Image: Francisco Mora

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Ciencia

Francisco Mora

"Nunca conoceremos totalmente la intimidad del cerebro humano"

28 febrero, 2001 01:00

El doctor Francisco Mora, catedrático de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, participa mañana en el ciclo de conferencias de la Fundación Santander Central Hispano con la titulada "El enigma del cerebro envejecido". Por este motivo, y por la publicación de su libro El reloj de la sabiduría (Alianza), el fisiólogo ha hablado con EL CULTURAL sobre el momento que vive la investigación del cerebro y su futuro inmediato.

El profesor Francisco Mora manifiesta sus opiniones sobre el cerebro y el envejecimiento humano con una vehemencia que delata su pasión por una especialidad que se encuentra en plena revisión. Es autor de numerosos libros y estudios científicos en el campo de la neurobiología. Entre la veintena de títulos que ha publicado con aspiraciones de divulgar su entusiasmo por el cerebro humano destaca El cerebro sintiente (Ariel) y The Hot Brain (Mit Press) además de lecciones magistrales tan atrayentes como "¿Puede un ser humano crecido entre chimpancés tener una conducta humana?" o "¿Cómo funciona el cerebro?" Francisco Mora no tiene llaves secretas pero sí algunas explicaciones en torno al problema del envejecimiento y al laberinto del cerebro.

-¿Es el cerebro la gran asignatura pendiente de la ciencia actual? ¿Llegaremos algún día a entender completamente su funcionamiento?

-Lo dicen los investigadores más reputados, incluidos algunos Nobel. La gran revolución que está por venir, lo mismo que fue la copernicana, la de Darwin o la de Einstein, es la del cerebro. Que haya una revolución en los conocimientos sobre el cerebro significa que posiblemente estamos en líneas equivocadas de investigación. A lo mejor hay que revisar conceptos que hemos dejado atrás y retomar hallazgos del pasado a los que no hemos dado importancia que pueden llegar a ser la clave para poder entender el futuro de cómo funciona el cerebro. La intimidad de su funcionamiento nos es aún desconocida.

La vigencia de Freud

»Creo que no llegaremos a entenderlo. El Premio Nobel David Hubel decía que no lo conoceremos y posiblemente no lo conozcamos nunca porque en el diseño del propio cerebro no está el conocimiento de sí mismo. Intentar creer eso sería como creer que nos podemos elevar del suelo tirando de los cordones de nuestros propios zapatos.

-¿Cree que Freud siguió un camino equivocado tras abandonar la neurociencia por el psicoanálisis? ¿Qué vigencia tiene actualmente?

-Hombre, tenga en cuenta que él era un neurocientífico. ¿Cuál fue su biografía y sus trazas que le llevaron hacia ese otro camino? Yo imagino que, evidentemente, en su época la neurociencia era un puro rudimento y, claro, el enorme campo que se le abría en la psicología para un hombre tan profundamente capaz como él le llevó por caminos que hoy sabemos que son equivocados. Por ejemplo, en la base fundamental del psicoanálisis está ese intentar conocer el "sí mismo". La perspectiva actual de la psiquiatría ha cambiado completamente en el sentido de que no puedes conocerte a "ti mismo" en tanto que el "ti mismo" no existe. Tú eres un proceso que significa un constante cambio de tu propio cerebro, que es lo mismo que decir de "ti mismo".

-¿Considera entonces que el psicoanálisis no vale para nada?

-En absoluto. No es invalidante. Lo que hace el psicoanálisis, cuando se hace bien, es transformar el cerebro del propio individuo. Y si hay mejora en alguna dimensión -en el sentido de que entra de nuevo coherentemente con la sociedad- es porque ha cambiado el cableado de su propio cerebro. No es que se ha "conocido" y ha deshecho los entuertos que estaban allí de una manera estática, no. Ha cambiado su propio cerebro. Eso es una perspectiva tan interesante como la que nos da el propio Eric Kandel (el último premio Nobel de Medicina y Fisiología) cuando nos habla del psicoanálisis y la neurociencia actual. Hoy en buena medida creemos que lo que el psicoterapeuta está haciendo con el paciente con la palabra que entra por el oído y llega al cerebro está cambiando -si es suficientemente poderosa emocionalmente hablando y con larga terapéutica- la maquinaria genética de la neurona, sintetizando nuevas toxinas, cambiando las membranas de las neuronas y haciendo nuevas sinapsis. En definitiva, cambiando el cableado cerebral del individuo.

Una Torre de Babel

-Según esto, parece inevitable acudir a disciplinas aparentemente distintas para abordar el complejo sistema cerebral.

