Paul G. Bahn

Isla de Pascua es el terreno más remoto constantemente habitado de la tierra. Un territorio que esconde aún muchos misterios que se sortean difíciles de esclarecer y una cultura que erigió sofisticadas estatuas de piedra, llamadas moai, de gran tamaño y un peso ingente que plantean una de las preguntas más repetidas a lo largo de la historia: ¿cómo las esculpieron y, sobre todo, cómo las transportaron ladera arriba hasta la costa? Esta es una de las cuestiones que ha estado investigando durante años el arqueólogo británico Paul G. Bahn (Kingston upon Hull, Reino Unido), quien asistió a Valencia a dar una conferencia bajo el título ¿Qué ocurrió con Isla de Pascua? dentro del ciclo A ciencia cierta en el Museo de las Ciencias de Valencia con la colaboración del British Council.



Pregunta.- La Isla de Pascua esconde muchos misterios aún por resolver. ¿Es possible conocer cómo esta cultura ancestral esculpió las estatuas?

Respuesta.- Tenemos una idea bastante configurada sobre cómo lo hicieron a través de la tradición y, sobre todo, mediante las mismas estatuas. La ventaja con la que contamos es que hay cientos de moais, terminados y otros aún sin terminar, en los que se pueden observar las fases de la preparación. El material, al contrario de lo que se pensaba antes, es muy blando, como la tiza y una vez se llega a la capa más visible es fácil de cortar. Solían utilizar basalto para darles forma. Lo que también sabemos es que empezaban a cortar y dar forma a las estatuas cortando el material en forma de cilindro con la base aún adherida a la roca. Cortaban la cabeza, la parte frontal, los brazos, el estómago y cuando todo esto estaba listo quedaba preparado para despegarlo de la roca madre bajándolo en una especie de trineos con cuerdas. Realmente es una manera ilógica y complicada de hacerlo.



P.- Ha habido muchas investigaciones y experimentos durante muchos años. Carl Lipo, por ejemplo, ha intentado averiguar cómo movían las piezas. ¿Está de acuerdo con las teorías de este arqueólogo?

R.- No, en absoluto. No es el primero en intentar mover los maoi de esa manera. Todo lo que sabe la cultura residente es que las estatuas caminaron por sí solas hasta las plataformas. El primer investigador en 'hacerles caminar' fue el checo Pavel Pavel, intentando la fricción de las piezas como si fueran un armario, de manera horizontal. Se puede hacer así, claro, pero el problema es que solo podían ser transportadas de esta manera unos metros porque ocasionaban muchos daños a las estatuas.



P.- ¿Cuál es la teoría que usted defiende?

R.- Hay dos teorías que tienen fuerza: por un lado está la que opina que las estatuas eran transportadas de manera horizontal en una especie de trineo. Pero eso involucra a muchas personas tirando de ello. Personalmente considero que era más factible moverlas de manera vertical en un trineo con rodillos en la parte delantera. Aunque hay investigaciones que descartan esta teoría por ser peligrosa y slgo torpe. De modo que lo más sencillo es pensar que las movían con un trineo con rodillos creando una especie de línea de ferrocarril y moverlas por el camino. Funciona bien porque así no requerirían de tanta gente tirando de cuerdas para transportarlas. De todos modos, hay cientos de estatuas de diferentes tamaños transportadas a diferentes distancias por lo que no hay una respuesta simple a esto. Probablemente emplearían diferentes métodos dependiendo de la distancia, el terreno, el tamaño y la cantidad de personas que tenían disponibles. Aún lo estamos debatiendo.



P.- Es un lugar remoto, lejano a todo. Debieron ser excelentes navegantes.

R.- Es, probablemente, el lugar más remoto del planeta. Los indonesios era los mejores navegantes de los que hemos conocido nunca y en cierto momento una expedición tuvo la suerte de encontrar Isla de Pascua. Pero no creo que fuera encontrada más de una vez antes de la llegada de los europeos e imagino que los indonesios hicieron múltiples expediciones al océano y no encontraron nada, o se perdieron o se ahogaron. Pero alguien tuvo la suerte de llegar.





