Como vimos en el anterior post, durante el periodo de entreguerras el s. XX, una serie de músicos e inventores como Arseny Avraamov, Evgeny Scholpo, o Boris Yankovsky exploraron en la flamante URSS el nuevo camino del 'Sonido gráfico' y la 'Música Visual' (abierto años atrás por Pavel Tager y Aleksandr Shorin y antes incluso por Vladimir Baranov-Rossine y su piano optofónico), las nuevas relaciones entre imagen y sonido así como entre el hombre y la máquina.
La pasión casi ocultista por la sinestesia estaba en el aire y junto a ella, el culto a la máquina y, en el campo de las artes visuales, a la geometría y la abstracción pura. Suprematismo, Constructivismo, revolución de los trabajadores y el progreso industrial, fe en la energía de la luz y el trabajo colectivo y tabula rasa de los valores morales, misticismo de los sentidos y la materia... En este campo de cultivo galvanizado surgieron las precursoras tecnología y música sintética y electrónica soviéticas.
A principios de los años 30 se hizo posible tomar el gráfico de una onda sonora usando medios foto-ópticos y, revirtiendo el procedimiento, también se volvió posible generar sonido a partir de su forma gráfica. Esta integración audio-visual abrió nuevas posibilidades para la automatización de la música y su uso sintético en la URSS. Pues bien, la cima de la creación es el ANS, que pasará a la Historia, entre otras cosas, como el primer sintetizador polifónico.
El ANS, fue inventado en torno a 1938 y desarrollado durante 20 años hasta alcanzar su forma definitiva en 1958, por el ingeniero sonoro y físico soviético Evgeni Murzin, quién lo llamó así en honor al avanzado compositor atonal Alexander Nikolayevich Scriabin, aficionado a lo oculto, creyente de la teosofía y, sobre todo, fascinado exponente de las teorías sinestésicas del color-sonido en la composición.
El ANS está basado en esas tecnologías de sonido dibujado que años antes habían explorado los Scholpo, Avraamov o Yankovsky. El sintetizador más adelantado de la Historia no se toca mediante un teclado sino dibujando-rascando la cubierta de masilla resinosa y negra que opaca una plancha de vidrio como si fuera el azogue de un espejo. Los trazos o arañazos, tan parecidos a los de un grabado, dejan pasar la luz y la lectura de su dibujo como señal óptica después es procesada por lectores (sobre la placa de vidrio, 20 células fotoeléctricas envían señales a otros tantos amplificadores y filtros de paso de banda, de manera similar a un ecualizador de diez octavas con dos controles por octava) y convertida en sonido con miles de matices posibles. El sonido se genera en tiempo real y el tempo depende de la velocidad con que se insertan las planchas.
El ANS es capaz de reproducir hasta 720 tonos completos distintos (al mismo tiempo) lo que durante años la convirtió en una máquina única a la hora generar sonidos fantásticos y, literalmente, inauditos. Además se adelantó al software de análisis espectro-morfológico para computadores que llegaría en los años 80. Sin olvidar que en 1938 cuando Murzin empezó a desarrollar el ANS, aún no había grabación sobre cinta magnética.
La historia de la creación de esta quimera que se vuelve real es la historia de un milagro tecnológico y resume (todavía más incluso que el relato biográfico de Lev 'Theremin' Termen que contábamos hace unos días) todo aquel momento histórico y modo del pensamiento, tan desconocido incluso hoy, ya no por nosotros sino por los mismos rusos.
Porque no lo hemos comentado pero el ingeniero de sonido e inventor Evgeny Murzin empezó a perfilar su Photoelectrichesky Sintezator Muziki ANS en 1938 y lo acabó en 1958. Si Murzin no completó el proyecto antes fue porque no pudo. De hecho, su tarea, con la única e inestimable ayuda de su esposa, fue heroica, titánica, mítica o como quieran llamarla.