-Absolutamente. Los científicos trabajamos en parcelas en las que cada uno utiliza su propio lenguaje de explicación. Usted coge a dos científicos de dos disciplinas distintas y no se entienden porque la terminología es diferente. No hay equivalencias. Estamos trabajando en una especie de Torre de Babel en donde todos estamos en lo mismo sin darnos cuenta y circunscribiéndonos a nuestra parcelilla en la que hemos creado nuestro propio lenguaje de entendimiento sólo para los de nuestra parcela: los de al lado ya hablan chino.

-¿Existe alguna forma de unir esas "parcelas" y aproximar lenguajes?

-En ese sentido creo que todavía no hay puentes construidos. Es necesario realizar lo que yo llamo la "Piedra Rosetta", algo que vaya descifrando mensajes, porque, a la postre, el que trabaja digamos que en la intimidad molecular de la sinapsis no difiere en mucho del que estudia las consecuencias de eso que es el aprendizaje en el ámbito de la conducta. Lo que hay que hacer es aproximar los lenguajes de entendimiento. Pero hay más. En los últimos números de la revista "Nature" se habla cada vez más de la necesidad de la neurociencia computacional, en el sentido de que es necesario encontrar ámbitos de entendimiento entre niveles como el atómico, el molecular o el sináptico.

-¿Dónde está, o debería estar, el punto de encuentro entre todos esos lenguajes?

-Eso se puede ver en la teoría del conocimiento unificado. Hay que investigar cómo unificar conocimientos para que entre cada nivel se realicen los puentes que le mencionaba anteriormente capaces de traducir lenguajes para acabar hablando incluso de lo que entendemos por aspectos espirituales (que yo les llamo "humanos") en términos que pudieran engarzarse algún día con lo que es la terminología básica. De manera que haya lenguajes equivalentes, entre ellos la filosofía, por supuesto. En este sentido tengo que recomendarle los trabajos de un gran científico llamado Semir Zeki, que ha escrito dos libros muy interesantes tratando de explicar desde la neurociencia nuestra percepción del arte pictórico. Es el descubridor de los centros y códigos del color en el cerebro.

Emoción y conciencia

-¿Qué lugar ocupa la emoción en nuestra actividad cerebral?

-Estamos ante el "cerebro sintiente". Lo fascinante es discernir entre emoción y sentimiento. Emoción es algo que tenemos prácticamente desde que éramos seres unicelulares hace 700 millones de años. Se entiende por emoción la capacidad que tiene un organismo de reaccionar ante cualquier situación adversa o placentera. Lo único que nos distingue del resto de los animales en cuanto a la emoción no es la reacción sino la toma de conciencia de esa emoción. A eso le llamamos sentimiento. La reacción consciente de miedo, por ejemplo, es lo que nos diferencia de otros animales. Su corteza cerebral les impide evocar la conciencia. La emoción, por tanto, es lo que nos permite seguir vivos. Otro aspecto importante de la emoción es la capacidad de focalizar la atención. Se puede estar en una estación de tren en medio de cientos de personas y distinguir a la persona amada. Ese foco atencional está guiado por la emoción. Eso es lo que lleva al humano a lo más grande, que es la ciencia. El mamífero es un ser curioso y la curiosidad está alimentada por la emoción. ¿Qué es lo que nos hace mantener la atención en una película ante una secuencia de fotogramas? La emoción de lo que va a venir. Por eso creo que la emoción y el ingrediente del sentimiento es la esencia del ser humano.

Los hilos del tiempo

»¿Cómo se explica entonces una situación religiosa si no es a través de una situación emocional? Le mencionaba antes a Seki, que consiguió, a través del componente emocional, tratar de explicar desde bases cerebrales el mundo artístico tal y como se ha hecho hasta ahora con el lenguaje psicológico o filosófico.

-¿Cómo es posible que siendo el cerebro algo tan físico pueda tener una condición casi metafísica?

-La mente es el tejido cerebral cosido con los hilos del tiempo que empieza exactamente con esa pregunta... Cuando pensamos acerca del cerebro tenemos muy claro que se trata de un órgano con células nerviosas, mensajeros químicos, etc. Cuando hablamos de cerebro lo hacemos utilizando un lenguaje preciso y especializado que es el de las ciencias básicas. ¿Qué ocurre cuando pensamos acerca de qué es la mente? O sea, percepciones, emociones, pensamientos, memoria, conciencia, autoconciencia... parece que hablamos de algo elusivo, algo que tú no mides. El cerebro no es lo estático que vemos en un quirófano o en la sala de disección, es algo vivo, dinámico y en constante cambio.

