Los motores gráficos son la piedra angular sobre la que se construyen las obras videolúdicas. Es el soporte tecnológico básico que limita las ambiciones de un equipo a la vez que posibilita la concreción de sus ideas. Hace dos décadas lo habitual era que cada estudio intentara desarrollar un motor que se adaptara bien a sus necesidades, pero conforme estos fueron aumentando en complejidad, muchos llegaron a la conclusión que era más rentable, tanto en tiempo como en dinero, utilizar los servicios de un tercero. Epic Games lleva veinticinco años desarrollando su propio motor gráfico, el Unreal Engine, y ese ha sido siempre el soporte de su negocio. Los juegos que desarrollaba, aunque muy buenos, eran casi spots publicitarios sobre las capacidades de su tecnología, que con el paso de las generaciones se ha demostrado como uno de los más accesibles y potentes, tanto que lo utilizan desde estudios independientes hasta gigantes con miles de empleados.
Está claro que el éxito descomunal de Fortnite ha cambiado hasta cierto punto la empresa, pero no por completo. Auguran que la gallina de los huevos de oro irá cada vez dando menos, por lo que han sabido expandir y potenciar las diferentes áreas de la empresa. En un momento en el que muchos pensaban que los avances gráficos habían sido tan abultados en los últimos años que cada vez iba a ser más complicado ver las diferencias entre generaciones, la presentación de la nueva versión del motor de Epic nos muestra el potencial de la próxima década del medio. Y es absolutamente brillante.
La demo técnica de Unreal Engine 5 presenta una fidelidad gráfica fotorrealista de la que han destacado dos innovaciones radicales: Nanite y Lumen. Nanite permite la inclusión de assets (elementos gráficos) en el juego sin ningún tipo de rebaja o adaptación en su nivel de detalle, directamente de ZBrush o de las capturas de fotogametría (una técnica por la cual se digitalizan objetos reales). Esto es un avance de una importancia capital en el desarrollo, permitiendo incorporar assets con niveles de detalle hasta ahora reservados al cine, sin perder tiempo en optimizaciones para que el juego pudiera moverlos con fluidez. Lumen, por otro lado, facilita la inclusión de un sistema de iluminación global en tiempo real, sin tener que calcular fuentes de luz de manera independiente, reaccionando de manera realista a posibles cambios en el escenario, y reduciendo en gran medida el tiempo de desarrollo.
Lo más impresionante de la demo es que, según aseguran desde Epic, estaba corriendo en tiempo real sobre una PlayStation 5, y no un PC de gama alta. Esto debería suponer que el horizonte que presenta es factible para un mercado masivo, y no una extravagancia reservada para las élites. También funciona como un hábil puñetazo en la mesa por parte de Sony, que ha sabido contraprogramar el Inside Xbox de la semana pasada donde Microsoft anunció a bombo y platillo que se iba a desvelar gameplay de su consola de nueva generación para terminar decepcionando a todos con una serie de videos editados, ninguno realmente sorprendente. Los japoneses están compitiendo en desigualdad de condiciones. Mientras Xbox ya da esta generación por perdida y ha volcado toda su atención en la siguiente, en PlayStation tienen todavía tres juegos de gran calibre para los próximos meses: The Last of Us Part II, Ghost of Tsushima y Iron Man VR. No pueden dar carpetazo sin más, porque al menos dos de ellos son auténticas superproducciones con más de cinco años de desarrollo y cientos de millones de dólares invertidos. Están obligados a ir adelantando cosas del futuro, pero de una forma que no lleve a su púbico a dar por terminada esta generación antes de tiempo. Es una disyuntiva que Xbox no tiene, ya que no les queda ningún cartucho en esta, lo que explica en parte la curiosa estrategia de los japoneses. De hecho es muy probable que tuvieran esta demostración preparada para la cancelada GDC, y que en el último momento decidieran sacarla de la conferencia que Mark Cerny, el arquitecto principal de la consola, ofreció a través de Youtube hace mes y medio y donde reveló las especificaciones técnicas de la consola. Sabían que iban a salir malparados de las comparaciones en los números de teraflops, por lo que más inteligente era dejar que todo eso pasara, y liberar la demo en un momento más favorable.
Unreal Engine 5 llegará a manos de los desarrolladores de todo el mundo el año que viene si todo va bien, por lo que todavía tardaremos en ver juegos que utilicen el máximo potencial de sus herramientas (2022 como pronto). Epic ha anunciado que adaptarán el transatlántico Fortnite a la nueva versión, algo que puede indicar la facilidad para hacer una transición que en el pasado ha supuesto muchos dolores de cabeza. Se sigue con el mismo modelo de negocio, por el que se reservan el 5% de los royalties de las obras creadas con el motor que se perdonan si se lanza en su tienda digital, la Epic Games Store. Lo que sí va a ser una novedad es que Epic solo va a empezar a cobrar a los juegos que pasen la frontera de un millón de dólares en ingresos, lo que va a hacer florecer el desarrollo de nuevos talentos, que podrán revertir más dinero en sus estudios incipientes. Hay motivos de sobra para ilusionarse de nuevo con el futuro de los videojuegos.