El sin par Curro Flores
¿Carmen en español? Como si es en serbocroata. Si está María José Montiel, me interesa. No sé por qué no canta la Montiel en nuestros teatros cada lunes y cada martes. Ella inauguró el Teatro Real con una Salud de “La vida breve” que quitaba el hipo. Luego le recuerdo una inmensa Luisa Fernanda, con Plácido, y poco más. En La Zarzuela cantó “Ojos verdes de luna”, de Tomás Marco. Estos días está protagonizando, también en el Teatro de La Zarzuela, una “Carmen” en lengua española, iniciativa que tenemos que agradecer a Paolo Pinamonti, el italiano enamorado del teatro español que dirige desde hace un tiempo La Zarzuela. Es una versión recuperada de cuando las óperas se traducían con normalidad a la lengua local, sobre todo en los teatros de ópera cómica o popular, práctica que se sigue dando hoy en Viena y en Londres. A sala abarrotada, oímos esta vez a la «drôles de gens» convertida en «gente de humor», al «toreador» en «torero» y a «mon ami Lilas Pastia» en «el sin par Curro Flores». Nos libramos de algunas «carmencitás» y «manolitás» y oímos un «para ejercer aquesta profesión», evocador del inmortal “¡Azofaifa, qué es aquesto!», de Don Mendo.
Así como , más que cantar, Montiel “fue” en su día Salusica, hoy “es” Carmen. Es lo que ocurre cuando una interpretación vocal va más allá de los desafíos técnicos y expresivos del papel y alcanza el objetivo final, que es siempre la encarnación del personaje. Montiel es la Carmen internacional del momento. Hablo de la interpretación vocal, en lo demás —gesto, movimiento, dicción en los pasajes hablados— a María José Montiel, como a todos sus compañeros, la dejaron a su suerte, lo que jamás debe hacerse con un cantante. Ana Zamora, la directora de escena, se abstuvo de dirigir la acción dramática. Se limitó a la marcación conceptual. ¿Una Carmen feminista? El personaje, no, la función, sí. «Carmen de género», dice Zamora. Carmen pasota, diría yo, por cómo se conformó la directora con una puesta en escena tan deshilachada.
El espectáculo perdió mucho por eso y por el desnortado Don José de José Ferrero. Por otra parte, Ana Zamora concentró certeramente su mensaje en una cita de cuando Pericles que inspiró a los padres franceses de Carmen y hoy hubiera llevado a la cárcel a su autor, Paladas de Alejandría: La mujer es hiel, buena solo en dos lugares, el tálamo y la tumba. Mujer de usar y matar. Carmen es arquetipo, efectivamente, de esa lógica asesina que fue moneda común y hoy todavía combatimos: la mujer es desconcertante, en vista de lo cual la tengo que matar. Al público de La Zarzuela se le mostró la cita primero solo en griego: el paralelismo ??????? - ??????? quedó incomprendido y se levantaron murmullos de protesta. Luego se dio traducida en letras enormes sobre el telón, lo que levantó más murmullos aún, no sé si de sorpresa o de indignación y, en este segundo caso, no sé si por la violencia de la cita, que azota la cara, o por el hecho de verse el público zarzuelero tan directamente interpelado.