-Usted hablará mañana en Madrid sobre el "enigma del cerebro envejecido". ¿Es posible conocer qué transformaciones se producen en el cerebro ante el transcurso del tiempo?

-Uno de los padres de la biología del envejecimiento escribía hace poco en "Nature" que hemos empezado a tener conocimiento de cómo cambia el cerebro durante el envejecimiento no tanto en lo que sucede en el cerebro por envejecimiento "per se" sino en el envejecimiento patológico, léase demencias o alteraciones de cualquier otro tipo. El conocimiento de lo que es el envejecimiento "per se" en cuanto al cerebro está por estudiar. Está por venir, porque fundamentalmente todo el dinero se ha ido a investigar el Alzheimer y esas cosas.

-¿Qué lugar ocupan las neuronas en este proceso? ¿Es verdad que una manifestación de envejecimiento es la muerte de las neuronas?

-Frente a lo que conocíamos de que las neuronas de manera general mueren en el proceso de envejecimiento, he de decir que las neuronas no mueren. La gente piensa que a partir de los cincuenta años desaparecen más de 40.000 diarias lo cual, en el caso de que fuera cierto sería una nimiedad al lado de los 100.000 millones de neuronas que tiene el cerebro. En general, en lo que es la corteza cerebral y el hipocampo (que son las áreas fundamentales de memoria y cognoscitivas, las altas funciones mentales) no mueren.

El enigma de las neuronas

»Lo más interesante, y por eso es un enigma el cerebro, es que creíamos que neurona que muere, neurona que no es reemplazada. Y hoy estamos viendo que eso no es así. Hoy estamos viendo que en el cerebro aparecen todos los días neuronas nuevas, que ocupan lugares en los sitios donde otras han desaparecido. Lo más interesante es lo reciente, que la potencialidad de las nuevas neuronas existe tanto en el cerebro viejo como en el joven. De modo que determinados acontecimientos hormonales que existen en el envejecimiento no afloran en el cerebro. Por tanto eso es lo que yo llamo "enigmático".

-¿Sabemos entonces en qué consiste realmente el proceso del envejecimiento? ¿Se atrevería a considerarlo una cuestión social?

-Hombre, desde la perspectiva evolutiva sí.. aunque no del todo. Sabemos que hay especies que no envejecen. Y que únicamente mueren de forma natural por accidentes, infecciones y depredadores que controlan el sistema. Pero no por el proceso de envejecimiento. Lo que conocemos en el hombre y en la mujer actuales ¿es expresión del envejecimiento "per se"? En buena medida no. Hay estudios llamados longitudinales (cogiendo al mismo individuo y estudiándolo durante 30 ó 40 años) en los que se ha podido ver que si cambiamos los hábitos sedentarios a los hábitos de nutrición equilibrados y controlamos determinantes como el alcohol o el tabaco, se quedaría sorprendido que individuos con 70 años tienen parámetros cardiovasculares o metabólicos muy similares al individuo de 40. Luego lo que estamos viendo en el viejecito es el determinante o contexto social que hace que se envejezca de esa forma. Cambiar esos parámetros conllevará cambiar lo que hoy entendemos por envejecimiento "per se" y en buena medida eso se proyecta a todo lo relativo al proceso vital del cerebro, claro.
-¿Qué papel ocupan en el envejecimiento los llamados "radicales libres"? ¿Qué se puede hacer para controlarlos?
-Bueno, los radicales libres son los elementos básicos que producen el deterioro del organismo. En usted y en mí se producen constantemente radicales libres y eso tiene que ver con el metabolismo, con la producción de energía de nuestro organismo, con lo que consumimos para poder mantener nuestra situación de defensa y, en definitiva, estar vivos.

Adaptar el organismo

»La restricción calórica es lo único que contrarresta eso en los mamíferos, que tenemos una alta tasa de producción de radicales libres. Mantener nuestros 37 grados cuesta mucho. Lo que se ha descubierto que en mamíferos funciona es reducir la ingesta de alimentos de manera drástica. Tiene su fundamento y cada vez más. Es una terapéutica posible, pero se lo dices a cualquiera y te dice que no, que prefiere vivir menos pero no renunciar al tabaco, al marisco, etc. Los anglosajones se están preocupando por lo que han denominado "pequeños estreses". Se está descubriendo que pequeñitas cosas como un poco de ejercicio físico te hace reaccionar luego ante situaciones de un estrés muy gordo. Hay que adaptar el organismo poniéndole pequeñas dosis de lo que luego será una gran dosis. Eso es protector.