Bueno es recordar: Tras un primer momento en que la nueva Rusia soviética se convirtió, con Lenin a la cabeza, en principal patrocinador mundial de la música y la tecnología sintético-electrónicas, a partir del giro político dado por Stalin, el aparato estatal y policial soviético será un serio obstáculo para los innovadores. Primero se clasificó oficialmente como inapropiados todos los movimientos de arte moderno y sus artífices fueron dejando la URSS. Pero en 1938 la cosa había empeorado mucho. Justo ese año Lev Termen salía de su temporada de diez años en el Gulag siberiano. Para entonces muchos ingenieros y artistas sonoros habían sido forzados a trabajar en secreto en sus proyectos sin apenas acceso a los componentes necesarios.
En la URSS estalinista, los artistas innovadores, entre los que claramente se encontraban los que se dedicaban a la radiante música electrónica, eran considerados traidores y saboteadores del pueblo soviético. Cualquier iniciativa de investigación privada estaba prohibida y era considerada criminal. Además, al no poder comprarse los componentes, los inventores sonoros tenían que robarlos de las instituciones con las que trabajaban. Los detenidos no sólo acababan en el Gulag sino que su existencia y obras eran eliminadas de cualquier testimonio o documento público, como si no hubieran existido. De manera que muchos inventaban sin medios, en la clandestinidad y con en su tiempo libre como si fuera un hobby. Eran superhéroes de la ciencia y la música con una identidad secreta. El de Evgeni y su ANS es un caso claro.
Murzin aprovechará los años, entre 1953 y 1964, de un Nikita Kruschev menos preocupado por la electrónica que por las nuevas expresiones culturales capitalistas y cuando, en 1958, finalmente termine el prototipo de su sintetizador foto-electrónico, podrá trasladar sus cacharrito de 400 kilos de peso desde su dacha hasta una estancia del Museo Scriabin de Moscú, que convertirá en laboratorio ANS sin levantar suspicacias por parte de las autoridades.
Tras unas cuantas pruebas con Andrei Volkonsky, el siguiente paso que dará Murzin será poner un anuncio en el Conservatorio de Moscú para atraer a jóvenes compositores. Con ellos en 1960 montará un estudio de vanguardia alrededor del ANS: el Estudio Experimental de Música Electrónica (ESTEM) de donde saldrán algunas de las primeras piezas musicales electrónicas de la era soviética.
Aunque en 1964, con la llegada de Brezhnev, las autoridades clausuran el ESTEM y el ANS es colocado (cuán torva ironía) en la Exposición Permanente de los Logros de la Economía Soviética, en 1966 Murzin, con la ayuda de Dmitri Shostakovich, logrará apoyo institucional y su reapertura. Tras el temprano fallecimiento de Murzin (a los 55 años) en 1970, el ESTEM durará poco en activo. Un artículo en la prensa internacional que lo mostraba como único baluarte escondido de la vanguardia musical soviética precipitará su autoritario cierre. El único ejemplar del ANS que queda de los dos que llego a haber, dio tumbos a lo largo de los años hasta acabar en el Museo Glinka de Cultura Musical de Moscú donde actualmente se exhibe como curiosidad freak.
[caption id="attachment_223" width="276"] Miembros del ESTEM. De pie, de izq. a dcha. Edward Artemiev, Alfred Schnittke, Alexander Nemtin y Edison Denisov. Sentados, de izq. a dcha. Oleg Buloshkin, Sofia Gubaidulina y Stanislav Kreitchi.[/caption]
El único álbum publicado mientras estuvo activo el estudio fue AHC - ??????????? ?????? (o sea ANS-Música Electrónica,), grabado en 1968 y publicado cuatro años más tarde en el sello Melodiya. La salida de un segundo LP, ??????????? ?????????? (Ofrenda Musical), registrado en 1971, fue retrasado por la dirección artística de Melodiya hasta 1990, debido a razones ideológicas nunca muy aclaradas. Sin embargo hemos llegado a conocer esas grabaciones históricas de los trabajos de compositores del ESTEM como Alexander Nemtin, Shandor Kallosh, Alfred Schnittke, Sofia Gubaidulina y Edison Denisov, gracias al recopilatorio de la discográfica moscovita Electroshock Records , que en 1999 los reeditó. Electroacoustic Music - Volume IV. Archive Tapes Synthesiser ANS 1964-1971 compendia aquellos dos LPs grabados por el ESTEM.
