Javier Moreno (Murcia, 1972) es uno de esos poetas de los que uno nunca espera que un nuevo libro sea igual que los anteriores. Su afán de búsqueda le lleva a plantearse nuevos retos en cada entrega, a probar nuevas modulaciones de una voz que nunca deja de parecer suya.



Cadenas de búsqueda ( El Desvelo) es su cuarto libro de poemas y en él Moreno parece ensayar un cierto tono menor. Impresión engañosa: cierto que tal vez pueda parecer el menos experimental de sus libros, pero una lectura atenta nos revela que es, tan sólo, el que menos pirotecnia ha utilizado. Es como si Moreno hubiera experimentado igual que otras veces, dejado reposar el compuesto, y una vez hecho eso, profundizado en las vetas más ricas. Un acierto, porque si había algo que podía lastrar un poco entregas suyas anteriores, era un apego demasiado cercano a la idea que vertebraba el libro, lo que acababa por dejarlo más romo de lo que hubiera sido de haberse escrito con mayor soltura (pienso en Acabado en diamante, un libro que sin duda muestra lo valioso de la escritura de Javier Moreno). También, en