Stephen Hawking: "Tenemos que seguir viajando al espacio por el futuro de la humanidad"
“Nací justo 300 años después de la muerte de Galileo Galilei”, ha contado Stephen Hawking al comienzo de su conferencia en el Festival Starmus, que se celebra estos días en su honor en la isla de Tenerife, según recoge la agencia SiNC. Esta casualidad ya parecía marcar prematuramente el camino de uno de los científicos que más han cambiado la visión del universo en las últimas décadas. Hawking ha recordado que ese 8 de enero de 1942 miles de niños "también vieron la luz".
Sin embargo, la vida de este astrofísico y divulgador británico ha sido única. Marcada por la aparición de una enfermedad -la esclerosis lateral amiotrófica (ELA)- que le ha provocado una progresiva discapacidad muscular hasta llegar a la casi total inmovilidad, Hawking ha sido todo un ejemplo de superación y esfuerzo. Así se ha puesto de manifiesto ante un público entregado, al que ha mostrado imágenes de toda su vida, intercaladas con las de sus descubrimientos y teorías sobre el universo.
Aunque nunca destacó en el colegio -“mis apuntes eran un caos”, ha confesado-, sus compañeros de clase le llamaban Einstein. Ya con sus primeros debates escolares entre amigos empezó a interesarse por el origen del universo y si había un Dios que lo hacía funcionar. Pero más de 50 años después, la imagen del universo ha cambiado mucho, “y estoy contento de haber hecho una pequeña contribución”, ha subrayado.
Mirar al espacio con otros ojos
Hawking, de 74 años, ha repasado las diferentes etapas de la cosmología, una ciencia que no comprendía a fondo al inicio de su carrera. Pero esta se ha desarrollado y se ha convertido en una ciencia de precisión, hecho que ha ejemplificado con los resultados del satélite WMAP en 2003. Tras la imagen de la inflación y la formación de las galaxias, se ha obtenido el mapa del cielo de la temperatura del universo, es decir “la huella de la estructura de todo lo que hay en el universo”, ha declarado.
El científico se ha mostrado esperanzado con los estudios que conllevará el descubrimiento de las ondas gravitacionales, que permitirán “mirar hacia el origen del Big Bang”, pero espera que haya otros descubrimientos ambiciosos. “Puede que consigamos cartografiar miles de galaxias y así comprenderemos mejor nuestro lugar en el cosmos”, ha observado.
Para ello, ha incitado a "seguir viajando al espacio por el futuro de la humanidad. No podremos sobrevivir mil años más sin escapar de nuestro frágil planeta", ha declarado. Fomentar el interés por el espacio es entonces fundamental. Hawking ha invitado al público a ser curioso, a preguntarse por la existencia del universo, y a “mirar hacia las estrellas y no a nuestros pies”. “Por muy difícil que sea la vida, siempre hay algo que uno pueda hacer bien”. Lo importante es “no rendirse nunca”.
Una vida dedicada a la investigación
El científico, siempre atraído por la investigación y por la idea de que el universo debía tener un comienzo, ha tenido una notable carrera científica a pesar de su estado de salud, cada vez más delicado. Con el rápido empeoramiento de su salud, y la poca esperanza de vida que le daban los médicos, Hawking llegó a deprimirse y a pensar que "no viviría lo suficiente para terminar su tesis". Pero mejoró y su trabajo progresó hasta ahora. "Mientras hay vida, hay esperanza", ha relatado a un abarrotado auditorio.
A principios de este mes publicaba en Physical Reviews Letters un estudio sobre la ampliación de la teoría de la 'cabellera cuántica' de los agujeros negros, que sugiere que la información caída en ellos podría ser devuelta al universo, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora.
Durante décadas esta problemática, denominada la paradoja de la información del agujero negro, ha preocupado a los científicos, ya que estos objetos, según la teoría de Hawking, pierden masa y, eventualmente, acaban desapareciendo. Esto implicaba, según ha apuntado el astrofísico, “un problema que amenazaba el corazón de la física y que se opone a la mecánica cuántica”.
“La información no se pierde en un agujero negro, pero no se devuelve de modo útil”, ha recalcado el investigador para quien esto sería como quemar una enciclopedia. “No se pierde la información, pero es difícil leerla”, ha bromeado el científico.