Interior del centro cultural del Born, con restos arqueológicos de 1700

Durante esta semana, la ciudad acoge el 24.° congreso anual de la Asociación Europea de Arqueología, que congrega a 3.000 profesionales de la disciplina para debatir sobre los últimos avances, sus retos y su papel en la sociedad. El presidente de la organización, Felipe Criado-Boado, nos da las claves del congreso y su opinión sobre la situación de la disciplina en nuestro país.

La Asociación Europea de Arqueología (EAA, por sus siglas en inglés) nació en 1994 contagiada del optimismo europeísta de la época. "Desde entonces ha tenido una vida intensa y ha ido creciendo hasta convertirse en la segunda asociación de arqueólogos más importante del mundo, después de la estadounidense", señala Felipe Criado-Boado, presidente de la organización. El arqueólogo gallego, investigador y profesor del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, fue elegido para el cargo en 2015 y hace unos meses fue reelegido por otros tres años. Precisamente en Galicia, en Santiago de Compostela, tuvo lugar el primer congreso internacional convocado en 1995 por una recién nacida EAA, y 23 años después el evento regresa a España, a la ciudad de Barcelona, donde más de 3.000 profesionales procedentes de 60 países pondrán en común los últimos avances de la disciplina y debatirán sobre sus retos de cara al futuro.



El futuro es, de hecho, el concepto que preside el lema de este año, Reflecting futures, que juega con la paradoja de asociar al porvenir una ciencia que trata del estudio de nuestro pasado. "No es un simple juego de palabras. La arqueología es la disciplina capaz de estudiar cómo los diferentes futuros que ha vivido la humanidad llegaron a existir", opina Criado. "El tiempo se considera generalmente bajo un paradigma lineal que establece unos vasos incomunicados entre el pasado, el presente y el futuro. Frente a esto, la arqueología, como la física teórica o la cosmología, sabe que el tiempo es más complejo, tiene pliegues, y en el caso de la arqueología se visibilizan a través de los restos arqueológicos que nos informan sobre el pasado; restos que casi siempre siguen existiendo y activos en el presente, dialogando con él".



Entre las novedades tecnológicas y metodológicas que se discutirán este año, el presidente de la EAA destaca, además de la arqueogenómica -que despuntó hace tres años-, otras técnicas científicas complejas con aplicaciones como la identificación de metales pesados y radioactividad en restos humanos. Pero el campo en el que más está avanzando la arqueología justo en este momento, explica, es la aplicación del big data. "Estudios basados en millones de datos están llegando a la arqueología, posibilitando que pueda trabajar con otra perspectiva. Aplicar esto a escala transeuropea o transconstinental involucra la necesidad de recopilar conjuntos masivos de información documental que después se introducen en sistemas de análisis numéricos superavanzados no distintos a los que usa Amazon para prever los deseos de consumo de sus clientes".



El congreso ha recopilado más de 3.000 contribuciones en forma de artículos (o papers, en el anglificado argot científico) y 13 conferencias principales por parte de expertos internacionales invitados por la organización. Entre ellos figura José Labastida, Jefe del Departamento de Gestión Científica del Consejo Europeo de Investigación; Eszter Banffy, responsable de algunos de los trabajos más importantes de arqueogenética de los últimos años; Brit Solli, Profesora de Arqueología en el Museo de Historia Cultural de Oslo que propone la necesidad de un nuevo concepto o "era" que englobe los cambios de los últimos 250 años en la Tierra; o Alfredo González Ruibal, arqueólogo español que ofrece una visión distinta de la Arqueología, próxima a los conflictos políticos y sociales. Además, como novedad este año se celebra en paralelo al congreso la Feria Europea de Arqueología, con 60 expositores de empresas e instituciones del sector que se reunirán en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).



Barcelona, eterno laboratorio urbano

Los organizadores han elegido Barcelona por su interés patrimonial y arqueológico, y la ciudad está estrechamente ligada a varios de los seis temas principales del congreso de este año, entre ellos cómo la arqueología puede ayudar a definir y fortalecer el futuro de las ciudades y los paisajes urbanos, una cuestión que atañe especialmente a la capital catalana, que Criado define como "un laboratorio urbano desde la época romana, donde se han ensayado todas las formas innovadoras de ciudad". En los últimos meses la ciudad ha generado varias noticias arqueológicas, como el hallazgo de una necrópolis medieval que ha paralizado las obras de la nueva Audiencia de Barcelona; las obras iniciadas para poner de relieve cuatro arcos del primer acueducto romano de la ciudad, que estaban enmascarados en la pared de un edificio del siglo XVIII; las excavaciones en curso en el antiguo mercado del Born para estudiar el urbanismo anterior a 1714; o la más reciente de todas, el descubrimiento en la Sagrera de 358 esqueletos pertenecientes supuestamente a soldados de Felipe IV que participaron en el asedio de Barcelona de 1651 durante la Guerra dels Segadors y murieron a causa de la epidemia de peste que padecía la ciudad.