Moais de la Isla de Pascua



P.- Rapanui fue una cultura muy rica en tradiciones. ¿Cuáles son, en su opinión, las más importantes?

R.- Era una cultura neolítica pero lo que lograron con una tecnología tan básica es excepcional. Era gente asombrosa. Rescato dos tradiciones. La primera sería la importante devoción a las estatuas de sus ancestros. Hay rituales similares en otras culturas pero los rapanui lo llevaron al extremo con unos tamaños enormes que requerían mucho trabajo. La otra es la adaptación por la que pasaron. Hubo una época en la que destruyeron todo su medioambiente y la supervivencia comenzó a dificultarse pero se adaptaron a las nuevas circunstancias. Cambiaron su estructura económica, su religión, sus infraestructuras, lo cambiaron todo y evolucionó su cultura ancestral modificando, incluso, la manera en la que escogían sus líderes cada año. Fue asombroso.



P.- Incluso pasaron por una guerra civil.

R.- Esta guerra civil está siendo bastante criticada últimamente. Al parecer era una cultura que vivía en paz y armonía desde la llegada de los indonesios, algo inusual porque esta cultura estaba en constantes guerras entre islas. Pero aquí parece que se ayudaban los unos a los otros hasta un periodo de crisis hacia finales del XVI y, sobre todo, en el XVII cuando comenzaron a crear armas, se violaban los unos a los otros, destrozaban las estatuas, etc. Algunos dicen que fue la llegada de los europeos quien rompió la armonía pero las evidencias cuentan que ya estaban en un momento de crisis. Aunque lo cierto es que la llegada de los europeos tuvo terribles consecuencias para ellos pero sus bosques estaban ya desforestados para entonces.



P.- ¿Diría, pues, que los europeos solo contribuyeron al empeoramiento?.

R.- Efectivamente. Aunque los primeros exploradores franceses y españoles no buscaban ningún daño. Más tarde, en el siglo XIX, comenzó una oleada de secuestros que iban dirigidos a la esclavitud en América Latina, sobre todo a Perú. Casi consiguen acabar con toda la raza pero algunos escaparon. Franceses, británicos y tahitianos protestaron en contra de esta situación alegando que deberían dejarles volver a su tierra pero llevaron consigo muchas enfermedades que causaron terribles consecuencias. Para 1877 la población bajó hasta unas 120 personas, casi acabaron con ellos.



P.- Hoy en día es un lugar que atrae mucho turismo. ¿Qué peligros existen?

R.- Siempre se crean problemas con el turismo, ya sea en Isla de Pascua, en Machu Pichu y rincones similares. En los últimos años se están tomando medidas y cada vez hay más cosas que los turistas no tienen permitido hacer. No se pueden acercar a las plataformas, o escalaras. Y, para mí, la peor de todas es que no se puede estar cerca de las más importantes, se necesitan prismáticos para ver las estatuas y, realmente, no se pueden observar bien. El otro problema viene con la edificación de hoteles que dañan seriamente al medioambiente y al suministro de agua de la isla. Y, por supuesto, la recogida de basura se está convirtiendo en un verdadero problema. Chile no la recoge y viven cerca de 5.000 personas allí, casi todos chilenos. Pero si han sobrevivido todos estos años lo volverán a hacer.



P.- ¿Qué enseñanza se puede sacar de las investigaciones en este lugar?

R.- Hemos aprendido una lección de Isla de Pascua y es que el destrozo medioambiental al que sometieron a su tierra casi los devasta por completo. Desde la colina más alta se podía ver que solo quedaba un árbol y aún así lo talaron. De modo que la enseñanza que sacamos es que estamos haciendo algo similar con nuestro planeta y tenemos que tener mucho cuidado porque nuestros recursos van a terminar y la población sigue aumentando implacablemente. Si no tomamos conciencia de todo esto vamos a causar un choque tremendo en el futuro.