Sir Paul Nurse en las dependencias de la Royal Society. Firma: SPN

Nullius in verba (en palabras de nadie) es el lema que consagra la independencia de la Royal Society. Sir Paul Nurse habla con El Cultural sobre el peso de la institución en la ciencia actual, de su búsqueda de la excelencia y de su capacidad para adaptarse a la era de internet.




Todos los grandes galardones parecen haber sido creados para condecorar a Sir Paul Nurse (Londres, 1949). Premio Nobel de Fisiología de 2001 por sus investigaciones sobre el ciclo celular, Medalla Copley de la Royal Society en 2005, Caballero de la Corona Británica y Legión de Honor francesa están entre sus reconocimientos. Además de presidente de la Royal Society (de la que es miembro desde 1989) es profesor de Microbiología de la Universidad de Oxford, director del Cancer Research UK y presidente de la Universidad Rockefeller de Nueva York. El Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2011 a la institución que dirige ha reforzado su meta de llevar la ciencia al último rincón de la sociedad.



-¿Cómo ha recibido la Royal Society el Premio Príncipe de Asturias?

-Conozco bien los Premios Príncipe de Asturias y su impacto en la sociedad española. Es un galardón de gran prestigio y trascendencia. Uno de los objetivos del 350 aniversario de la institución, que celebramos recientemente, era llegar a inspirar a la gente, lograr que la sociedad sea capaz de maravillarse con los avances que la ciencia puede ofrecer en nuestro tiempo. Este Premio viene a demostrar que esa conexión y ese respaldo existen.



-¿Qué papel juega la Royal Society en la ciencia contemporánea?

-Piense que tan importante es lo que sucede dentro de un laboratorio como fuera de él. En ese sentido, la labor de la Royal Society ha ido dirigida a que responsables políticos y diferentes agentes sociales comprendan y compartan los retos a los que se enfrenta la humanidad hoy día. Nuestra misión es ayudar a evaluar los riesgos, colaborar en la búsqueda de soluciones y facilitar la comunicación para dar con la decisión más adecuada a cada problema. Sin ese vínculo entre el científico y su momento la ciencia podría llegar a corromperse. Otra parte muy importante de la labor de la Royal Society tiene que ver con la financiación de los jóvenes científicos más brillantes de cada promoción a través de nuestro programa University Research Fellow. Invertir y fomentar su talento es apostar por el futuro.



La curiosidad como motor

-¿Resulta compleja la adaptación a los nuevos tiempos de una institución con más de 350 años de vida? ¿Qué la impulsa después de tanto tiempo?

-Haber celebrado este aniversario pone de manifiesto su capacidad de adaptación. Lo único que no ha variado es el profundo respeto de cada uno de los miembros de la Royal Society por las evidencias empíricas, como se pone de manifiesto en el lema adoptado por la institución, Nullius in verba [En palabras de nadie]. Desde nuestros primeros años, hemos proporcionado evidencias a los gobiernos para facilitar la toma de buenas decisiones, como se ha podido comprobar más tarde. Obviamente, el sistema de investigación ha cambiado mucho, sobre todo en lo que se refiere a las áreas específicas de trabajo y a las herramientas disponibles para la experimentación. Pero tenemos claro que el principal motor del trabajo es la curiosidad, y eso siempre ha estado en el corazón de la ciencia y de los científicos.



-¿Cuáles son los criterios para la financiación de nuevos proyectos?

-Tenga en cuenta que nuestro objetivo es proporcionar a los responsables políticos el mejor asesoramiento científico bajo un único criterio: la excelencia. Hemos publicado informes sobre la geoingeniería y la agricultura sostenible y se está trabajando actualmente en un estudio sobre la población. También tratamos de invertir en eventos que ayudan a mostrar al público los retos y posibilidades que ofrece la ciencia. El año pasado, como parte de las celebraciones de nuestro aniversario, hicimos una fiesta de la ciencia y de las artes que atrajo a 70.000 visitantes.



La institución que dirige Sir Paul Nurse, fundada en 1660, cuenta hoy con 1.500 miembros, entre ellos 75 premios Nobel y nueve Premios Príncipe de Asturias. Isaac Newton, Charles Darwin, Benjamin Franklin, Albert Einstein o Stephen Hawking figuran en su galería de ilustres. Cabría añadir al español Antonio García-Bellido, que es Miembro Extranjero desde 1986. La Royal Society tiene una triple función: es Academia Nacional de Ciencias, sociedad científica y organismo de financiación. "Nuestra experiencia -precisa Nurse- se plasma en la comunidad científica a través de los trabajos de científicos del Reino Unido y de fuera. Entre nuestras competencias está invertir en futuros líderes científicos y en la innovación, la formulación de políticas de influencia con el mejor asesoramiento científico, fortalecer la ciencia y la enseñanza de las matemáticas, aumentar el acceso a la ciencia internacional e inspirar interés por los nuevos descubrimientos".



En la era de internet

El estudio publicado por Newton sobre la luz y los colores, documentos del explorador James Cook o las condiciones en las que Benjamin Franklin realizó la invención del pararrayos son algunos de los documentos que la Royal Society ha puesto a disposición de los interesados en internet como parte de su apuesta por llegar a la sociedad a través de las nuevas tecnologías: "El auge de internet abre la puerta a nuevos desafíos, a los que la ciencia debe hacer frente, nunca ignorar. Si no evolucionamos paralelamente a las nuevas tecnologías perderemos esa capacidad de comunicar".



-¿Faltan vocaciones científicas como las había en siglos anteriores?

-Afortunadamente, la ciencia sigue creciendo como una empresa global, pero no debemos ser complacientes. Tenemos que seguir tratando de inspirar a los jóvenes para que se interesen por el mundo que nos rodea. También debemos ser capaces de reconocer el enorme potencial económico de la innovación científica.



-La Royal Society ha vivido prácticamente todas las grandes revoluciones científicas. ¿Cómo se enfrenta a la actual con hitos como la secuenciación del genoma humano?

-Publicando los mejores artículos científicos en nuestras revistas y financiando las ideas más vanguardistas de la ciencia. Una de las funciones más importantes es proporcionar un foro para el debate científico, ya sea a través de las publicaciones o a través de reuniones que faciliten el debate.



-Como premio Nobel de Medicina, ¿cree que la biotecnología revolucionará la medicina actual?

-La Medicina ha sufrido muchas revoluciones a lo largo de la Historia. Los antibióticos, la cirugía y las vacunas se encuentran entre los acontecimientos que han cambiado la existencia humana. La biotecnología tiene claramente el potencial de ofrecer un cambio de similar magnitud.