Roger Gomis en su laboratorio del IRB de Barcelona. Foto: Jordi Soteras

Roger Gomis es investigador ICREA del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y lidera el grupo de control de crecimiento y metástasis del cáncer. Su equipo trabaja actualmente en la búsqueda de marcadores que "predigan metástasis a hueso para hacer terapias más o menos agresivas en los pacientes". Este avance desembocaría en las esperadas terapias personalizadas que permitirían adecuar los tratamientos "de una manera más coherente y racional". Así pues, el conocimiento de cada uno de los casos podría derivar en la disminución del sufrimiento de muchos pacientes. Aprovechando que es el Día Internacional del Cáncer, hablamos con el investigador acerca de la investigación de esta enfermedad en España.



- ¿Cuál es la situación de la investigación en este terreno?

- En España, me atrevería a decir que, probablemente es uno de los campos donde más fuertes somos en términos de investigación básica e investigación clínica. Solo hace falta fijarse en los centros de investigación básicos de España que son referentes internacionales. Y a la par estamos el CRG y el IRB, que aunque la oncología no sea el eje motriz, claramente hay grupos muy potentes que están haciendo aportaciones más que significativas y competitivas en términos internacionales. Es muy significativo porque precisamente España no es un país donde la investigación tenga un apoyo generoso y, a pesar de esa situación, hay que ver los estudios que están saliendo de los centros. Tampoco hay que olvidarse que hay islas y elementos dentro de todo el territorio que apoyan el potencial de España. Josep Baselga ahora es el director del centro más importante del mundo, por ejemplo.



- Cada vez hay más casos pero también más casos de superación. ¿Puede hablarse de un mayor control de la enfermedad en los últimos años?

- Por supuesto, claramente estamos yendo hacia un mayor número de eventos relacionados con el cáncer porque la gente vive más y tenemos un tipo de vida que lo puede facilitar, desde que somos fumadores o estamos rodeados de coches de tipo diesel o nos exponemos a los rayos uva, etc. Pero el principal denominador es que vivimos mucho más. Otras enfermedades que antes nos mataban ahora las hemos contralado. El éxito de las campañas de identificación de cáncer de mama, próstata o colon es muy significativo. Además los mejores tratamientos que tenemos hoy en día, claramente, van en la línea de dar una mayor supervivencia a los pacientes y mayores índices de curación a los mismos. Sobre todo lo que va a venir en terapias inmunológicas así como los diagnósticos de acompañamiento que permiten mejorar la efectividad de los fármacos en aquellos pacientes que los van a necesitar. Esto nos hace ser optimistas, es decir, el cáncer no lo vamos a eliminar pero lo vamos a manejar y estamos en camino de manejarlo mucho mejor. El ejemplo más claro es el melanoma, hace unos años estos pacientes estaban sentenciados y hoy en día con los nuevos fármacos dirigidos con oncogénesis específicos y las nuevas inmunoterapias hay un porcentaje muy significativo que se cura.



- ¿Qué relación existe entre cáncer y envejecimiento?

- Es muy claro, el envejecimiento de la población en general nos está llevando hacia dos cosas. Primero el cáncer tiene unos componentes obvios, cuanto más viven las células más probabilidades hay de que esto ocurra. Y por otro lado, sabemos que el cáncer tiene un componente ambiental, el tabaco aumenta el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, la radiación solar del cáncer de piel. Por tanto, si vivimos más y estamos más expuestos a este tipo de presiones ambientales es más probable que tengamos más eventos de estos.



- Obama acaba de anunciar terapias basadas en el genoma. ¿Cómo puede afectar al tratamiento del cáncer?

- Estamos frente a una nueva era y son las terapias inmunológicas las que están cambiando el paradigma. Por otro lado, llegamos a entender por qué se producen estos tumores y sobre todo empezamos a entender cuáles son sus debilidades. Y con eso somos capaces de asignar fármacos específicos a tumores concretos mejoramos mucho el rendimiento.



- ¿Para cuando se podrá hablar del cáncer como enfermedad crónica?

