásticas sutiles y poéticas. Evocando a Milenia, el alter ego que creó vislumbrando el paso del siglo XX al XXI y que era una Eva futura entre la cosmética y la transgénica, la exposición cierra con una pareja de maniquíes cubiertos con plásticos: imagen severa, de novias muertas y quizás también, de tapadas transgresoras.
@_rociodelavilla