El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático acaba de publicar un nuevo informe sobre la situación de los oceános y la criosfera (las partes de la superficie terrestre donde el agua está congelada) en un clima cambiante. Según informa la agencia SINC, este trabajo proporciona nuevas evidencias de los beneficios de limitar el calentamiento global a la escala más baja posible, en línea con el objetivo establecido por los gobiernos en el Acuerdo de París aprobado en 2015.
En este sentido, el calentamiento global ya ha alcanzado 1°C por encima del nivel preindustrial, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y actuales. Asimismo, los glaciares y las capas de hielo en las regiones polares y de montaña están perdiendo masa, lo que contribuye a una tasa creciente de aumento del nivel del mar, junto con la expansión del océano más cálido. “Existe una evidencia abrumadora de que esto involucra profundas consecuencias para los ecosistemas y las personas”, advierten desde el IPCC en un comunicado.
El océano y la criosfera juegan un papel fundamental para la vida en la Tierra. Un total de 670 millones de personas en regiones de alta montaña y 680 millones de personas en zonas costeras bajas dependen directamente de ellos. Cuatro millones de personas viven permanentemente en la región del Ártico y los pequeños estados insulares en desarrollo albergan a 65 millones de personas. Bajo este contexto, “la reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero mitiga los cambios en los océanos y la criosfera” y ayudaría a “preservar los ecosistemas y los medios de vida que dependen de ellos”.
"El mar abierto, el Ártico, la Antártida y las altas montañas pueden parecer lejanas para muchas personas -señaló Hoesung Lee, presidente del IPCC- pero dependemos y estamos influenciados de forma directa e indirectamente de muchas maneras por ellos: para el tiempo y el clima, para la alimentación y el agua, para la energía, el comercio, el transporte, el turismo, la salud y el bienestar, para la cultura y la identidad", añadió.
Hacer la vida humana sostenible
Más de 100 científicos independientes de 36 países evaluaron los últimos estudios relacionados con el océano y la criosfera en un clima cambiante para este informe, haciendo referencia a unas 7.000 publicaciones científicas. El resultado muestra que la adaptación a la crisis climática depende de la capacidad de los individuos y las comunidades y de los recursos disponibles.
"Si reducimos las emisiones bruscamente, las consecuencias para las personas y sus medios de vida seguirán siendo un desafío, pero potencialmente será más manejable para los más vulnerables. Aumentaremos nuestra capacidad de desarrollar resiliencia y habrá más beneficios para el desarrollo sostenible", argumentó Lee.
Por su parte, el Informe Especial del IPCC proporciona datos clave para los líderes mundiales que se reúnen en las próximas negociaciones sobre el clima y el medio ambiente, como la Conferencia de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) en Chile en diciembre.
"El océano y la criosfera del mundo han estado acumulando el calor del cambio climático durante décadas, y las consecuencias para la naturaleza y la humanidad son graves", apuntó Ko Barrett, vicepresidente del IPCC. "Los rápidos cambios en el océano y las zonas congeladas de nuestro planeta están obligando a las personas desde las ciudades costeras hasta las comunidades remotas del Ártico a alterar sus formas de vida. El Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante proporciona el conocimiento que facilita este tipo de decisiones".
Hielo derritiéndose, mares en ascenso
Si bien el nivel del mar ha aumentado en todo el mundo alrededor de 15 cm durante el siglo XX, actualmente aumenta más del doble de rápido (3,6 mm por año) y se acelera, según el IPCC. No solo eso. El nivel del mar seguirá aumentando según las previsiones durante siglos. Este podría alcanzar una tasa de alrededor de 30 a 60 cm para 2100 incluso si las emisiones de gases de efecto invernadero se reducen drásticamente y el calentamiento global se limita a muy por debajo de 2 °C. Si las emisiones continúan aumentando fuertemente podría llegarse a alcanzar alrededor de 60 a 110 cm.
