George Stobbart y Nicole Collard, los protagonistas del juego

George Stobbart y Nicole Collard, los protagonistas del juego

Homo Ludens

'Broken Sword', vuelven los misterios de los caballeros templarios

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“París en otoño, los últimos meses del año y el final del milenio. La ciudad guarda muchos recuerdos para mí: de cafeterías, de música, de amor... y de muerte”. Con estas famosas palabras comienza George Stobbart una de las aventuras gráficas más celebradas de todos los tiempos y un título que sin duda marcó a toda una generación.

Recuerdo perfectamente el impacto que me causó en 1996. Expandió mis horizontes sobre las posibilidades narrativas de los videojuegos, enhebrando un relato al más puro estilo de los thrillers históricos que por entonces causaban sensación entre el gran público. Una fantástica dirección artística y un doblaje completo contribuyó a la vocación cinematográfica de la historia.

Sin embargo, ha llovido mucho en estas tres últimas décadas y Broken Sword no tiene el enorme tirón de antaño. ¿Tiene el juego de Revolution Software algo que ofrecer con una extensa remasterización en 2024?

George Stobbart es un joven abogado de vacaciones en París. Una tarde, mientras está tomando un café en una terraza, observa cómo un individuo vestido de payaso entra en el local siguiendo a un hombre mayor con un maletín. A los pocos segundos, el payaso huye del local con él y una bomba explota, lanzando a George sobre el pavimento.

En vez de retirarse al hotel traumatizado, el americano decide aliarse con la fotoperiodista Nicole Collard, que llega pocos minutos después al lugar del atentado y le confía que había quedado con el hombre asesinado para una exclusiva, y se dedica a seguir el rastro del ladrón. Rápidamente, sus pesquisas le llevan al epicentro de una conspiración de siglos y a una guerra en la sombra entre los herederos de los caballeros Templarios y la secta de los Hashashin.

La gran novedad de esta remasterización es que Charles Cecil se ha aliado con la Universidad de York para desarrollar una GAN (Generative Adversarial Network) con la que rehacer los 30.000 sprites que conforman las animaciones de los personajes y de sus fondos pintados a mano. Gracias a que el veterano desarrollador británico guarda con celo todos los materiales originales y a unas recomendaciones de un ingeniero de Nvidia, el resultado es de sobresaliente, sobre todo cuando lo comparamos con el apartado visual original, algo a lo que podemos acceder pulsando un botón.

La dirección artística siempre ha sido portentosa, pero las limitaciones del hardware de mediados de los 90 no perdonan. Para que el juego pudiera correr en las máquinas de entonces, Cecil y su equipo se vieron obligados a comprimir el arte una barbaridad, pixelando y emborronando el delicado trabajo de sus artistas y animadores.

Esta remasterización, a la que han denominado Broken Sword: Shadow of the Templars Reforged, presenta sus atributos a una resolución 4K, destacando la luminosidad de sus acabados, su portentoso nivel de detalle y una paleta de colores vibrante. El juego luce tal y como lo tenía guardado en mis recuerdos, no como lo hacía de verdad. Es una versión idealizada de una obra constreñida en su momento por las circunstancias de la época.

En cuanto al juego en sí, estamos ante una aventura gráfica de corte clásico. El género perdió popularidad a principios de siglo por su rigidez y su renuncia a innovar en el aspecto mecánico. Lo que tenemos aquí es un relato bien narrado, unos personajes carismáticos, un diálogo fresco y cargado de ironía y unos puzles de inventario sencillos pero efectivos.

Una imagen del juego

Una imagen del juego

George explora varios de los distritos de París y, más tarde, hace excursiones a Irlanda, España y Siria para seguir las pistas de la conspiración centenaria, recopilando objetos, interrogando a personajes y resolviendo puzzles en ruinas templarias. Todo fluye con naturalidad con un único pico de dificultad que se ha labrado una reputación infame a lo largo de estos años (me refiero, cómo no, al de la cabra malhumorada del patio del castillo irlandés).

Más allá de este exabrupto, la dificultad está muy ajustada y el juego sabe con mucho tino limitar el espacio de juego para mantener las posibilidades en un punto manejable. A pesar de todo, Revolution ha incluido un sistema de pistas bien pergeñado que puede orientar al jugador sin revelar el pastel directamente.

Esta nueva versión de Broken Sword: Shadow of the Templars luce de manera espectacular, pero en esencia es un juego de 1996. El doblaje se ha mantenido intacto y Cecil solo ha depurado 3 o 4 escenas para hacerlas más apropiadas a un contexto actual. Aunque en su época nos pareció espectacular, tanto en español como el original en inglés, hoy en día quizá no cumple con los elevados estándares que manejamos. El diálogo está repleto de chascarrillos (algunos funcionan más que otros) y no se arredra a la hora de usar acentos un tanto estereotipados.

El uso de la inteligencia artificial generativa en el desarrollo de los videojuegos es un punto muy contencioso, pero si en algo puede tener mucho sentido es en situaciones como esta, donde contratar a personas para rehacer los 30.000 sprites sería un proceso tan laborioso como pesado, a la par que inviable desde el punto de vista económico. Estamos ante un ejemplo evidente de preservación en el medio y no deberíamos cercenar estas iniciativas por remilgos de caracter más bien esotérico.

Una imagen del juego

Una imagen del juego

Quizá lo más interesante de esta vuelta a la palestra de la franquicia es que Charles Cecil se encuentra en estos momentos desarrollando el sexto episodio: Broken Sword: Parzival’s Stone, donde George y Nicole viajarán a la Provenza para investigar el historial de los cátaros en la zona. Han pasado ya diez años desde la última entrega y no deja de ser reconfortante que pueda seguir produciendo títulos en un género que los analistas de mercado llevan décadas dando por muerto.

Muchos estamos convencidos de que Dan Brown tuvo que jugar al Broken Sword original para luego escribir su discutido El Código Da Vinci, por mucho que Cecil no quiera esgrimir acusaciones al respecto para no incurrir en la ira de sus abogados. Sea como fuere, el primer título de la saga, más allá de ser el mejor de la franquicia, es historia viva del medio y existe una responsabilidad de preservarlo en toda su gloria para las generaciones posteriores. Ojalá que muchos puedan descubrirlo con esta edición reforjada 28 años después.

Broken Sword: Shadow of the Templars Reforged

Estudio: Revolution Software

Editora: Revolution Software

Director creativo: Charles Cecil

País: Reino Unido

Plataformas: PC