El próximo 11 de abril se estrena en Madrid, dirigida por Andrés Lima, la obra de Sanchis Sinisterra ¡Ay, Carmela! en versión musical, en el Teatro Victoria, protagonizada por un trío que, seguro, va a dar que hablar: Inma Cuesta, Javier Gutiérrez y Marta Ribera. Llama la atención de esta producción (que todavía no he visto) quién la ha orquestado, nada menos que el productor de cine Andrés Vicente Gómez, que ya produjo la adaptación cinematográfica que dirigió Carlos Saura del mismo título y que se llevó 13 Premios Goya.
Que un hombre que ha producido gran parte del cine español de toda una época como Vicente Gómez desembarque en el teatro, y esperemos que por mucho tiempo, dice mucho de cómo están las cosas en la industria del entretenimiento. Ya se venía detectando una mayor afluencia de actores de la pantalla a las tablas. Pero él es un peso pesado del cine y, aunque ha advertido que no va a dejarlo (prepara una película con Agustín Villaronga que rodará este verano), su paso es todo un signo: "Tal y como está hoy el cine, y está muy mal, hay más futuro en el teatro".
Cuenta que de los dos centenares de películas que “dicen que se producen al año en nuestro país”, tan sólo ocho o diez superan los cinco millones de euros de inversión. El resto son películas de bajo presupuesto que apenas tienen una distribución comercial, o sea, que apenas se ven. Su última gran producción ha sido La chispa de la vida, de Alex de la Iglesia, que no tuvo mala recaudación en taquilla.
- La chispa... costó cinco millones, pero hoy la haría por dos.
- ¿Y cómo?
- A base de racionalizar el gasto. Es algo que se está haciendo en el teatro, pero no en el cine. Por otro lado, a los teatros va la gente, al cine ya no... Si lo hubiera descubierto antes...
- ¿Y se siente bien recibido en el medio?
- Pienso que he sido bien recibido en este medio y creo que mi experiencia cinematográfica puede ser muy útil. El teatro me resulta muy atractivo porque es más colaborativo que el cine y los actores, aunque a veces son los mismos, aquí parecen mejores, comenta con humor.
¡Ay, Carmela! no es su primera aventura escénica. El pasado mes de diciembre estrenó en los Teatros del Canal el musical El último jinete, una ambiciosa producción -se rumorea que costó nueve millones de euros financiados con petrodólares- que tras su paso por Madrid tiene previsto llegar al West End londinense en este año. Para la producción no escatimó medios: el libreto lo firmaba Ray Loriga y la música Albert Hammond, Barry Mason y John Cameron. Pero el espectáculo recibió muy malas críticas y tampoco tuvo el apoyo del público madrileño.
Como se ve, este bautismo teatral no le ha desanimado, Vicente Gómez es un hombre hecho a sí mismo y aprende de los fracasos. En su larga carrera acumula una gran lista de éxitos cinematográficos -los taquillazos de Santiago Segura (saga Torrente), las películas de Trueba (la oscarizada Belle Epoque), de Bigas Luna (Jamón, jamón), de Alex de la Iglesia (El día de la bestia)... la lista es interminable-, pero también producciones ruinosas (El Dorado, Manolete), títulos de calidad cuestionable y polémicas sonadas como la última que mantuvo con Juan Marsé por El cónsul de Sodoma.
No es arbitrario que desde el primer momento haya apostado por el género musical. El año pasado, los musicales recaudaron el 60% del total de todas las obras de la cartelera madrileña, o sea, que es el género que la oxigena. "El jinete fue un musical de gran formato, ¡Ay, Carmela! es de formato medio y estoy pensando en hacer formatos pequeños... y bueno no voy a seguir por esta senda”, añade con sorna.
Cree, además, que hay muy buena materia prima: “Me conmovió la preparación de los actores que tenemos. Para El último jinete improvisamos en pocos días un casting y se presentaron 300 con un nivel impresionante”. Para ¡Ay, Carmela!, él mismo propuso a Inma Cuesta para el personaje de Carmela. Ella es una actriz con formación musical, mientras Javier Gutiérrez, actor habitual en las producciones que dirige Andrés Lima y que hará de Paulino, debuta en el género. Los 18 temas que integran el espectáculo son canciones clásicas que figuran en el texto, como Suspiros de España, a las que se han añadido otras originales de Víctor Manuel, Vanesa Martín y Pedro Guerra. Al frente de la dirección musical estará Joan Valent, la iluminación de Valentín Alvárez y la escenografía de Beatriz San Juan. Buenos mimbres.