Todo en Noticias del gran mundo (en Netflix a partir del 10 de febrero) parece el facsímil actualizado del gran wéstern de su momento. Es una película que fecunda en los buscadores de John Ford y tiende el puente a Joe Biden. Es una película que reescribe sobre la tradición del género (a pesar de los drones) para inscribirse en ella y revelar el otro lado del discurso, el de la esquizofrenia de una nación cimentada sobre la masacre del nativo. Es el wéstern de hoy, que retrata a través de su incorruptible héroe el espíritu naciente de la América inclusiva, políglota, híbrida, demócrata, la que perseguía sueños y necesitaba historias para construir (y contar) su propia Historia, acaso borrar su vergüenza. Es también la América sesgada en pulsiones irreconciliables, la del crimen y la violencia irracionales, la del racismo ciego, la orfandad y la identidad fracturada, la del trauma y la pérdida. En una secuencia no del todo lograda, pero muy relevante, incluso proyecta la América de las fake news de Donald Trump.
Adaptación de una novela de Paulette Jiles, Noticias del gran mundo, llega con la pertinencia de una nación que renace de sus cenizas, como si retornara al punto cero tras la delirante ocupación del Capitolio. No en vano, su protagonista fue el maestro de ceremonias de la proclamación del nuevo presidente en la Casa Blanca. El guion de Luke Davies y Paul Greengrass, cuya serena y magnética puesta en escena le colocan en otro estadio de maduración como cineasta, nos reafirma de nuevo en la certidumbre de que no hay género más preciso para recorrer las esencias poéticas de América. La aparente sencillez del relato, los espacios de intimidad que genera en el curso de su cantar de gesta, se abren en múltiples direcciones para recorrer metafóricamente todos los espectros y traumas del nacimiento de la nación norteamericana.
Cinco años transcurridos desde el final de la guerra entre yanquis y sudistas, el Captain Jefferson Kyle Kidd es un loner que recorre pueblos leyendo las noticias. El azar le coloca al cuidado de Johanna, una niña de orígenes teutones que ha crecido con los indios kiowa desde que estos masacraron a su familia y la raptaron. En esa premisa late Centauros del desierto, qué duda cabe, como lo hará en el plano que enmarque al Capitán Kidd y a Johanna desde el umbral del porche, en las ruinas de la casa donde fue secuestrada, recortados ambos sobre el azul del cielo con el horizonte al fondo, en esa tierra de nadie a la que pertenecen. Pero el molde que habita Hanks no es el del abatido Ethan de John Wayne, más bien encuentra su hermanamiento natural con el James Stewart de Colorado Jim o de Winchester 73, alguien que aún tiene fuerzas y esperanzas para huir del desarraigo y la destrucción. Es el primer héroe del oeste que interpreta Tom Hanks, si bien su espíritu no está lejos del Woody de Toy Story al que puso voz.
El británico Paul Greengrass proyecta la joven melancolía de América absorbiendo los mitos de la pantalla, reposicionándolos en el cine de nuestros días. El realizador que conquistó Hollywood con la saga Jason Bourne después de su extraordinario debut británico con Bloody Sunday (2002), se ha caracterizado por su capacidad para imprimir altas dosis de tensión en sus filmes –United 93 (2006) y Capitán Phillips (2013)–, por conquistar cierta poética del dinamismo en action-pieces perfectamente diseñadas y ejecutadas, si bien en Noticias del gran mundo se enfrenta a una historia, y un género, con otras necesidades. De hecho, la secuencia de acción en el centro del film (un tiroteo en un peñasco) no es lo más memorable de la película, sino el carácter íntimo y sentimental de la propuesta, es decir, el modo en que la relación entre dos extraños que apenas pueden comunicarse, un adulto y una niña, crece y genera vínculos emocionales. La gran conquista de este wéstern nace en su magnífico guion y en las interpretaciones de Hanks y la joven Helena Zengel, que llevan todo el peso de una extraordinaria fábula sobre la reconciliación, un magnífico wéstern para el siglo XXI.