'Shadow of the Erdtree', la lucha fratricida de semidioses que podría ir al cine

Después de alzarse con el premio a Juego del Año en 2022 y de haber vendido más de 25 millones de copias, From Software nos ofrece una expansión colosal para atar flecos de la expansiva mitología de Martin que quedaron sueltos en la trama principal. Para ello, viajamos hasta el Reino de las Sombras, el lugar de origen de Marika antes de su ascensión a la divinidad y el epicentro de la cruzada fanática de Messmer el Empalador, un hijo descarriado que recibe el encargo de purgar a los habitantes de la comarca para guardar los secretos de la reina sin saber que todo forma parte de un plan para librarse de él y de su comunión blasfema con serpientes abisales.

Miquella, el hermano mellizo de la temible Malenia, emprende un vía crucis donde se va despojando de su cuerpo, sus miedos y su corazón para afrontar su ritual de apoteosis.

'Shadow of the Erdtree' reúne las mejores virtudes de un juego icónico y las destila en un entorno fascinante

Si algo ha cambiado de manera sustancial en Shadow of the Erdtree es la exploración. Las Tierras Intermedias nos maravillaron por la enormidad de sus horizontes. Por el contrario, el Reino de las Sombras está construido como un laberinto vertical con caminos que se retuercen sobre sí mismos, ocultando el acceso a nuevas zonas tras pasadizos naturales, obligándonos a replantear nuestro enfoque y desbaratando la idea de que la línea recta es la manera más efectiva de unir dos puntos geográficos. La dirección artística es arrolladora.

Nada más salir a la llanura inicial, el juego presenta la ciudad amurallada de Belurat en la margen izquierda, las ruinas de Rauh reclamadas por el bosque, la fortaleza de la sombra y su imponente viaducto. Por encima de todos, el árbol oscuro que da nombre a la expansión, con sus rebordes flamígeros y sus cortinajes celestiales. Una estampa que no desentonaría en el catálogo de Caspar David Friedrich.

Dos años y medio ha tardado From Software en concebir una ampliación que podría haber funcionado perfectamente como una secuela dado el volumen y calidad de contenido. Reúne las mejores virtudes de un juego icónico y las destila en un entorno fascinante. Mucho se ha hablado de su dificultad, y aunque no es ciertamente apto para timoratos, ninguno de sus desafíos son insuperables, por mucho que su combate final raye en el límite.

Es una expansión gloriosa que continúa el imperio de From Software y de Hidetaka Miyazaki, un autor cuyas ideas han cambiado la historia de los videojuegos. Hace poco, Martin insinuó que se está preparando el desembarco cinematográfico de esta lucha fraticida entre semidioses y aunque se antoja un proyecto harto complicado por su profundo simbolismo, lo que está claro es puede ser el germen de otra gran franquicia transmedia.