Gavi, The Vaccine Alliance, ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2020, según ha hecho público hoy el jurado encargado de su concesión. Este consorcio internacional compuesto por diversas entidades públicas y privadas tiene como objetivo principal facilitar el acceso a vacunas de enfermedades infecciosas en los países menos desarrollados. Con especial atención a la vacunación infantil, Gavi (siglas del inglés Global Alliance for Vaccines and Immunisation) calcula que, desde su creación en 2000, ha logrado la inmunización de más de 760 millones de niños en todo el mundo, una cifra a la que se suman alrededor de 200 millones más que han participado en campañas esporádicas de vacunación. Según sus estudios, se estima que su labor ha evitado la muerte de más de 13 millones de personas.
Gavi fue creada a partir del impulso de la Fundación Bill y Melinda Gates –Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2006–, con el apoyo de Unicef –Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2006–, la Organización Mundial de la Salud –Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2009– y el Banco Mundial, y fue presentada en el Foro Económico Mundial de Davos en 2000.
La red de operaciones de Gavi se extiende actualmente por 73 países y engloba a gobiernos, asociaciones, ONG, agencias de desarrollo, fundaciones, empresas y otros organismos de todo el mundo. En las dos últimas décadas ha conseguido que prácticamente la mitad de la población infantil del planeta esté protegida por rutinas de vacunación.
Gracias a su labor, el número de vacunas a las que tienen acceso los habitantes de los países más pobres se ha incrementado de 5 a 17, incluidas la vacuna pentavalente que protege de cinco enfermedades (entre ellas la difteria, el tétanos y la hepatitis B), las vacunas del rotavirus, neumococo, meningococo, cólera, tifus, sarampión, rubeola, fiebre amarilla y polio, entre otras. Incluso ha ayudado a la consecución de la primera vacuna del ébola que recibió la aprobación de la Unión Europea y la precalificación de la Organización Mundial de la Salud.
Su estrategia contempla, además, una visión de ayuda al desarrollo a largo plazo, ya que el aumento de la esperanza de vida producido por la vacunación repercute en un importante retorno económico para los países en los que actúa. Su labor se caracteriza por aplicar soluciones innovadoras en los métodos de financiación y en una nueva forma de afrontar el modelo productivo del sector.
Instrumentos financieros e institucionales creados por Gavi, como el International Finance Facility for Immunisation (IFFIM) o el Advance Market Commitment (AMC), han permitido recaudar miles de millones de dólares e incentivar un avance rápido de la investigación y producción de nuevas vacunas y su introducción en el mercado, controlando el precio y el volumen adecuado de producción.
Este mismo mes de junio se celebró telemáticamente la Global Vaccine Summit, tercera conferencia de donaciones de Gavi, en la que gobiernos, empresas e instituciones se comprometieron a aportar un total de 8.800 millones de dólares –50 millones el Gobierno de España– para inmunizar a más de 300 millones de niños en los países más pobres del mundo hasta el año 2025. La labor de Gavi contribuye de manera directa a la consecución de 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y tiene como objetivo alcanzar la cifra de 1100 millones de menores inmunizados y de 22 millones de muertes evitadas en 2025. Este año, Gavi ha destinado más de 200 millones de dólares para ayudar a combatir la pandemia de la COVID-19 en países en vías de desarrollo, principalmente de África y Asia.
La organización, con sede en Ginebra, creó en 2018 el Premio Vaccine Hero, que otorga anualmente a entidades y personas cuya labor haya destacado en pro de la misión de vacunación global de esta alianza. En 2019 Gavi recibió el Premio Lasker-Bloomberg de Servicio Público (EE. UU.).
A raíz de la pandemia de coronavirus han cobrado cierto eco en redes sociales algunas teorías de la conspiración. La más rocambolesca sitúa a Gavi en el centro de un plan de control mundial mediante la inclusión de nanobots en las vacunas en estado latente que supuestamente entrarían en funcionamiento mediante la nueva red de telecomunicaciones 5G. En los últimos días, personajes públicos como Miguel Bosé o, de una manera más leve, Enrique Bunbury han provocado revuelo en las redes sociales con su apoyo a algunas de estas teorías.
La candidatura de Gavi al Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional ha sido propuesta por Amador Menéndez, miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2020. El resto del jurado estuvo compuesto por Maite Arango García-Urtiaga, Eugenia Bieto Caubet, Francisco de Paula Bisbal Pons, Mitchell Codding, Beatriz Domínguez-Gil González, Paula Farias Huanqui, Enrique Fernández-Miranda y Lozana, duque de Fernández-Miranda, Luis García Montero, Daniel López Acuña, Jerónimo López Martínez, Íñigo J. Losada Rodríguez, Sami Naïr, Juan Carlos del Olmo Castillejos y presidido por Gustavo Suárez Pertierra. De forma excepcional, con motivo de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19, la reunión se ha desarrollado mediante videoconferencia.
Los Premios Princesa de Asturias están destinados, según señala su Reglamento, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Conforme a estos principios, el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional se concederá a “la labor, individual o colectiva, con otro u otros, de desarrollo y fomento de la salud pública, de universalidad de la educación, de la protección y defensa del medio ambiente y del avance económico, cultural y social de los pueblos”.
En esta edición concurría al galardón de Cooperación Internacional un total de 34 candidaturas procedentes de 18 países. Este ha sido el último de los ocho Premios Princesa de Asturias que se conceden este año, en que cumplen su cuadragésima edición. Anteriormente fueron otorgados el Premio Princesa de Asturias de la Concordia a los sanitarios españoles que trabajan en primera línea contra la COVID-19, el de las Artes a los compositores Ennio Morricone y John Williams, el de Comunicación y Humanidades a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y al Hay Festival of Literature & Arts, el de Ciencias Sociales al economista Dani Rodrik, el de los Deportes al piloto de rally Carlos Sainz, el de las Letras a la escritora Anne Carson y el de Investigación Científica y Técnica a Yves Meyer, Ingrid Daubechies, Terence Tao y Emmanuel Candès, líderes mundiales en el campo de las matemáticas.
Cada uno de los Premios Princesa de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró –símbolo representativo del galardón− un diploma, una insignia y la cantidad en metálico de 50.000 euros.