Proyecto para un día nublado, 2016
Retrocedamos a 2012. Lugar: Río de Janeiro, galería A Gentil Carioca, un espacio alternativo fundado por tres artistas: Marcio Bortner, Laura Lima y, el más conocido, Ernesto Neto. Una perla rara con una de las convocatorias trampolín más valoradas por los artistas: Abre alas. Allí aterrizó Carlos Nunes (São Paulo, 1969) buscando su hueco. Había estudiado en la Saint Martins de Londres y acumulado varias exposiciones, aunque esa exposición encendió la chispa. Globos de colores bailaban con el zumbido de unos bafles y celebraban el buen momento que desde entonces vive el artista y que ahora presenta su primera individual en España.Se la brinda la galería Ponce+Robles con un título lleno de misterio, como su obra: ¿Y si las cosas nos mienten? A falta de certezas globales, el artista brasileño tira de momentos lúdicos para preguntarse qué es lo que ocultan los objetos con los que nos relacionamos a diario. El suyo es un trabajo empírico y que juega con la emoción y aquí funciona como una buena cápsula. Por ejemplo, en Esculturas coincidentes Lumen, donde asocia objetos en composiciones arbitrarias, en Chromo redundancy que proyecta una fotografía de un limón sobre una pared amarilla, y en Naranja 03, donde el artista presenta una escultura de arcilla en forma de naranja al lado de una serigrafía como una amplia gradación de color de la fruta. Aunque la obra más especial es Proyecto para un día nublado (2016). Alineados en una de las paredes, aparecen objetos ordenados según su pantone y recogidos por el artista en su paso por Madrid. Un archivo cromático caprichoso que habla del color de la luz y de la sombra de los objetos en desuso.
Nunes hila fino en su cadena de incógnitas, aunque tal vez la respuesta la tenga Perec en Un hombre que duerme: "Aprendes a mirar los cuadros expuestos en las galerías de pintura como si fueran trozos de pared, de techo, y las paredes, los techos, como si fuesen lienzos en los que sigues infatigable las decenas de miles de caminos siempre recomenzados, laberintos inexorables, texto que nadie sabría descifrar".
@bea_espejo