Que no se diga que la poesía no viaja. Durante agosto, este blog ofrecerá a sus pacientes (y, ojalá, vacacionales) lectores una pequeña vuelta al mundo en forma de versiones de poetas de muy diferentes países y lenguas. Espero que les aproveche el viaje.

 

 

 

 

Claro

(Hans Warren, Holanda, 1921-2001)

Claro que el muchacho de la duna debió de notar

cómo yo le miraba intensamente,

claro que después pasó junto a mí

con muchos movimientos prescindibles

aunque haciendo como que no me había visto.

Claro que empezó un ballet de primavera

con otro muchacho amigo y una pelota,

claro que se hartó, de un modo demasiado femenino,

de pasarse la mano por los largos cabellos

y me miró por encima del hombro al hacerlo,

dientes brillando en un rostro oscuro.

Claro que más tarde se acostó

masticando indolente una brizna de hierba

con aquel llamativo traje de baño desabrochado

solo en una cálida concavidad de la duna,

claro que me alejé discretamente sin hacer ruido

y claro que paso los días arrepintiéndome por ello.

 

Fábula sobre el amor y el afecto

(György Somlyó, Hungría, 1920-2006)

 

Hay quien se cree capaz de cualquier cosa porque es amado.

Hay quien se cree capaz de cualquier cosa porque ama.

Hay quien piensa que debe poner cuidado en cuanto hace porque ama.

Hay quien piensa que debe poner cuidado en cuanto hace porque es amado.

Hay quien piensa que el amor se encuentra en el límite del odio.

Hay quien piensa que el amor se encuentra en el límite del afecto.

Hay quien confunde el amor con el afecto y no comprende que otros, como respuesta, confundan el odio con el amor.

Hay quien ama como una liebre que acaba en la autopista y cae en la trampa de las luces.

Hay quien como el león que desgarra cuanto ama.

Hay quien ama como el piloto la ciudad sobre la que lanza sus bombas.

Hay quien como el radar que guía los aviones por el aire.

Hay quien ama pacíficamente como la cabra que permite al niño hambriento que beba su leche.

Hay quien va a ciegas como la ameba que engulle a la otra en su existencia informe.

Hay quien en modo insensato como la mariposa nocturna ama la chispa.

Hay quien ama sabiamente como el oso que hiberna.

Hay quien se ama a sí mismo en el otro,

y quien en sí mismo ama al otro en que se convertirá gracias a ese otro.