Rafael Rebolo. Foto: Sergio Bolaños
Cuando se cumplen dos años de la llegada de Rafael Rebolo (Cartagena, 1961) a la dirección del Instituto Astrofísico de Canarias, la institución sigue buscando al más alto nivel las claves que mueven el Universo. Desde tratar de comprender el origen de la actividad magnética del Sol a la búsqueda de otros planetas parecidos a la Tierra pasando por la comprensión de la evolución de estrellas masivas, por los procesos que dieron lugar a las galaxias, por la física de los primeros instantes del Universo y por la medición de las huellas de las ondas gravitacionales.
El IAC de Rafael Rebolo -que celebra los 30 años de la creación de los Observatorios de Canarias- ha tomado un nuevo impulso con nuevos ingenios, entre ellos dos radiotelescopios que rastrearán el Big Bang y numerosa instrumentación orientada a seguir asteroides cercanos a la Tierra. Por todos estos motivos, el Rey Felipe VI se desplazó a Tenerife el pasado mes de junio, donde visitó las instalaciones del Gran Telescopio de Canarias y de MAGIC (Major Atmospheric Gamma Imaging Cherenkov Telescopes). Una de las aspiraciones del IAC es acoger la sede de la red CTA (Cherenkov Telescope Array) del hemisferio norte en el Observatorio del Roque de los Muchachos. En este punto se sitúa el GTC, una de sus joyas, que sirve a diversas instituciones astrofísicas españolas, mexicanas y estadounidenses.
Pregunta.- ¿Qué participación tienen los equipos españoles en el GTC? ¿Cómo se distribuyen los tiempos y las líneas de investigación?
Respuesta.- El 90% del tiempo es español y es adjudicado por un comité que reúne cada semestre a más de 15 expertos de todos los campos de la astrofísica para evaluar las propuestas que la comunidad española realiza. Esta comisión valora la excelencia, la calidad y la viabilidad de las propuestas. Los programas son muy variados: desde la evolución de las galaxias más lejanas hasta la caracterización espectroscópica de atmósferas de exoplanetas, pasando por estudios de estrellas en órbita alrededor de agujeros negros estelares. También se realizan medidas de las propiedades de asteroides del sistema Solar, y programas para la identificación de los cúmulos de galaxias más masivos y lejanos, como parte de investigaciones coordinadas con satélites de la ESA como Planck o Herschel. Con el GTC se han realizado también múltiples observaciones de supernovas y estallidos de rayos gamma, los fenómenos más violentos que tienen lugar en el Universo.
P.- ¿Qué lugar ocupa el GTC en relación a otros telescopios?
R.- Es, por diámetro, el telescopio individual más grande óptico e infrarrojo del mundo, un poco más grande que los telescopios Keck en Hawaii. En términos de producción científica el GTC produce por año un conjunto de publicaciones similares a ellos. Su producción, seis años después de su primera luz, sigue creciendo anualmente.
P.- ¿Qué se esconde detrás de los campos magnéticos del Sol?
R.- Una interacción compleja del plasma que conforma el Sol a diversas escalas. La convección y la rotación del Sol son en buena medida responsables de esa interacción y de la generación de los campos magnéticos. Este es uno de los problemas de difícil solución que requiere de telescopios de nueva generación. El IAC lidera un proyecto de un nuevo telescopio europeo solar que está siendo evaluado por el Foro de Infraestructuras Científicas Estratégicas de Europa. Podría suponer una revolución en este campo. Este telescopio podrá hacer contribuciones de excepcional valor.
P.- ¿Cual es la última hora sobre agujeros negros?
R.- Cada vez se descubren más en los centros de las galaxias. Son agujeros negros supermasivos cuyo origen todavía no se comprende bien. La dinámica de estrellas cerca del agujero negro en el centro de nuestra galaxia puede ser clave para establecer las propiedades de estos objetos. En el IAC se han descubierto algunos de los primeros agujeros negros de la galaxia mediante observaciones del movimiento de estrellas atrapadas en su campo gravitatorio. Nuestros investigadores siguen descubriendo nuevos sistemas. En particular, con el GTC se está tratando de medir los ritmos de aproximación de estrellas a agujeros negros.
