Imagen que compara a Kepler-452b con la Tierra. Foto: NASA

Bautizado como Kepler-452b, el planeta, encontrado por la sonda Kepler, está ubicado a 1.400 años luz de distancia, es un 60% más grande en diámetro que nuestro planeta y su órbita es de 385 días. Sus características, similares a las de La Tierra, han encendido el debate sobre la posibilidad de existencia de vida y sobre el futuro geológico de nuestro planeta.

La ciencia espacial no se detiene y continua ofreciendo excepcionales descubrimientos. Hace no mucho la sonda New Horizons nos acercaba por primera vez a Plutón tras un viaje de varios años. La noticia la proporciona ahora la misión Kepler de la NASA, que ha encontrado el astro, hasta el momento, más parecido a nuestro planeta. El satélite Kepler, que orbita alrededor de nuestra estrella en busca de nuevos mundos desde 2009, ha detectado el planeta más parecido en tamaño a la Tierra dentro de la denominada zona habitable definida alrededor de cada estrella, es decir, aquélla en la que se podría dar agua líquida, y posiblemente vida, en la superficie del planeta.



Desde que fue lanzada la misión en el año 2009, ya han sido varios los titulares que rezaban: encontrado un exoplaneta gemelo a la Tierra. Es cierto que se han encontrado planetas similares con anterioridad, y muchos. La propia NASA ha confirmado que este hallazgo supone el exoplaneta número 1.030. Pero en este caso la clave no está en el planeta, sino en la estrella. "Supertierras en la zona de confort alrededor de estrellas ya se han encontrado muchas veces antes. Pero el interés de este hallazgo es que, además del tamaño parecido del planeta con la Tierra, orbita alrededor de una estrella parecida al Sol", explica David Barrado, investigador del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC).



Jon Jenkins, jefe de análisis de datos de la misión Kepler, explicó en rueda de prensa que el planeta, bautizado como Kepler-452b, orbita una estrella que es de la misma clase que la nuestra, únicamente un 4% más masiva y un 10% más brillante. El planeta en sí, es un 60% más grande que la Tierra, por lo que la gravedad en su superficie sería dos veces la del nuestro. Lo más intrigante es que a Kepler-452b le toma 385 días dar la vuelta completa a su estrella, o sea, apenas 5% más que el tiempo que invierte la Tierra.



Comparación entre los diferentes planetas y sus sistemas solares. Foto: NASA

Pese a todo, su tamaño permite a los científicos adelantar que el planeta es rocoso, probablemente con una atmósfera más densa y con una importante concentración de volcanes activos, y que podría tener agua en estado líquido que facilite la existencia de vida. Si el planeta es efectivamente, rocoso, entonces podría estar en medio de un escenario terrible, ya que el calor de su moribunda estrella estaría evaporando los lagos y oceános.



"Si Kepler-452b es en efecto un planeta rocoso, su ubicación respecto a su estrella podría significar que está pasando por la peor fase de efecto invernadero de su historia climática", dijo Doug Caldwell, científico de la misión Kepler de Seti (Search for Extraterrestrial Intelligence), un instituto que busca vida extraterrestre. "La creciente energía de su envejecido sol podría estar calentando la superficie y evaporando cualquier océano que haya. El vapor de agua podría estar perdiéndose del planeta para siempre", añadió.



De hecho, los científicos vinculan de alguna forma el hecho de que tenga 1.500 millones de años más que nuestro planeta a una mayor probabilidad de que ya se haya producido el surgimiento de vida. Sin embargo, esto es un poco aventurado, según otros expertos. "La vida está ligada a la Geología y a cómo ésta determina el ciclo del agua. Eso es lo que permite la vida compleja. Pero la geología en la Tierra se debe a reacciones nucleares en el núcleo que se estima que cesarán en unos 1.000 millones de años. Así que la actividad geológica está condenada a desaparecer". Como quizás ya ha desaparecido la vida, si llegó a existir, en el nuevo planeta.



En conclusión, "Kepler-452b podría estar experimentando ahora lo que sufrirá la Tierra de aquí a 1.000 millones de años, a medida que el Sol envejezca y se vuelva más brillante". A pesar de este debate, la NASA lo ha calificado como "un primo, más grande y más viejo, de la Tierra". "Este es hasta ahora el planeta que más se asemeja a la Tierra y algo que podemos llamar hogar", explicó uno de los científicos del programa.



Hasta el momento, el más prometedor hallazgo de un planeta parecido a la Tierra en cuestión de habitabilidad era el Kepler-186f, con un tamaño muy parecido a nuestro planeta, pero que orbita alrededor de una estrella enana, infinitamente menos cálida que el Sol. Veremos qué novedades arroja el estudio de este nuevo hallazgo en esa incesante carrera por conocer más a fondo el insondable espacio exterior.