Rafael Bachiller
Director del Observatorio Astronómico Nacional. Autor de El universo improbable
Agujero negro supermasivo. En una las mayores campañas de observación de la historia de la astronomía, radiotelescopios de todo el mundo obtuvieron una imagen de la sombra y el horizonte de sucesos del agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia M87. Es una imagen que bate todos los récords de nitidez (o resolución angular, en la jerga de los astrónomos). Los agujeros negros nos fascinan por sus propiedades extremas y por los efectos dramáticos que ejercen sobre su entorno. Pero su interés no solo reside en esta fascinación, pues, debido a sus grandes masas, son los laboratorios ideales donde probar al límite teorías físicas como la Relatividad General de Einstein.
Muestras en el asteroide Ryugu. Tras más de cuatro años de viaje, la misión japonesa Hayabusa 2 llegó a su punto álgido el pasado 21 de febrero de 2019, cuando la propia nave aterrizó muy brevemente sobre la superficie de Ryugu, disparó un pequeño proyectil de tántalo sobre el terreno y, gracias a un sistema colector, recogió parte del material del asteroide que había salido desprendido en la polvareda creada por el impacto. En abril realizó otro disparo creando un cráter y el 11 de julio realizó una segunda maniobra de muestreo para recoger material del subsuelo. La sonda ya ha puesto rumbo a la Tierra. Las muestras constituirán un auténtico tesoro para el estudio del origen del Sistema Solar y de la vida.
La sonda china Chang’e 4. El primer artefacto construido por el hombre que alunizó sobre la cara oculta de Selene, Chang’e 4, había sido construido por la agencia espacial china. Esta nave espacial transportaba el rover Yutu 2 que nos obsequió con unas imágenes maravillosas de la cara lunar que no podemos ver desde la Tierra. Pero más allá de las bellas fotografías, esta misión nos está desvelando las peculiaridades físicas y químicas de esta región donde se encuentran algunos de los cráteres más antiguos de nuestro satélite.
Adela Muñoz
Catedrática de la Universidad de Sevilla. Presidenta de AMIT-Andalucía
Agujero negro en la Galaxia M87. Hay varios motivos por los que esta noticia me parece el hito científico más importante de 2019. El primero porque responde a uno de los instintos más poderosos del ser humano: la curiosidad que lo ha llevado a preguntarse qué hay más allá de los límites que, en principio, nos impone la naturaleza. El segundo, porque para conseguir la foto, se ha necesitado una estrecha colaboración entre científicos de varios países que con sus respectivos telescopios han generado uno virtual del tamaño de la Tierra: es un excelente símbolo de lo que podemos conseguir trabajando en equipo. El tercero, porque España ha tenido protagonismo en el mismo: han colaborado algunos centros de investigación de astronomía y varias científicas españolas han contribuido al desarrollo del algoritmo que ha generado la imagen.
Resucitan el cerebro de cerdos. En términos metabólicos, los cerebros muertos fueron restaurados, volviendo a consumir el mismo oxígeno y nutrientes y liberar la misma cantidad de dióxido de carbono que un cerebro vivo. Traspasar el delgado límite que separa la vida y la muerte es algo fascinante. Una noticia similar, pero mucho más impactante porque su actividad cerebral ha quedado intacta, ha sido la resucitación de Audrey Mash, británica de 34 años, tras permanecer más de seis horas en parada cardíaca. Los responsables del “milagro” integran un equipo formado por bomberos, conductores de helicópteros y personal médico del Hospital Vall d’Hebron.
Un fármaco contra el Alzheimer. El Alzheimer es una enfermedad que afecta a un gran número de personas para la cual no existe cura. Cualquier pequeño avance que mejore sus síntomas representará un alivio para millones de personas, por lo que tenemos que felicitarnos por él y porque se haya desarrollado en un centro español, el CNIC, liderado por Valentín Fuster.
Manuel Martín-Loeches
Catedrático de Psicobiología de la UCM
Curvatura de un agujero negro. Un gran hito, no sólo del año que termina sino de la historia de la ciencia. El trabajo conjunto de cientos de científicos de todo el planeta ha permitido reconstruir la curvatura en el espacio tiempo que produce un agujero negro a más de 55 millones de años luz de nosotros. Se confirman, una vez más, dos cosas: la Teoría de la Relatividad de Einstein y que el afán de conocimiento del ser humano no conoce ni límites ni fronteras.
