Tabernero en las instalaciones del VHIO.

Acercar los hallazgos del laboratorio al paciente lo antes posible. Éste podría ser el principio que rige el trabajo del Instituto de Oncología Vall d'Hebron, que se encuentra en estos momentos en plena fase de expansión. Su director, Josep Tabernero, habla con El Cultural.

El VHIO de Barcelona vive un proceso de crecimiento inusual en la ciencia española. Con un presupuesto de 14 millones de euros, se construye estos días un nuevo edificio de siete plantas y 7.000 metros cuadrados que albergará el Centre de Recerca Oncològica Cellex. Estará listo para 2013. Al frente de la institución se encuentra el doctor Josep Tabernero (Barcelona, 1963), para quien la necesidad, la generosidad y la excelencia son las bases de un proyecto que ha crecido con una filosofía clara de superación: "Nuestra diversidad de fuentes de financiación nos obliga a demostrar permanentemente un alto nivel de investigación".



- ¿Cómo es posible el desarrollo de este proyecto en tiempos de cierres y recortes?

-En primer lugar, por la necesidad. En el VHIO hacemos un tipo de investigación diferente con respecto a otros centros de investigación del cáncer. Nuestro objetivo y modelo es la investigación traslacional, un tipo de investigación que utiliza fundamentalmente modelos con tumores humanos y cuyos avances se pueden trasladar rápidamente a los pacientes. Esto hace que la investigación tenga que estar dentro de un campus hospitalario con un centro de cáncer como el Vall d'Hebron. En segundo lugar por la generosidad. Sí, la generosidad de múltiples instituciones que, junto a la Generalitat, son también patronos del VHIO, como la Fundación FERO, Obra Social "la Caixa", la Fundación BBVA y la Fundación Cellex, responsable de la construcción del nuevo edificio, además de múltiples donaciones individuales y corporativas que, en diversa medida, colaboran en los proyectos.



-¿Es el mecenazgo la salida a los recortes científicos?

-Creo que es una necesidad en cualquier circunstancia. El mecenazgo está muy extendido en otros países, fundamentalmente en el ámbito anglosajón pero progresivamente se va introduciendo en España. Su gran ventaja es que sabe ver las necesidades y las oportunidades de la investigación y, sobre todo, sabe juzgar bien el rendimiento y la transferencia de esta investigación en el tratamiento de los pacientes.



-¿Es pues este tipo de financiación mixta una rara avis en los centros españoles?

-Está absolutamente a la vanguardia en España. Piense que del presupuesto de VHIO menos del 10% son fondos estables de la administración, en nuestro caso únicamente aportados por la Generalitat de Cataluña. El resto es competitivo, abierto, con proyectos estatales y europeos, financiación por ingresos propios (prestación de servicios a otros centros de investigación, docencia, patentes...), convenios y contratos con la industria farmacéutica. En cualquier caso, la financiación procedente del mecenazgo resulta esencial.



-Así las cosas, ¿tenemos que irnos olvidando de las ayudas de las administraciones?

-No. Tenemos que hacer compatible un soporte de las administraciones gubernamentales que sea evaluable con una financiación competitiva, pública y privada, y con el mecenazgo a través de un modelo en el que tanto la financiación como los resultados sean transparentes.



-Mientras los investigadores españoles salen al extranjero ustedes "fichan" a nombres como Aleix Prat (especialista en análisis genético, procedente de Carolina del Norte) y Paolo Nuciforo (procedente de Novartis, en Basilea). ¿Siente que van a contracorriente?

-Hemos de hacer lo imposible por retornar el talento. Ambos son ejemplos de médicos investigadores excelentes que han pasado un tiempo muy importante en grandes instituciones académicas. Talentos así deben volver a nuestro país para aumentar la excelencia de la investigación y también del sistema sanitario.



Desde la biología molecular





Recientemente, Nature Medicine publicaba un estudio sobre un marcador clave del cáncer colorrectal. Detrás, un equipo del VHIO dirigido por Héctor García Palmer. No resulta extraño comprobar cómo en los últimos años el centro está detrás de algunos de los avances más importantes sobre el cáncer. "Los nuevos hitos en el conocimiento de la biología molecular de esta enfermedad -señala Tabernero- son difundidos a diario. Uno de los enfoques en la lucha terapéutica consiste en aumentar la inmunidad del organismo mediante vacunas y otros tratamientos que consigan llegar a controlarla".



-Siendo el cáncer una enfermedad tan diversa, ¿cabe esperar una solución universal?

-Efectivamente, el cáncer es muy diverso pero no sólo en los diferentes tipos de tumores según el origen, sino también y, lo que es más importante, en las alteraciones moleculares que los producen. Ya disponemos de avances fundamentales para la caracterización de las alteraciones moleculares que presenta cada tumor, lo cual nos permite aplicar un tratamiento personalizado.



-¿Qué dianas se buscan en la nueva generación de fármacos?

-Se están realizando algunos destinados a bloquear propiedades vitales y muy selectivas de las células tumorales. Cabría destacar fármacos que bloquean el metabolismo de las células neoplásicas, fármacos dirigidos a alteraciones genéticas específicas de los tumores -tales como mutaciones, traslocaciones y alteración en el número de copias de los genes-, fármacos que, como le decía, aumentan la inmunidad propia del organismo y otros que disminuyen la inflamación asociada a la enfermedad, etc.



-¿Qué impide en estos momentos comprender la enfermedad?

-La falta del conocimiento completo de la biología de la enfermedad y de los múltiples pasos que se necesitan para que se produzca un cáncer. Pero, a pesar de ello, en algunos tumores y en algunas personas con riesgo elevado de padecer un cáncer ya tenemos herramientas que nos permiten prevenir y diagnosticar muy precozmente la enfermedad.