'Tristana', un folletín bien contado
[caption id="attachment_1534" width="560"] Pere Ponce y Olivia Molina en un momento de Tristana[/caption]
Acudí a ver Tristana con cierta prevención, había leído los previos sobre la obra en los que se decía que el argumento de este melodrama de jovencita seducida por viejo había sido acomodado al culto predominante de estos tiempos, o sea, la liberación de la mujer y los perversos efectos del patriarcado. Pero la versión de Eduardo Galán es bastante fiel al relato de Benito Pérez Galdós y a su heroína, una joven que aspira a vivir libre y hacer realidad sus pasiones. La obra resulta un folletín sustancioso, bien contado y con buenos intérpretes que te enganchan hasta el final. Puede verse en Centro Cultural Fernando Fernán Gómez.
Benito Pérez Galdós escribió esta pieza en 1892, en la que anida uno de sus mejores personajes femeninos. La historia cuenta las relaciones de Don Lope, hombre ya maduro y venido a menos que queda como tutor de la joven Tristana al morir sus padres. Pero Don Lope no cumple la encomienda de tutelar a la joven como si fuera una hija, acaba seduciéndola y convirtiéndola en su amante y destruyendo su reputación. Cuando Tristana se enamora de un joven pintor, y quiere casarse con él, Don Lope es víctima de terribles celos. Pero tampoco al joven pintor le gustan las ínfulas de mujer independiente de Tristana y acabará olvidándose de ella. Esta situación la devolverá al hogar del viejo.
La novela de Galdós tiene algo de biográfica, ya que dicen que el autor la escribió inspirándose en una joven actriz que fue su amante, Concepción Morell. Era esta una mujer bastante desquiciada con la que tuvo una relación, ella le escribía a menudo y esas cartas sirvieron al autor para forjar el personaje de Tristana. No era la primera vez que Galdós trazaba un personaje femenino que se deja arrebatar por sus pasiones, sin temer el castigo social por su comportamiento. Él, hombre que permaneció soltero toda su vida, tuvo varias relaciones secretas, por lo que se supone que gustaría de mujeres decididas a mantener relaciones “mal vistas” para la época.
Alberto Castrillo Ferrer ha dirigido esta obra con ritmo ágil, y estableciendo transiciones atrevidas pero efectivas. Cuenta con Olivia Molina para la protagonista, una actriz con la edad adecuada para encarnar este personaje y recursos interpretativos para resolverlo. Su reto es el arco o la evolución que experimenta su carácter: desde la inocente y fresca joven al personaje trágico al que se dirige. Porque Tristana, que sufrirá una grave enfermedad, mudará su carácter, volviéndose introvertida y agria.
Le acompañan en el reparto dos reconocidos actores como son María Pujalte, que está auténtica y precisa como Saturna, el ama a cargo de la casa de Don Lope y, sobre todo, el gran apoyo moral de Tristana, esa madre cariñosa que ya no tiene; y Pere Ponce, un don Lope un pelín histriónico, pero con su toque de mezquindad y egoísmo. Elenco al que se añade Alejandro Arestegui, que es Horacio, el enamorado de Tristana.