“Vivimos con virus todos los días. Hay billones ellos en nuestro cuerpo”, asegura el divulgador científico Carl Zimmer (New Haven, 1966), colaborador habitual en publicaciones como el New York Times, Discover y National Geographic y autor del volumen ‘Un planeta de virus’ (Capitán Swing), cuya vigencia sigue indemne en estos tiempos de pandemia que, aunque algunos ya hayan olvidado, todavía siguen aquí. Zimmer plantea en este ensayo un estudio integral de los virus, “los seres vivos más pequeños conocidos por la ciencia que, sin embargo, son capaces de detener a toda la humanidad”, pero que también son parte de nuestro ADN. Por ello, a pesar de esta reciente epidemia, de la que repasa y reconoce los muchos errores cometidos, el autor se muestra optimista, pues “precisamente ya que los virus dominan nuestras vidas y nuestra biosfera, podemos aprovecharlos en nuestro beneficio”.
Pregunta. ¿Qué le ha sorprendido más de la actual pandemia?
Respuesta. Estoy sorprendido de lo mal preparados que estaban la práctica totalidad de los países del mundo. Esta pandemia se desarrolló exactamente como lo han venido advirtiendo los científicos durante años. Sin embargo, parece que Estados Unidos y otros países pensaron que serían mágicamente inmunes a él. Algo lamentable, especialmente, cuando si miramos a los países que sí se lo tomaron en serio, como Corea del Sur y Nueva Zelanda, vemos que allí las víctimas fueron infinitamente inferiores.
P. Su libro analiza otras amenazas como el Ébola y el MERS. ¿Cuáles son las principales diferencias entre estos virus y el actual?
R. En realidad, el Covid-19 es mucho más suave que ellos. El MERS es causado por otro coronavirus y tiene una tasa de mortalidad del 30 por ciento. Sin embargo, a tasa de Covid-19 es inferior al uno por ciento. Lo que hace a este virus muy peligroso, como se repite hasta la saciedad, aunque nunca sea suficiente, es su contagiosidad. El MERS no podría extenderse más allá de los hospitales, pero el Covid-19 se extendió por todas partes.
P. ¿Estaba la ciencia mundial lista para lidiar con este virus "supercontagioso"? ¿Podría perder fuerza como ha sucedido con otros virus como el SARS-1 o la gripe común?
R. Es muy difícil detener un tan virus contagioso. Por ejemplo, el sarampión y la gripe pueden saltar de un país a otro con facilidad, y en este sentido el Covid-19 no es diferente. Pero el sarampión y la gripe han existido durante siglos y las vacunas pueden detenerlo. Este coronavirus es tan desconocido que todavía necesitamos tiempo para desarrollar una vacuna, pues no hay razón para suponer que el Covid-19 se volverá más suave. Muchos virus no han cambiado su virulencia desde que los conocemos.
P. Si ni siquiera las bacterias pueden deshacerse de estos virus, ¿puede alguna forma de vida escapar a ellos?
R. No existe una forma de vida natural que pueda escapar de los virus. Algunos científicos están jugando con las bacterias para recodificar su ADN en un patrón antinatural. Es posible que los virus no puedan explotarlos, al menos no de inmediato, pero también que acaben consiguiéndolo.
"Nuestro ADN esun ocho por ciento virus. Es posible que algún día mejoremos nuestro microbioma a través de trasplantes controlados de ellos"
P. En este sentido, ¿qué papel han jugado en la evolución? ¿Pueden ser beneficiosos para la salud humana?
R. Los virus son el agente más poderoso de la historia evolutiva, ya que pueden deslizarse en el genoma de su huésped. Nuestro propio ADN humano está compuesto en un ocho por ciento de virus. Pero aquí se da una paradoja: aunque el virus mata a un gran número de sus anfitriones, también es cierto que en nuestro caso como especie ayudan a mantener nuestro microbioma en un equilibrio ecológico. Vivimos con virus todos los días, hay billones de ellos en nuestro cuerpo, pero simplemente no nos damos cuenta, ya que atacan a las bacterias, no a nuestras propias células. Incluso es posible que algún día manejemos y mejoremos nuestro microbioma a través de trasplantes controlados de virus.
P. ¿Considera que la técnica de edición genética CRISPR ayudará a combatir los nocivos?
R. CRISPR podría ayudar a combatir los virus de muchas maneras. Por ejemplo, pueden ser capaces de destruir sus genes en ataques precisos. Los científicos también están utilizando CRISPR para desarrollar nuevas formas de detectar virus, lo que nos ayudará a combatirlos.
P. ¿Cuál es la influencia de la globalización, para bien y para mal, en pandemias como esta?
R. Está en la naturaleza de los virus moverse notablemente lejos por todo el mundo pasando de un huésped a otro constantemente. Y aunque es cierto que el Covid-19 se extendió de un país a otro a través de los aviones, no creo que sea algo que achacar en particular a los tiempos actuales. Los virus se han extendido a nivel mundial durante siglos a través de caravanas y barcos antes de la invención de los aviones.
P. ¿Un planeta menos castigado en su biodiversidad y climatología podría beneficiar la convivencia virus-humano?
R. Absolutamente, y esta es una gran enseñanza de esta situación que creo que es prioritario aprovechar. Cuanto más destruimos las selvas tropicales y otro tipo de hábitats, más virus podemos generar y sufrir. Otro ejemplo: nunca podemos evitar las zoonosis, pero podemos retrasar el proceso e incluso casi hacerlo inocuo cuidando mejor la naturaleza.
"Hay que contemplar la posibilidad de que nuestra inmunidad nunca se fortalezca, en cuyo caso tendremos que vacunarnos cada pocos años"
P. ¿Qué más hemos aprendido de esta experiencia? ¿Qué debemos corregir para evitar pandemias de este tipo en el futuro?
R. Lo principal que deberíamos hacer a nivel global es monitorear los muchos virus que existen en los animales y prepararnos para el próximo salto a humanos, que ocurrirá. También deberíamos invertir en vacunas universales contra el coronavirus, vacunas integrales que puedan funcionar igual de efectivamente contra el Covid-19, el SARS, el MERS y del mismo modo contra el próximo coronavirus que surja.
P. ¿Cuándo cree que habrá una vacuna o tratamiento contra Covid-19? ¿Lo ve factible a corto plazo?
R. Espero que haya vacunas a principios de 2021. Es posible que solo proporcionen una protección del 50 por ciento. Pero eso es suficiente para reducir drásticamente la tasa de propagación del virus, que es lo más alarmante y urgente. Dentro de otro año más, podríamos tener ya otros remedios más efectivos. Aunque hay que contemplar la posibilidad de que nuestra inmunidad nunca se fortalezca, en cuyo caso tendremos que vacunarnos cada pocos años para mantener a raya la pandemia.