Cuando Capcom lanzó al mercado el remake de Resident Evil 4 en marzo de este año, algunos echaron en falta los capítulos protagonizados por Ada Wong, la misteriosa femme fatale que irrumpe en la historia en momento puntuales para sacar a Leon de un atolladero. Esta historia paralela no formaba parte del contenido del lanzamiento original de Gamecube, sino que apareció casi un año después en la versión de PlayStation 2, por lo que había dudas razonables de si Capcom consideraría que su inclusión en el remake era un asunto insoslayable.
Al fin y al cabo, el juego ya cuenta de por sí con una duración extensa, casi el doble que las últimas entregas de la saga. La solución de la compañía japonesa ha sido presentar la campaña de Ada como una expansión descargable, volviendo al taller para darle una vuelta al diseño, ofreciendo una nueva perspectiva y rellenando los huecos en la trama del juego base.
Mientras Leon está ocupado intentando salvar a la hija del presidente y sobreviviendo al asalto de los pueblerinos infectados por Las Plagas, Ada Wong intenta cumplir con el trabajo que le ha encomendado Wesker: contactar con Luis y garantizar su extracción de la zona del desastre a cambio de una muestra del parásito fosilizada en ámbar. Lo que podría ser en un principio una misión sencilla, se complica sobremanera cuando una monstruosidad ataviada con una túnica negra la emprende con ella en el castillo de Ramón Salazar, iniciando una cacería que llevará sus capacidades al límite.
Separate Ways en su mayor parte tiene lugar en los mismos escenarios que la campaña principal de Resident Evil 4, pero con un orden alterado y creando situaciones jugables completamente nuevas, como un enfrentamiento contra un gigante en la granja, un espacio muy reducido que se transforma al ir destruyendo las edificaciones. Es muy interesante ver cómo los pasos de Ada Wong se entrecruzan con los de Leon, con algunas cinemáticas ejerciendo de puntos de referencia para comprender el paso del tiempo y dónde se localizan los diferentes personajes.
El cachivache de Batman que utiliza para desplazarse con velocidad por los escenarios cambia el ritmo mismo del juego, no solo aumentando la verticalidad de los espacios, sino dándole una ventaja clara a la hora de mantener a raya a las hordas de infectados con patadas voladoras desde varios metros de distancia. En las manos de un jugador avezado, la pistola-gancho es una herramienta temible a la que se le puede sacar mucho partido.
['Resident Evil 4', un fastuoso 'remake' ambientado en la España vaciada]
La interpretación de Lily Gao (que también encarnó a Ada en la película Resident Evil: Welcome to Racoon City de 2021) fue muy criticada en marzo por el tono distante, su frialdad y la falta de convicción en sus diálogos. Aquí nada ha cambiado de manera sustancial. Sigue siendo la misma mujer misteriosa, que se dirige a Leon con displicencia para tratar de ocultar su debilidad por él y que mantiene alianzas cuestionables, sobre todo la que le lleva a trabajar para Wesker, el gran villano de la saga.
Sin embargo, su presencia constante termina por ablandarnos a sus manierismos, dejando caer algunos detalles de su personalidad muy bien traídos. Luis juega un papel mucho más destacado, con una icónica presentación donde se pone a bailar flamenco en su celda, y encaja perfectamente en el papel de la damisela en apuros que se mete en problemas en parte por su torpeza y en parte por su bondad inherente.
No deja de ser muy decepcionante la nula reacción emocional de Ada cuando el pobre se topa con su aciago destino a destiempo y de la manera más dramática. Entendemos que es una mercenaria profesional, pero la manera en que se desentiende de él en sus últimos momentos raya en la psicopatía.
Separate Ways es una notable expansión de un remake de uno de los juegos más influyentes de la historia. Ada Wong en muchos aspectos sigue el patrón de muchas de las Bond girls que hemos podido ver en el cine, con una nebulosa brújula moral, una profesionalidad ejecutiva y un interés por aparecer fenomenal en todas sus intervenciones. La manera en la que está constantemente salvando a Luis y Leon le otorga un contrapunto interesante, sobre todo si tenemos en cuenta su tensa relación con Wesker.
Desde el punto de vista jugable, quizá lo más interesante es cómo ha rescatado algunas secuencias que fueron descartadas para el remake, pero sí que estaban en el original de 2005 (como el teleférico y el pasillo con los láseres) y las ha incluido con un giro de tuerca que las transforma por completo. En definitiva, una campaña que explora los eventos entre bambalinas de Resident Evil 4, recontextualiza muchos de los momentos capitales y se erige como compañera esencial a la aventura de Leon.