Se acerca el final de año y comienza lo que los americanos llaman Season Awards, o sea, "temporada de premios", esas largas semanas durante las que actores y directores dan la impresión de pasarse la vida en una alfombra roja sonriendo y enseñando modelito. Premios los hay a decenas, desde los que conceden los críticos (por cierto, el National Board Review acaba de dar el suyo a Hugo, de Martin Scorsese, y aún quedan los de cada ciudad, condado y etc.) hasta los indies (Spirit) o los Globos de Oro, conocidos popularmente como la "antesala" de los Oscar, que son el hueso duro y se entregan a finales de febrero (hay que señalar aquí que corren rumores de que el año que viene se adelantan las nominaciones a diciembre y la gala a enero).



Aún falta más de un mes para que conozcamos los candidatos al Oscar, que se harán públicos el 24 de enero, pero las quinielas ya están que arden. Entre las favoritas a mejor película se suceden los títulos, no olvidemos que desde hace un par de años la Academia nomina hasta diez películas. En la parrilla de salida, películas que uno se imagina muy fácilmente que puedan estar allí. Como War Horse, el segundo filme que Spielberg estrenará este año, un drama bélico ambientado en la I Guerra Mundial sobre la amistad entre un joven y su caballo. The Artist, de Michel Hazanavicious suena con fuerza, es una película muda que reconstruye el Hollywood de principios de siglo. Que nadie se asuste por lo de muda, es un filme entretenido y brillante más que apto para todos los públicos.



Emma Stone en 'Criadas y señoras', una de las favoritas del público.



Más títulos con bombo y platillo. Criadas y señoras, ya estrenada en España, ha tenido un éxito colosal de público en Estados Unidos y cuenta con buenos sentimientos las tensiones raciales. El árbol de la vida, de Terrence Malick, cuenta a su favor con su Palma de Oro en Cannes y su carga de prestigio, pero la perjudica el ser demasiado "rara" para los gustos de los académicos. Eso sí, la nominación cae seguro. Otros filmes que se dan por supuesto son Moneyball, un drama deportivo con Brad Pitt o The Descendants, la nueva película de Alexander Payne (Entre copas), quien regresa a la dirección con una historia de un hombre (George Clooney) que trata de reconciliarse con sus hijas tras la muerte de su mujer.



Además de los títulos totémicos, hay otros que podrían acabar colándose. Todos los años, por supuesto, tiene que haber sorpresas. Take Shelter, de Jeff Nichols, es el fenómeno indie de la temporada; Drive, de Nicolas Winding, es una fábula ultraviolenta maravillosamente bien dirigida; Beginners, de Mike Mills, es una sensible historia de lazos familiares y La dama de hierro, de Philippa Lloyd, es el biopic sobre Margaret Thatcher que si nada falla, podría darle un nuevo Oscar a Meryl Streep.







Ryan Gosling en 'Drive', que podría colarse entre las candidatas.



La categoría de mejor director coincide con la de mejor película. Aquí sólo habrá cinco nombres en la terna y los directores con mayores posibilidades son Hazanavicius, Scorsese, Spielberg, Malick y Payne. Como mejor actor, todo apunta a que Brad Pitt coronará su brillante trayectoria ganando por Moneyball, pero hay más nombres que pugnan con ardor. Michael Fassbender es el actor de moda y es casi segura su nominación por Shame. Jean Dujardin, de The Artist, revive con gracia el modelo de actor galán del Hollywood clásico; Leonardo Di Caprio ha cosechado grandes críticas por J. Edgar, película de Clint Eastwood sobre el sempiterno director del FBI que no ha convencido a casi nadie. También hay que tener en cuenta a George Clooney por The Ides of March o a otro actor candente como Ryan Gosling por la misma película.



Como mejor actriz, Meryl Streep es la gran favorita como he mencionado. Sería su 17 nominación y su tercer Oscar. Tampoco lo tendrá fácil. A Michelle Williams le están lloviendo los elogios por My Week with Marylin, en la que da vida al mito erótico. Kirsten Dunst ganó en Cannes por Melancolía y su trabajo es imponente. Viola Davis es una excelente actriz y lo demuestra en Criadas y señoras. Glenn Close está magnífica como travesti en Albert Nobbs pero la película es floja. Y Tilda Swinton ha arrasado con su interpretación de madre atormentada por un hijo díscolo en Tenemos que hablar de Kevin, basada en un best seller.



Otro día hablamos de las favoritas como mejor película extranjera. Muy raro sería, me temo, que la española La voz dormida estuviera entre ellas. ¡No la menciona nadie!