Oliver Sacks

El neurólogo, también autor de éxito de libros de divulgación científica, ha muerto a los 82 años víctima de un cáncer hepático.

El escritor y neurólogo Oliver Sacks, que anunció hace unos meses que sufría un cáncer terminal, ha muerto este domingo en su casa de Nueva York a los 82 años. Él mismo se despedía del público el pasado 19 de febrero escribiendo sobre su enfermedad y sobre el hecho de estar "cara a cara con la muerte". Y ha aprovechado bien el tiempo. En estos meses, ha publicado sus memorias, On the move, que editará Anagrama en castellano en breve, y ha escrito unos pocos textos en la prensa en los que, con su característica mezcla de humor y lucidez, exploraba las certezas de la vida cuando ya sabía que le quedaba poco tiempo aquí abajo.



Nacido en Londres, en 1933, provenía de una familia judía ortodoxa, y estaba vinculado familiarmente al director de cine Jonathan Lynn y al matemático Robert Aumann. De su entorno familiar heredó la pasión por la medicina, tanto su padre como su madre la ejercían, pero rechazó frontalmente la religión judía ya desde la adolescencia. En 1951 entró en el célebre Queen's College de Oxford, donde se licenció tanto en psicología como biología en 1954. Poco después, también, obtendría una licenciatura de letras y medicina a finales de la década.



Ya en Estados Unidos, comenzó viviendo en la costa oeste, pero pronto se mudó a Nueva York donde empezó a trabajar como neurólogo consultor en el hospital Beth Abraham en 1966. Una vez allí, conoció a pacientes que llevaban décadas en "estado congelado", incapaces de iniciar ningún movimiento. Reconoció a los pacientes como sobrevivientes de una pandemia de una enfermedad del sueño (encefalitis letárgica) que había barrido el mundo desde 1916 a 1927 y los trató con una medicina entonces experimental, L-dopa, que les permitió recuperar la consciencia.



Los testimonios de estos pacientes se convirtieron finalmente en su libro Despertares, que le dio una gran proyección mediática, especialmente después de que el texto fuera exitosamente adaptado al cine con Robin Williams y Robert De Niro en los papeles protagonistas. A lo largo del libro, y ya en la introducción, Sacks afirmaba que desarrollaba un tema "metafísico" y que todavía se sorprendía de ver a los pacientes que volvían a «despertarse» de su letargo.



Después llegaron varios títulos más, libros sobre enfermedades o trastornos médicos inusuales, como El hombre que confundió a su esposa con un sombrero o Un antropólogo en Marte, donde describe a varios pacientes que lidiaban con diferentes trastornos, desde el síndrome de Tourette al autismo, pasando por la epilepsia, el síndrome del elefantismo, la esquizofrenia y el alzheimer.



También investigó el mundo de los sordos y el lenguaje de signos en el libro Viendo voces y a una extraña comunidad de personas que no perciben los colores en La isla de los ciegos al color. En los últimos años, entre 2007 y 2012, Sacks se desempeñó como profesor de neurología y psiquiatría en el centro médico de la Universidad de Columbia. Asimismo era profesor de neurología en la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York.



Una frase de aquel primer texto inolvidable, titulado De mi propia vida, que publicó The New York Times al hacerse pública su enfermedad, resume sus reflexiones y sirve como despedida: "Por encima de todo, he sido un ser con sentidos, un animal pensante, en este maravilloso planeta y esto, en sí, ha sido un enorme privilegio y una aventura".