P.- ¿Qué le pareció la reciente explicación de Stephen Hawking de que los agujeros negros nos llevan a otro universo?
R.- Mucho me temo que es imposible verificarlo.
P.- ¿Hallar planetas como el nuestro estaría dentro de la creencia o de la evidencia científica?
R.- La búsqueda está más que justificada en base a la estadística de planetas de tamaño ligeramente superior al nuestro. Esta estadística se ha ido perfilando en los últimos años y apunta a que el 20 ó 30 % de las estrellas de tamaño similar al Sol o un poco más pequeñas podrían tener planetas de tipo terrestre. De hecho, la tendencia de las estrellas es a tener muchos más planetas de tamaño pequeño, como nuestra Tierra, que los de tamaño gigante como Júpiter o Saturno.
P.- ¿Qué planeta extrasolar le ha resultado más parecido al nuestro?
R.- Hay una estrella en el llamado campo de Kepler que tiene un pequeño planeta que produce eclipses de la luz que nos llega de ella. Ese planeta está a una distancia de su estrella muy adecuada para parecerse a la Tierra. Pero su atmósfera no se ha podido medir todavía y pasarán años hasta que tengamos la capacidad tecnológica que se requiere para buscar oxígeno en ella.
P.- ¿Qué conocemos del origen y evolución de las galaxias? ¿Es el gran desafío de la astrofísica?
R.- Es muy importante. Tenemos un escenario general para explicar el origen de las galaxias, pero no tenemos una teoría cerrada que nos permita entender las propiedades observadas en muchas de ellas. Las semillas que habrían de formar las galaxias ya estaban presentes en los primeros instantes del Universo cerca del Big Bang. Poco a poco hemos ido conociendo cómo desde esas semillas en el plasma primordial se pudieron formar las primeras galaxias y otras estructuras del universo.
P.- ¿Ha llegado ya la ciencia a esos primeros instantes?
R.- Sí, ya estamos bastante cerca. Analizamos con el método científico las evidencias que encontramos en el Universo de lo que pudo ocurrir. Algunas de las más importantes pistas sobre el origen de todo lo que hay en el cosmos se encuentra en las propiedades del Fondo Cósmico de Microondas. Esta radiación que inunda todo el Universo tiene grabada las huellas de múltiples procesos físicos. Al estudiar sus propiedades los astrofísicos trabajamos como arqueólogos del cosmos, rescatando información detallada de lo que aconteció cerca del Big Bang. Es sin duda una ventana excepcional a fenómenos de muy alta energía que nunca podremos reproducir en los laboratorios terrestres.
P.- ¿Cómo vivió el "hallazgo" de las ondas gravitacionales del Big Bang por el equipo del telescopio BICEP2?
R.- Fue una gran sorpresa. En primer lugar consideramos que podían tener razón. Pero cuando analizamos los datos del satélite Planck ya comprendimos que lo que BICEP2 había detectado era con toda probabilidad una emisión de nuestra propia Galaxia.
P.- ¿Cuál es la relación entre el Big Bang y las Supernovas?
R.- Ninguna. Son fenómenos muy distintos aunque ambos involucren enormes energías, pero las asociadas con el Big Bang son miles de millones de veces más elevadas que las de las Supernovas.
P.- ¿Cómo definiría el fondo cósmico de microondas?
R.- Es la luz que se origina en los primeros instantes del Universo. Esa luz fue inicialmente muy energética, con la expansión del Universo se ha convertido en una radiación de microondas. A pesar de que se originó hace miles de millones de años, en esta radiación encontramos huellas de las condiciones de la materia y la energía en sus primeros instantes.
P.- ¿Cómo ve la ciencia española en estos momentos al margen de los obvios recortes?
R.- A la ciencia española le falta tener mejor presupuesto y que se pueda gestionar de forma plurianual, porque los proyectos científicos son en su inmensa mayoría de larga duración. También necesita urgentemente una modernización de las estructuras de gestión que están encorsetadas por múltiples regulaciones que impiden una ejecución eficiente de los recursos que la propia Administración destina. Los científicos deben rendir cuenta de los recursos que utilizan, por supuesto, pero debe ser compatible con poder hacer ciencia de calidad.