"En las últimas décadas, la tasa de aumento del nivel del mar se ha acelerado debido al aumento del agua de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida, además de la contribución del deshielo de los glaciares y la expansión de aguas más cálidas en el mar", expuso Valérie Masson-Delmotte, copresidente del Grupo de trabajo I del IPCC.
Eventos extremos cada vez más frecuentes
El aumento del nivel del mar hará también que se incremente la frecuencia de los eventos extremos relacionados con los océanos, que ocurren, por ejemplo, durante las mareas altas y las tormentas intensas. De hecho, hay indicios de que con cualquier grado de calentamiento adicional conducirá a que los eventos que ocurrieron una vez por siglo en el pasado, ocurrirán cada año a mediados de siglo en muchas regiones. Este hecho aumenta el riesgo de catástrofes en muchas ciudades costeras bajas y pequeñas islas.
Así, es probable que algunas naciones insulares se vuelvan inhabitables debido al cambio climático oceánico y en la criosfera, según el informe, pero los umbrales de habitabilidad siguen siendo extremadamente difíciles de evaluar.
Los riesgos se intensificarán aún más por un aumento en la intensidad promedio, la magnitud de la marejada ciclónica y las tasas de precipitación de los ciclones tropicales, especialmente si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando. "Ya se están implementando varios enfoques de adaptación, a menudo como respuesta a eventos de inundación. El informe destaca la diversidad de opciones disponibles para cada contexto y para el desarrollo de respuestas integradas que anticipen a escala completa el futuro aumento del nivel del mar", concluyó Masson-Delmotte.
Cambios en los ecosistemas oceánicos
El informe también destaca que el calentamiento y los cambios químicos de los océanos ya están alterando las especies en toda la red alimentaria del océano, con impactos en los ecosistemas marinos y las personas que dependen de ellos.
Hasta la fecha, el océano ha absorbido más del 90% del exceso de calor en el sistema climático. Para 2100, el océano absorberá entre dos y cuatro veces más calor que entre 1970 y el presente si el calentamiento global se limita a 2° C, y de cinco a siete veces más con mayores emisiones. “El calentamiento del océano reduce la mezcla entre las capas de agua y, como consecuencia, el suministro de oxígeno y nutrientes para la vida marina”, exponen los científicos.
Además, las olas de calor marinas se han duplicado en frecuencia desde 1982 y se proyecta que aumenten aún más en frecuencia, duración, extensión e intensidad. Su frecuencia será 20 veces mayor a 2° C de calentamiento, en comparación con los niveles preindustriales. Ocurrirían 50 veces más a menudo si las emisiones continúan aumentando.
El calentamiento y la acidificación de los océanos, la pérdida de oxígeno y los cambios en el suministro de nutrientes ya están afectando la distribución y abundancia de la vida marina en las zonas costeras, en el océano abierto y en el fondo del mar.
"Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero limitará los impactos en los ecosistemas oceánicos que nos proporcionan alimentos, apoyan nuestra salud y dan forma a nuestras culturas", dijo Hans-Otto Pörtner, copresidente del Grupo de trabajo II del IPCC.
Deslizamientos y avalanchas en alta montaña
Por otro lado, las personas en las regiones montañosas están cada vez más expuestas a los peligros y los cambios en la disponibilidad de agua, según el informe.Los glaciares, la nieve, el hielo y el permafrost están disminuyendo y continuarán haciéndolo. Se proyecta que esto implicará riesgos para las personas, por ejemplo, a través de deslizamientos de tierra, avalanchas, desprendimientos de rocas e inundaciones.
Se prevé que los glaciares más pequeños de Europa, África oriental, los Andes tropicales e Indonesia perderán más del 80% de su masa de hielo actual para 2100 en escenarios de altas emisiones. La retirada de la criosfera de alta montaña continuará afectando negativamente las actividades recreativas, el turismo y los bienes culturales.
"Los cambios en la disponibilidad de agua no solo afectarán a las personas en estas regiones de alta montaña, sino también a las comunidades río abajo", subrayó Panmao Zhai, copresidente del Grupo de trabajo I del IPCC.