- Con algunos cánceres ya estamos ahí. Por ejemplo el cáncer de mama. Hoy en día se extienden las terapias hormonales porque se sabe que son más efectivas. Y empezamos, y esta es la gran novedad, a tener fármacos buenos para controlar la metástasis a hueso. Antes la esperanza de vida en estos casos era de seis meses o un año, ahora la esperanza de vida puede estar entre 4 a 8 años. Es poco, para alguien que tenga 55 años, ocho años más de vida son pocos, pero si lo trasladamos a porcentaje e intentamos ser fríos con los números, que no es fácil, hablamos de aumentar la esperanza de vida en un 15-20%. Estamos en el camino del progreso.



- La metástasis... ¿qué es y cómo se da?

- La metástasis es que en el organismo hay una célula que un día decide saltarse las normas. El organismo funciona porque tiene unas normas y leyes, y un día alguien decide saltárselas y no obedecer a las leyes de su crecimiento. Eso es un tumor que crea una masa y, como siempre pasa, cuando hay unos cuantos díscolos siempre hay uno que es el viajero. Y la metástasis viene a ser esto, como hay una masa que está creciendo que no respeta las leyes hay uno que entre tanta multitud decide escaparse. Esa célula, que no respeta las normas de convivencia, que tiene unos genes extras le permiten salirse de la masa. Pasa con una frecuencia alta y el 99.99% de las células se van a morir porque no sobreviven en circulación. Sin embargo, sabemos que hay un porcentaje muy pequeño que tiene una carga genética adecuada que le permite sobrevivir en otro territorio y empiezan a crecer. Son procesos que no son estocásticos o por probabilidad sino que hay una componente genético. El cáncer de mama normalmente deriva a hueso y luego a otros tejidos, el de próstata va a hueso y el cáncer de pulmón va al otro lado del pulmón y luego disemina en todo el organismo. Hay patrones específicos.



- ¿Se puede saber o predecir si se va a desarrollar una metástasis o no?

- En ello trabajamos, es el objetivo de nuestro laboratorio. Somos muy activos y hemos creado una compañía que está validando si uno de los marcadores que hemos descubierto ha funcionado o no en pacientes. Creemos que puede ser una utilidad importante porque hay fármacos que son específicos para las metástasis.



- Se entiende que un cáncer cuando desarrolla metástasis las posibilidades de curación disminuyen. ¿Es posible curarse en estos casos? ¿Cuál es el porcentaje?

- Esto tiene trampa porque en general las probabilidades de sobrevivir son más bajas cuando uno tiene una red viva porque lo que quiere decir es que todos los tratamientos que se han aplicado hasta ese momento no han sido suficientes, son asintomáticos. Sin embargo, empezamos a saber que hay determinados tipos de metástasis frente a los cuales se puede actuar de manera efectiva. Por ejemplo en el cáncer de colon una metástasis aislada en el hígado es operable y se opera con un éxito muy alto. Es como poner el contador a cero, como si te hubieran descubierto un cáncer de colon y entras en un símil y mimetizas las mismas probabilidades que un tumor primario. Pero a pesar de que haya situaciones en las que esto pueda ser un hecho también hay casos en los que es muy difícil, como la metástasis a hueso. No hay que olvidar que hoy en día no hay tratamiento más efectivo que el cirujano.



- ¿Es efectiva la comunicación entre la investigación y la aplicación clínica?

- Yo creo que cada vez es más evidente que hay una buena comunicación entre los clínicos y los básicos en España. Al menos en mi institución tenemos varias colaboraciones con clínicos y estoy encantado. Cada vez es más habitual. Dicho esto, el problema es que las instituciones están organizadas de un modo que no es el óptimo para cumplir el objetivo que quieren. Nosotros, por ejemplo, no estamos en un centro hospitalario físicamente.



- ¿Qué sinergias existen entre la industria farmacéutica y los laboratorios de investigación?

- Es más complejo. En España hay un problema que radica en que las instituciones académicas tienen poca visión en la transmisión de tecnología y muchas veces por desconocimiento no sabemos gestionarlo y no saben cómo valorarlo después. Además tenemos un conflicto interno que es que lo público y lo privado chocan. Una tecnología que se desarrolla en un centro público es difícil transferirla a una empresa privada. Bajo ese paraguas hay poca comunicación porque el marco no lo facilita. En general hay poca pero es verdad que hay cada vez más empresas que son competitivas a nivel mundial.