Rafael Rebolo. Foto: Sergio Bolaños
Rafael Rebolo, miembro del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) desde el año 1984 y descubridor de las enanas marrones, ha sido el elegido como sucesor de Francisco Sánchez en la dirección del centro. "Es un incremento en las responsabilidades que tomo con mucha ilusión. Me acerco con la intención de hacer lo mejor para el instituto", afirma el astrofísico.
Rebolo, que asumirá la dirección el próximo 15 de octubre, tiene como objetivo recuperar el nivel de financiación que recibía antes el centro. "La financiación siempre va en proporción directa con lo que conseguimos en cuanto a competencias internacionales", aclara. El IAC está reconocido mundialmente por sus proyectos y hallazgos de modo que "mantener el nivel de colaboración con otros países y reforzar las instalaciones de equipamiento", son otros de los objetivos para su labor a cargo de la dirección. Asegura que no solo a nivel "científico sino también tecnológico".
No promueve grandes cambios en la dirección respecto a Francisco Sánchez, quien estuvo al mando durante 31 años, sino que se acerca al puesto con ganas de "hacer un trabajo correcto para que el Instituto vaya ascendiendo. Queremos impulsar varios avances que ahora mismo están en nivel prematuro y conseguir colaboración internacional". Cuenta que el IAC ya cuenta con cerca de sesenta acuerdos, pero añade: "Hay que desarrollar algunos más, tenemos que materializar algunos acuerdos que traigan nuevas instituciones y permitan iniciar y ampliar las colaboraciones que ya tenemos".
Pese a los recortes que está sufriendo tanto el IAC como el resto de áreas de la sociedad española, Rebolo opina que el futuro de las investigaciones astrofísicas es "ejemplar". "La astrofísica investiga la frontera de la física y, como va abriendo camino hacia lo desconocido veo un futuro brillante. Exploramos posibles relaciones entre las fuerzas fundamentales de la naturaleza o los agujeros negros".
A día de hoy están sumergidos en un proyecto fundamental de búsqueda de planetas que tengan un movimiento biológico similar al de la Tierra. Pero estas investigaciones no se pueden llevar más allá sin la ayuda de la tecnología, es por ello que desde el Instituto creen que "pese a los recortes hay proyectos increíbles y España debería estar ahí". En concreto el Instituto ha perdido la oportunidad de construir un telescopio gigante europeo de 39 metros de diámetro, el E-ELT, que el Observatorio Europeo construirá finalmente en Chile. Pero las aspiraciones no cesan y es "muy importante que se materialice la oferta de tener un telescopio que va a ser la revolución. En esa línea el trabajo está puesto en marcha y esperamos que las decisiones sean favorables", cuenta Rebolo.
No obstante, este no es el único plan que se está poniendo en marcha. Quieren impulsar la adquisición del telescopio Cherenkov, un detector de rayos gamma de gran energía, proyectos espaciales y telescopios de gran diámetro para la observación de la física solar y del desarrollo de estrellas y galaxias.
El estudio de las estrellas y galaxias trae grandes beneficios a la sociedad, explica Rebolo, y confirma que lo más importante es encontrar actividad biológica en otros planetas. "En el 70% de los sistemas planetarios hay actividad pero no sabemos cuántos de ellos tienen algo en común al nuestro". Por otro lado, el estudio del Sol es imprescindible debido a que se desconoce cómo genera su actividad magnética y no "sabemos cuándo habrá una tormenta. Tenemos que averiguar cómo puede afectarnos esa interacción", confiesa. "Son fuerzas de energía desconocidas que podrían causar la expansión del universo pero no sabemos su naturaleza", concluye.
Además, Rafael Rebolo cuenta con un trabajo propio que se llama Quijote y se dedica a la astronomía de Microondas, es decir, al estudio de la radiación que dejó el Big Bang en el Universo, los primeros instantes del calentamiento de la galaxia. "De momento va bien, intentamos atraer otros socios y la semana que viene nos visitan desde Japón para saber si les interesa colaborar con nosotros. También estamos manteniendo conversaciones con Sudáfrica", comenta.
La colaboración internacional es indispensable en el desarrollo de la astronomía. El IAC tiene una gran reputación y desde sus logros y descubrimientos en cuanto a planetas de tipo terrestre, sus resultados han dado la vuelta al mundo. "Hay evidencias cada vez más claras de que existen. Cabía esperar que fuera así y la tendencia es que hay planetas de diversos tamaños pero otra cosa es que tengan una atmósfera y estén dotados con una temperatura agradable de unos veinte grados", aclara el director.
Para llevar a cabo estos estudios se requiere del Fondo Cósmico de Microondas y el satélite Planck. De todos los proyectos en los que está trabajando Rafael Rebolo, asegura que de los más importantes es la búsqueda de planetas de tipo terrestre cercanos al Sol. En cuanto a cómo compaginará el cargo de dirección del IAC con sus investigaciones, comenta que su intención es "dedicar el tiempo de gestión necesario de cada día a la dirección del centro y al menos trabajar dos horas diarias en mi proyecto".