Sin duda Gubaydullina, Denisov, Schnittke y compañía crearon destacadas obras con el ANS. Pero seguramente quien ha dejado un legado más amplio y claro de sus posibilidades sonoras ha sido Edward Artemiev, gracias sobre todo a su empleo en las bandas sonoras para las películas de madurez de Tarkovsky como Solaris (1972).
La banda sonora de Solaris (cuya inminente edición en vinilo acaba de ser anunciada por el sello estadounidense Superior Viaduct, gira en torno a interpretaciones del Preludio Coral en fa menor de J. S. Bach y a paisajes sonoros ambientales y experimentos con el ANS. Asomarse a sus temblores, a sus microtonalidades es entender de golpe la alquimia del sintetizador y que los sacrificios y persecuciones que aguantó el ingeniero óptico Murzin durante más de veinte años acabaron por merecer la pena.
La ilustrativa epopeya de Murzin, el ANS y sus ejemplos vienen intrigando, fascinando y provocando admiración desde hace años en Europa occidental, sobre todo desde que en 2002, BBC Radio 4 emitió un programa de la serie Soundhunter de Isobel Clouter dedicado al asunto.
En 2004, los oscuros magos experimentales londinenses Coil lanzaron CoilANS, una caja de grabaciones realizadas con el ANS en tan solo tres días y a partir de sus propios sigils o sellos con símbolos para conjuros mágicos. El no menos oscuro músico experimental noruego Zweizz y el grupo de música industrial, ambient y electroacústica de Sheffield The Anti-Group Communications (T.A.G.C.) también han publicado sus propias grabaciones ANS (Deepnet, 1996). El amigo del misterio Scriabin estaría orgulloso de su sombra.
Los acercamientos a los modos compositivos y sonoros que facilita el súper-sintetizador de Evgeni Murzin desde los tiempos de Elvis Presley, permanecen hoy y las nuevas tecnologías se alían con los exploradores hasta convertirlas en algo asequible. Gente como los estudiantes del Centro Theremin de Moscú, Patrick K.-H y Oleg Makarov, por ejemplo, quienes emplean dibujo físico sobre papel, videocámaras y programación MaxMSP para sus Drawn Sound Performances con las que recuperan, sin el aparato ya único, la esencia del ANS.
O el programador y diseñador software para ordenador y de aplicaciones para móviles, también músico, el ruso Alexander Zolotov (alias NightRadio) <warmplace>, quien ha desarrollado un magnífico ANS virtual compatible con Android, Windows, Linux, iOS y OSX.
¿A alguien le sorprende esta vigencia? No parece fruto de la retromanía. ¿Acaso no vivimos en una época de híper tecnología para las masas y de intimidad entre lo sonoro y lo visual y entre ello y la vida corriente y material? Donde la música aparece cada día más como algo intuitivo, dibujable, automático, que se autogenera, azaroso y abierto. Y donde todo ello se confunde con la magia. El artista-ingeniero, el artista que crea a través del desarrollo y uso de la tecnología, encuentra su lugar en este momento. 75 años después de que Murzin empezara en secreto a plasmar su hallazgo, los valores dominantes nada tienen que ver con los del audaz y perseverante Evgeni Murzin. Hoy nadie sacrifica veinte años de su vida y corre riesgos por algo así. Y, sin embargo, salvando esa distancia, las intuiciones que guarda el ANS, los modos creativos que propone, son puro 2013. En este sentido sí vivimos en una era murziana. El futuro nunca se fue muy lejos.