“Resurrección” de cerebros. Un descubrimiento que sin duda nos hará repensar el concepto de muerte y, una vez más, sobre las posibilidades del ser humano para invertir el curso de las inexorables fuerzas de la naturaleza. Aunque la “resurrección” de los cerebros, tras más de 4 horas completamente muertos, fue parcial, cabe esperar que en un futuro que se antoja no muy lejano podamos solucionar con éxito situaciones que hoy son nefastas.
Edición genética de David Liu. La capacidad del ser humano para manejar el material genético prácticamente a su antojo ha conocido este año otro gran avance. Con este nuevo método se consigue mayor precisión, la eliminación de muchos efectos no deseados, e incluso la inserción de nuevos fragmentos de ADN, por lo que cada vez estamos más cerca de poder eliminar algunas de las miles de alteraciones genéticas que son nocivas para el ser humano.
Leticia Fernández-Friera
Cardióloga investigadora (CNIC y HM Hospitales)
Sonda New Horizons. Me impresionó este año la imagen de Ultima Thule que nos envió la sonda New Horizons. Este nombre elegido para este cuerpo helado que significa el lugar “situado más allá del mundo conocido” refleja la sensación de que estamos llegando a conocer lo que nunca habríamos esperado hace unos años. Según los expertos, nos estaban mostrando la imagen de un cuerpo del Cinturón de Kuiper, a 6.500 millones de kilómetros de la Tierra. Gerard Kuiper había predicho su existencia en los años 50. No sé si me asombra más la imagen o la predicción de Kuiper.
Perfeccionamiento de la técnica CRISPR-9. La edición genética es una de las tecnologías más prometedoras para tratar y curar un gran número de enfermedades. En 2019 conocimos un nuevo avance en este campo. Se trataba de una nueva y versátil tecnología de edición, denominada editor prime, que podría terminar con los principales problemas que planteaba la técnica del CRISPR-9. David Liu, el padre de la edición prime, señaló que era el comienzo, más que el final, de un largo camino de la investigación en el campo molecular con el fin de poder hacer cualquier cambio de ADN en cualquier posición de una célula u organismo vivo.
Anticoagulante contra el Alzheimer. Hace seis años una investigadora que ahora trabaja en el CNIC, Marta Cortés, inicio un estudio en ratones con un anticoagulante como tratamiento para el Alzhéimer. Este año publicó sus primeros resultados. El fármaco, Dabigatrán, retrasaba la aparición del Alzhéimer en ratones. La noticia no solo confirma que las enfermedades neurodegenerativas están profundamente ligadas a la patología de los vasos cerebrales, sino que supone una nueva ventana para el tratamiento de este tipo de demencia. Sus autores esperan trasladar los resultados a la práctica clínica a corto y medio plazo.
José Antonio López-Guerrero
Profesor y director de Neurovirología de la UAM
Un descomunal “pozo cósmico”. Un consorcio internacional de 200 astrónomos nos mostró la fotografía real, directa, de un agujero negro. Aunque nada, ni la luz, dicen los expertos, puede escapar de él –de ahí su nombre– la materia que lo rodea sí puede emitir luz, rayos X y ondas de radio. Aquí ha radicado la posibilidad de captar fotográficamente su silueta, verificando su existencia y las ecuaciones de la Relatividad General de Einstein. El descomunal “pozo cósmico” equivaldría a 6.500 millones de nuestro Sol. Los resultados se mostraron en Astrophysical Journal Letters.
¿La inmortalidad de un cerebro? Lo publicó Nature y le dedicó un editorial especial. El titular no desmerecería un remake de Frankenstein: Científicos de la Universidad de Yale, en Connecticut, han revivido los cerebros de cerdos hasta cuatro horas después de su muerte. El sistema se denomina BrainEx y es capaz de reanimar el cerebro porcino con oxígeno y nutrientes, restaurando alguna función metabólica celular durante varias horas. Connotaciones éticas aparte, según los autores estaríamos lejos de extrapolar estos resultados a la posibilidad de retardar el envejecimiento o la muerte
Precisión en la edición genómica. Aunque revolucionaria y merecedora de un Nobel –esperemos que para nuestro Francis Mojica–, la técnica CRISPR tiene limitaciones. En una hipotética terapia de edición de genes, la mayoría de las variantes genéticas que contribuyen a la enfermedad serían difíciles de corregir eficientemente. Sin embargo, hace un par de meses, Nature publicaba el trabajo de un equipo coordinado por David Liu sobre una nueva variante de edición genómica mucho más precisa. Según los autores, con esta nueva técnica se podrían corregir hasta el 89 % de todas las variantes genéticas conocidas y asociadas a enfermedades.