Atapuerca, el proyecto BRAIN y la Voyager 1, lo más destacado del año en materia científica.

Especial: Lo mejor del año

El "campanazo" de los yacimientos de Atapuerca descubriendo el ADN humano más antiguo conocido, el proyecto BRAIN liderado por el español Rafael Yuste que pretende desentrañar (con medios jamás vistos) los mecanismos que rigen el cerebro, y la hazaña de la Voyager 1 llegando a los confines del Sistema Solar son los tres hitos elegidos por nuestros científicos que han marcado el 2013. Pero hubo más: los trabajos de Manuel Serrano sobre células madre, la inauguración del telescopio ALMA, el mapa de las mutaciones del cáncer...

José Antonio Lopez Guerrero

Investigador del CBMSO-CSIC

El campanazo de Atapuerca. Un verdadero tesoro que los de la Odyssey no podrán expoliar. Los restos óseos de la sierra burgalesa vuelven a ser noticia. Según publica Nature, un equipo con importante participación española ha conseguido extraer y secuenciar, por primera vez, el ADN mitocondrial de un fósil humano de unos 400.000 años del yacimiento conocido como Sima de los Huesos. El análisis de los genes de las mitocondrias ha dado la campanada. Al compararlo con otras muestras de ADN -humanos modernos, neandertales o varios primates- se ha descubierto un sorprendente "parentesco" con una población de humanos siberianos: los denisovanos, próximos a los neandertales eurasiáticos, de los que se tienen muestras de hace unas 40.000 primaveras. La mejor paleontología y biología molecular, unidas de la mano.



Células madre y tejidos. La prestigiosa revista Nature Medicine ha destacado un trabajo de un grupo español como el mejor del año 2013 en el campo de la investigación biomédica. Según publicó en septiembre de 2013 Nature el trabajo, encabezado por María Abad y dirigido por Manuel Serrano, director del Programa de Oncología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, demostró que las células de múltiples tejidos, como estómago, riñón, intestino o páncreas pueden ser reconvertidas en células madre embrionarias directamente in vivo sobre los tejidos de organismos, algo que abrirá muchas opciones terapéuticas al eliminar la fase de cultivo celular in vitro.



La genómica del cáncer. El mapa detallado de las mutaciones que originan la mayoría de los cánceres que azotan a nuestra especie se me antoja un prodigio descomunal de nuestra civilización... Según comentan Laura Zahn y John Travis en la presentación de nada más y nada menos que cuatro artículos a través de Science con la sugerente pregunta de "¿estamos ante un renacimiento médico?", tras completar la secuencia del genoma humano en 2001, muchos investigadores se centraron inmediatamente en la comprensión de la genética y epigenética que se esconden tras el inicio, desarrollo y progresión del cáncer. En los artículos aparecidos tanto en Science como en Science Signaling se definen aquellas mutaciones que pueden surgir a lo largo de la vida, mediante interacción con el medio ambiente, y que, dependiendo del sistema concreto celular, podrían originar un tipo u otro de tumor. Según los nuevos estudios, en su conjunto se tendrían hasta 140 posibles genes cuyas mutaciones podrían llevar a cualquier tejido a la tumorogenización… Estas investigaciones ofrecen un amplio panorama a la hora de diseñar fármacos, terapias o test de diagnósticos más efectivos y casi personalizados. Estaríamos ante la ya conocida Medicina a la Carta...




Manuel Martín-Loeches

Neurocientífico. UCM-ISCIII

El ADN más antiguo. La reciente publicación en Nature del ADN mitocondrial de la especie que utilizó la Sima de los Huesos como probable lugar de enterramiento para sus muertos, tradicionalmente considerada (pero ahora cuestionada) como Homo heidelbergensis, ha supuesto una auténtica revolución en varios sentidos, un verdadero hito científico. En primer lugar, estamos ante el ADN humano más antiguo conocido, de unos 400.000 años, con una diferencia de varios cientos de miles de años respecto al que ocupaba este lugar hasta hace poco, de "tan sólo" unos 50.000 años. En segundo lugar, que esa especie estaría más próxima no a los neandertales, sino a los desinovianos, especie emparentada con los neandertales -pero diferente- y que habitó Siberia mucho después. Esto pone sobre la mesa un complejo puzle de especies humanas moviéndose a lo largo y ancho del tiempo y el espacio europeos.



