Se ha consolidado ya como una de las firmas esenciales de la divulgación científica en nuestro país. Ignacio Morgado, autor de libros como “Emociones e inteligencia social”, “Aprender, recordar y olvidar” y “Cómo percibimos el mundo” tiene, al menos en la nueva entrega, una doble vocación: dirigirse al gran público y crear un manual para estudiantes de psicología, biología y medicina. En juego, los principales procesos motivacionales del cerebro y la mente humana “redactado como una novela o una historia”. En este relato nos encontraremos temas tan candentes como la obesidad, la condición sexual, la sed, el orgasmo, la conducta parental o el insomnio. Ciencia en estado puro para no perderse en la era del fake.
Pregunta. ¿Qué le llevó a “enfrentarse” al tema del deseo y del placer?
Respuesta. El deseo y el placer forman un mecanismo acoplado que la evolución biológica ha desarrollado para que funcionen las motivaciones que garantizan nuestra supervivencia y reproducción. Las motivaciones eran el único tema de mi especialidad sobre el que todavía no había escrito nada en el ámbito divulgativo. Este libro completa un ciclo de temas generales de psicobiología.
P. ¿Puede decirse que tanto uno como otro son experiencias cerebrales perfectamente localizadas?
R. Ambas son experiencias cerebrales cuyos fundamentos neuronales están siendo cada vez mejor conocidos.
P. ¿Qué papel juegan en el periplo evolutivo?
R. Son mecanismos que garantizan el funcionamiento de las motivaciones que nos mantienen vivos, sanos y con capacidad para reproducirnos
P. ¿Nos hubiésemos extinguido de haber sido asexuales?
R. Posiblemente sí, pues la reproducción asexual, al no producir variabilidad genética, no garantiza que nazcan individuos con nuevas capacidades adaptables a los inciertos e imprecisos cambios que continuamente tienen lugar en la naturaleza y el mundo en que vivimos. Si llega una glaciación sólo sobreviven los individuos que han desarrollado capacidad para soportar el frio…
P. Define el orgasmo como “una experiencia somática y mental muy compleja”. ¿Qué función le ha dado la evolución?
R. En el hombre está muy relacionada con la eyaculación y el semen. En la mujer tiene un papel más impreciso, pero se ha considerado la posibilidad de que pudiera facilitar el avance del semen en su aparato reproductor para provocar su encuentro con el óvulo y fecundarlo.
P. ¿Qué les diría desde el ámbito científico a aquellos que aún piensan que la homosexualidad se “cura”?
R. Que pierdan toda esperanza. Es una condición tan natural como la heterosexualidad o la bisexualidad. La selección sexual puede haberla promovido ligando los genes que la fomentan a otros que promueven la fecundidad en las mujeres, tal como ha puesto de manifiesto una investigación que muestra que las ascendientes femeninas de los homosexuales han sido en general más fecundas que las de los heterosexuales.
P. ¿De qué manera nos condiciona la hormona oxitocina? ¿Qué función tiene en nuestro comportamiento?
R. Su función es compleja y variable, probablemente por estar condicionada por la presencia de otras hormonas o estados fisiológicos, pero, generalmente, se considera una hormona prosocial, pues facilita conductas de generosidad, altruismo y proximidad a congéneres. Es exagerado ligarla directamente a estados emocionales mucho más complejos como el amor.
P. ¿De qué manera llega a perpetuarnos la genética?
R. Nosotros no nos perpetuamos, pues tarde o temprano perecemos como personas. Lo que se perpetúan son muchos de nuestros genes, que pasan de padres a hijos, de hijos a nietos y así, de generación en generación. Los genes son, en cierto modo, inmortales (Dawkins dixit).
P. ¿Hubiera cambiado Darwin su teoría de la evolución de haber conocido el papel de los genes en nuestro desarrollo?
R. Bueno, Darwin propuso el mecanismo por el que funciona la evolución, es decir, la selección natural. El conocimiento de los genes no altera lo esencial de su teoría, pero estoy de acuerdo en que a él ese conocimiento le hubiera fascinado.
P. ¿Qué papel ocupa el sueño en la felicidad del ser humano?
R. Muchas de las causas de nuestros momentos felices son soñadas, más que realizadas. Sin que nos demos cuenta, una gran parte de nuestra vida es virtual e influye en nuestro estado de ánimo y en nuestro bienestar. Como también lo hace el dormir.
P. ¿Un artista que duerme crea mejor?
R. Yo pienso que sí, que la creatividad tiene mucho que ver con reestructuraciones de la información recibida y que tiene lugar en nuestro cerebro y nuestra mente.
P. ¿Se puede ser feliz con cuatro horas de luz al día?
R. Yo, personalmente, no lo sería y menos habiendo nacido en una luminosa Extremadura y viviendo en un luminoso Mediterráneo.
P. ¿Comer es también una actividad cerebral? ¿De qué forma regula el cerebro nuestra manera de hacerlo?
R. Regulando el placer de los alimento y condicionando ese placer a nuestras experiencias y costumbres, más allá de los propios mecanismos básicos que hacen posible el hambre y saciedad gracias a las neuronas del hipotálamo y otras partes del cerebro.
P. ¿Cuál es el gran enigma del cerebro que queda aún por desvelar?
R. La naturaleza de las percepciones conscientes y de la consciencia en general.