Arqueólogos trabajando en las fosas recién descubiertas en la Sagrera. Foto: Ayuntamiento de Barcelona

Otro tema central del congreso que se relaciona con Barcelona son los paisajes marinos mediterráneos, entendiendo el Mediterráneo como cruce de culturas y escenario de migraciones históricas y presentes. "La arquitectura precisamente nos muestra como muchas cosas que vemos como novedosas y críticas han ocurrido siempre. Nuestra historia se ha construido a partir de grandes movimientos migratorios. Europa no sería lo que es hoy sin ellos", señala el presidente de la asociación. Unos movimientos que hoy permite identificar con mayor precisión que nunca la mencionada arqueogenómica.



En el programa del congreso también se discutirá sobre otras teorías, métodos y ramas de la arqueología, como el paleoclima, el medio ambiente, la dieta o la paleopatología, así como el reflejo de la arqueología en otras disciplinas como la filosofía y la sociología, o el debate sobre su lugar en el mundo contemporáneo. Debido a que 2018 es el Año Europeo del Patrimonio Cultural, la protección del mismo será otro de los asuntos principales del congreso de este año -seguramente será muy comentada la lotería que Francia acaba de crear para salvar su patrimonio cultural amenazado-, así como la relación de la arqueología con los museos. El congreso además rendirá homenaje a dos personalidades destacadas de la arqueología española. Una de ellas es José Antonio Lasheras, que fue director de Altamira y, según Criado, "responsable de introducir las cuevas en una nueva etapa, convirtiéndolas en modelo para tantos otros enclaves". El otro homenajeado es Antonio Gilman -nieto de poeta Jorge Guillén-, que no es español pero "ha formado a generaciones de arqueólogos españoles".



El presidente de la EAA hace hincapié en la necesidad de que la arqueología esté conectada con "el tejido social del momento", especialmente "en un momento en el que cada vez hablamos más de ciencia ciudadana y ciencia pública". En este aspecto considera que la arqueología es una disciplina adelantada, aunque reconoce que también "mucha arqueología que se hace hoy está ensimismada y exclusivamente preocupada por el estudio de los restos del pasado sin volver la vista a la dimensión social de los mismos". En cambio, la EAA tiene una clara "intención disciplinar y política: movilizar a todos los efectivos de la arqueología para trabajar en el presente y concebir el futuro".



Felipe Criado-Boado, presidente de la EAA

España pierde comba

¿Y cómo ve la situación de la disciplina en nuestro país el arqueólogo español que preside la segunda asociación profesional más importante del mundo? "Como en tantas disciplinas, en las postrimerías del franquismo y primeros años de la transición hubo mucho dinamismo, pero ese ímpetu se ha perdido, entre otros motivos, por el envejecimiento de la población académica, que a su vez tiene dos razones: el envejecimiento demográfico y la incapacidad para incorporar el talento joven en la renovación interna de la disciplina, una situación agravada por la crisis y el éxodo forzoso", explica Criado. "Hoy te encuentras jóvenes arqueólogos españoles en los mejores departamentos universitarios y yacimientos del mundo. La arqueología española podría tener un gran dinamismo pero por culpa de todo esto estamos perdiendo bastante comba".



Todo ello va acompañado de "una gran pérdida de financiación en la investigación y conservación del patrimonio arqueológico. Afortunadamente pero de manera insuficiente, el hueco que ha dejado la administración pública ha sido ocupado en muchos casos por la economía colaborativa", añade el arqueólogo. "Pero por pensar en positivo me quedaría con que en los últimos años España ha sido capaz de colocar como Patrimonio de la Humanidad la Torre de Hércules de Cádiz, los dólmenes de Antequera y Medina Azahara. Y otras muchas candidaturas se están cociendo, como el yacimiento del Risco Caído en Gran Canaria o la cultura talayótica en Menorca.



@FDQuijano