La apuesta cerebral de Obama. BRAIN son las siglas de Brain Research Through Advancing Inovative Neurotechnologies (es decir, Investigación Sobre el Cerebro a Través del Avance de Neurotecnologías Innovativas). Este es el nombre del ambicioso proyecto puesto en marcha en 2013 y con el que el presidente Obama pretende competir con otros proyectos europeos y asiáticos encaminados a desentrañar los más recónditos rincones del cerebro humano. Un gran esfuerzo para conocer en profundidad la fuente de todos nuestros pensamientos, de todas nuestras alegrías y de nuestras tristezas.



Hacia el infinito... Precisamente, es mucho más lo invertido hasta ahora en la exploración del Universo que lo invertido en el cerebro humano. Fruto de esta situación, la Humanidad ha sido capaz de enviar sus ingenios a lugares verdaderamente inconcebibles para nuestra mente de primates adaptados hace cientos de miles de años a la Sabana africana. Hemos sabido este año que allá, a unos 19.000 millones de kilómetros del sol -seis veces la distancia que nos separa de Neptuno-, la Voyager 1 ha alcanzado el espacio interestelar, ese "abismo" existente entre estrellas y, por tanto, territorio infinito de nadie.




Antonio Ruiz De Elvira

Catedrático de Física. Universidad de Alcalá.

La gran familia de los homínidos. Un equipo con participación española halla ADN en un fémur en la Sima de los Huesos de Atapuerca. Rodeado de huesos de neandertales, el fémur, del que se ha analizado su ADN, es de otra rama de los homínidos, probablemente de los Denisovanos. El descubrimiento cambia, no la ciencia, sino el modelo tradicional de esta parte de la ciencia en el cual, como en el de las partículas elementales de la física, cada vez hay más grupos distintos de homínidos. Lo que es claro es que los homínidos vivieron por toda la Tierra y no solo en África.



Los BRAIN. Este año se han lanzado dos proyectos BRAIN, uno en los EEUU y otro en Europa. Uno de los coordinadores del proyecto estadounidense es el profesor nacido español Rafael Yuste, de la universidad americana de Columbia. Los BRAIN intentan hacer mapas de la actividad eléctrica de las conexiones interneuronales del cerebro humano. Los BRAIN intentan comprender como funciona la herramienta que utiliza esa misma ciencia para analizar el mundo.



Señales fuera de nuestro mundo. Hace 36 años la NASA envió la Voyager I con la idea de que saliese del sistema solar. Se consiguió, y la nave nos dejó atrás hace un año. Tiene energía para que sus instrumentos funcionen hasta 2025. La estrella más cercana está a dos años luz, y la nave se mueve a 0.000057 veces la velocidad de la luz. Eso quiere decir que estará, sin vida, a dos años luz de nuestro sistema solar dentro de 35.294 años. Es bello que queramos mandar señales fuera de nuestro reducido mundo.




Francisco Anguita

Geólogo. Universidad Complutense de Madrid

Problemas de Familia. El análisis del ADN de un fémur extraído del yacimiento de Atapuerca ha supuesto un mazazo a nuestro pedigrí: resulta que este antepasado burgalés era, al parecer , pariente no de los neandertales que poblaron la Península desde hace 400.000 años, sino de una oscura población, los denisovanos, que vivieron en Siberia cientos de miles de años después. El equipo hispano-alemán autor del trabajo espera obtener datos más definitivos en un año. Por el momento, suspense.



El 'alma' del universo. El 13 de marzo, en el norte de Chile, a 5.000 m de altura, se inauguró el telescopio Atacama Large Millimeter/submillimeter Telescope (ALMA), compuesto por 66 antenas móviles de 7 a 12 m de diámetro. Es un proyecto conjunto de Europa, Estados Unidos y Japón, que ha costado mil millones de euros y pasa a ser el mayor telescopio del mundo, con resoluciones mejores que las del Hubble.



Un mapa del cerebro. "Igual que en 1988 el proyecto del Genoma Humano transformó la Biología, así el proyecto BRAIN proporcionará mejores diagnósticos para las millones de personas que padecen dolencias de origen cerebral". Así justificaban este proyecto, en mayo pasado, los portavoces del Instituto Nacional de la Salud de EE.UU., tras el apoyo público que el presidente Obama dio a esta ambiciosa iniciativa. El proyecto aspira a obtener algo parecido a un mapa dinámico de la actividad cerebral. A comprender cómo los circuitos neuronales actúan para, por ejemplo, producir emociones. También se espera que surjan de él tratamientos eficaces contra enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson, la esquizofrenia o el autismo.