El doctor Josep Baselga. Foto: Iñaki Andrés

Acaba de recibir el Mike Price Gold Medal Award en el XXII congreso bienal de la Asociación Europea para la Investigación del Cáncer (EACR) por su trabajo en torno a las terapias personalizadas contra el cáncer. El doctor Josep Baselga, considerado una de las principales autoridades mundiales en la enfermedad, habla con El Cultural sobre diagnóstico y prevención.

Si existen tantas enfermedades de cáncer como pacientes, entonces su curación tiene que pasar por tratamientos personalizados. A eso dedica todas sus energías, y son muchas, el doctor Josep Baselga (Barcelona, 1959), que tiene una de las agendas más apretadas del mundo científico. Acuerdos institucionales, congresos, pacientes, premios, comités, programas de investigación, laboratorios... Todo cabe en la cartera de este científico que dirige simultáneamente las unidades de oncología y hematología del Massachusetts General Hospital Cancer Center (MGHCC) y la de Terapia Molecular del Cáncer del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona (VHIO).



Ambos tienen su corazón dividido y en ambos deposita sus reconocidos conocimientos sobre una enfermedad calificada como “el emperador de todas las enfermedades”. “El VHIO es el centro clínico por excelencia -puntualiza Baselga- y el de Boston debe ser considerado bajo el prisma de los centros y hospitales universitarios estadounidenses, con unos presupuestos de investigación muy elevados y nutridos de estudiantes y licenciados de la Universidad de Harvard”.



Mucho por hacer

El VHIO ha aportado recientemente dos estudios sobre el cáncer de mama. Uno sobre la eficacia del fármaco Everolimus en 700 pacientes, y otro sobre un nuevo anticuerpo monoclonal llamado Pertuzumab, que aumenta el beneficio del tratamiento estándar. “La mortalidad por cáncer de mama se viene reduciendo un 2-3% por año. Esto son miles de vidas salvadas. Queda mucho por hacer, pero esto se mueve”, señala.



-¿Es el cáncer de mama el más controlado de los cánceres?

-No sé si es el más controlado, pero sí es cierto que las cifras de curación en estos momentos son bastante altas.



-Según su experiencia, ¿qué marca la diferencia entre la ciencia que se hace en Estados Unidos y la ciencia que se lleva a cabo en España?

-En EEUU hay mayores presupuestos para la investigación básica, y esto les permite tener también una importante masa crítica. España es una gran potencia en el desarrollo de ensayos clínicos con nuevas moléculas en pacientes con cáncer.



-¿Cómo deberían coordinarse los resultados científicos para su traslación clínica y para acortar los tiempos de aplicación?

-Es absolutamente necesario que nuestros médicos clínicos pasen tiempo en los laboratorios de investigación básica para entender bien lo que se está descubriendo y para identificar la mejor manera de hacerlo llegar a los pacientes. Nosotros hemos instaurado sesiones semanales conjuntas para investigadores básicos y clínicos. Creo que es un buen ejemplo de por qué es tan necesaria una investigación en equipo.



-¿Hasta qué punto es importante el intercambio de información entre este tipo de equipos?

-Creo que esto es fundamental para avanzar en el conocimiento del cáncer. Se requiere que sean de distintas áreas de conocimiento para poder abordar el problema de un modo eficaz. También especialistas de todas las áreas del conocimiento, incluyendo físicos, químicos, biólogos, matemáticos y, por supuesto, médicos. Trabajar así nos ha permitido realizar descubrimientos que no habrían sido posibles de otra manera. Un ejemplo ha sido la investigación de las mutaciones de los tumores.



Sobre este tipo de mutaciones, nadie mejor que el doctor Baselga para definir su papel en la enfermedad: “No es fácil identificar cuáles son los elementos o mutaciones responsables de cada tumor. A pesar de que hablamos del cáncer como una entidad única, la realidad es que hay cientos de tipos. Nunca dispondremos de un tratamiento o de una cura única. La célula cancerosa deriva de células del propio organismo con las que comparte un gran nivel de verosimilitud, lo que hace difícil que las podamos atacar de manera selectiva. Son células que, a partir de mutaciones genéticas y otras alteraciones, han adquirido una serie de capacidades que las transforman en malignas”.



-¿Es la consecución de nuevos fármacos el principal objetivo de las investigaciones?

-No exclusivamente. El objetivo más importante de la investigación oncológica es entender mejor la biología de la enfermedad. El desarrollo de nuevos fármacos es posible a partir de esos conocimientos.



En busca de la prevención

-¿Puede la nueva farmacología prevenir o atajar los efectos del cáncer?

-Por desgracia, la mayoría de los nuevos tratamientos van dirigidos a la enfermedad ya diagnóstica. La prevención, con excepciones, es nuestra gran asignatura pendiente.



Recientemente, el Programa Fundación BBVA para la Investigación en Biomarcadores Tumorales unió esfuerzos con las dos instituciones en las que más está involucrado Baselaga (MGHCC y VHIO) con el objetivo de buscar terapias personalizadas para lograr tratamientos más eficaces y ajustados a cada paciente. En un principio, irán dirigidos a tratar el cáncer de colon, mama y pulmón, aunque podría ampliarse a otros tipos, como los relacionados con el melanoma, próstata y linfomas. Los biomarcadores en el campo de la oncología son propiedades biológicas características de las células malignas que pueden ser medibles tanto en el tejido tumoral como, en algunas ocasiones, en la sangre. Podrían llegar a proporcionar información sobre cómo evolucionará la enfermedad o cómo responderá ésta ante el tratamiento. “La idea es identificar cuál es el tratamiento que necesita cada tumor”, señala el investigador.



-¿Pueden los biomarcadores llegar a alertar de la enfermedad antes de que dé la cara?

-Bueno, esto sería un biomarcador ideal. Tenemos alguno de ellos en cánceres de tipo hereditario. También en algunas lesiones que nosotros denominamos como premalignas.



-¿Va necesariamente unido biomarcador y terapia?

-No, aunque lo ideal sería que toda terapia estuviese asociada a biomarcadores indicativos de posible beneficio con el tratamiento.



-¿Qué importancia tienen patrocinios como el del BBVA?

-Es una iniciativa muy importante porque facilita el trabajo en equipo de centros españoles y estadounidenses para el desarrollo de nuevos biomarcadores. Quisiera destacar aquí que es un programa totalmente puntero.