Retrasado su lanzamiento hasta el miércoles 14 de abril, en principio, debido a un problema detectado durante una prueba de giro de alta velocidad, Ingenuity es un pequeño helicóptero, un dron, incluido entre los dispositivos que la misión Mars 2020 de la NASA y el rover Perseverance han llevado a Marte. Se trata de una demostración tecnológica, como el experimento MOXIE, y no un instrumento científico como MEDA O PIXL, ya que no tiene el propósito de ayudar o realizar ninguna investigación científica en el Planeta Rojo. Otras demostraciones tecnológicas exitosas que la NASA ha llevado a Marte son el rover Sojourner de la misión Pathfinder y Mars Cube (MarCO) junto a la misión InSight. Estas son las cuestiones más importantes del pequeño ingenio.
¿Qué va a hacer en Marte?
El objetivo principal es intentar un vuelo de helicóptero a motor. Es una frase sencilla pero que engloba una infinidad de obstáculos para que salga bien. El primero de ellos, la atmósfera marciana, que es muy delgada y tiene cerca de un uno por ciento de la densidad de la terrestre. Por ello, Ingenuity necesita ser extremadamente ligero y lograr que sus aspas roten a una velocidad mucho mayor. La única ventaja de volar en Marte es que la gravedad del Planeta Rojo es solo un tercio de la terrestre, por lo que hay que hacer menos esfuerzo para levantar la misma cantidad de masa. Otro objetivo importante del Ingenuity es observar si su estructura es capaz de aguantar las extremas temperaturas de la noche marciana, que pueden bajar hasta los -90 grados Celsius.
Ingenuity podría lograr una proeza de la aviación: demostrar que es posible diseñar un aparato de vuelo a motor ajustado a las características de otro planeta
¿Dónde ha estado Ingenuity todo este tiempo?
Debajo del ‘vientre’ del cuerpo de Perseverance, encajado lateralmente y protegido del material que se levantó durante el descenso y aterrizaje del rover. Antes, tanto este como el helicóptero viajaron de la Tierra a Marte en una cápsula a lo largo de los 471 millones de kilómetros que separan los dos planetas. Como una ‘pelota’ interplanetaria que llevaba a un canguro y su bebé.
¿Cómo es este pequeño helicóptero?
Ingenuity es como una maleta de mano (13,6 x 19,5 x 16,3 centímetros) y pesa unos 1,8 kilos, a diferencia de Perseverance, que mide lo mismo que un vehículo de ciudad y su masa supera la tonelada. Pero el tamaño de este helicóptero no tiene nada que ver con su capacidad. Como tendrá que volar por sí solo y sin comunicarse con la Tierra en tiempo real, está preparado para tomar decisiones de manera automática en base a parámetros programados por los ingenieros e ingenieras de la NASA: tendrá que ajustar su temperatura interna, analizará el terreno durante el vuelo para mantener su posición y tomará imágenes de la superficie en altura.
¿Qué ha conseguido hasta ahora?
El hecho de construir Ingenuity, defiende la NASA, es de por sí un logro. La agencia espacial ha dedicado seis años a diseñar este dron y demostrar que es posible construir una herramienta ultraligera capaz de generar energía suficiente como para despegar del suelo marciano y sobrevivir de forma autónoma en el entorno marciano. De momento Ingenuity ha superado la fase de lanzamiento de la misión y ha demostrado que puede recargar sus baterías en el trayecto espacial. El pequeño helicóptero ha logrado volar en las cámaras que simulan el escenario de Marte en la Tierra. Ahora toca salir del simulador y demostrarlo en la vida real.
¿Qué pasos tiene que superar?
Sobrevivir al trayecto interplanetario a Marte y al aterrizaje (ya conseguido), desplegarse de manera segura del ‘vientre’ de Perseverance y posarse en tierra (meta también alcanzada), mantener su temperatura interna durante la noche marciana (ha demostrado poder mantenerla), recargar sus baterías con sus paneles solares, comunicarse con el rover mediante un subsistema de Perseverance y confirmar esta comunicación con NASA, desbloquear sus rotores, y hacer girar sus rotores por primera vez, sin despegar del suelo.
¿Qué pasará si tiene éxito?
Intentará realizar otros vuelos durante los 31 días previstos. En cualquier caso, el pequeño helicóptero habrá logrado una proeza de la aviación: demostrar que es posible diseñar un aparato de vuelo a motor ajustado a las características de otro planeta. Esta demostración tecnológica abrirá el camino para enviar instrumental con capacidad de vuelo en las futuras misiones a Marte, con y sin humanos. Además, ofrecerá un punto de vista único, que no está al alcance de los satélites que orbitan este planeta ni los rovers o estaciones desplegadas en su superficie. Por último, la NASA defiende que un dron en Marte podría potencialmente trasportar cargas ligeras de un sitio a otro sobrevolando la superficie marciana.