La necesidad de compartir 25 años de investigación en genética humana es lo que llevó a Lluís Quintana-Murci a escribir Humanos (Deusto). El biólogo y genetista franco-español, director de la Unidad de Genética Evolutiva en el Instituto Pasteur y catedrático de Genómica y Evolución Humana, confiesa que no habría podido culminar este libro hace diez años porque los descubrimientos de esta ultima década “han sido espectaculares”, por lo que hay que añadir al desafío el proceso de incorporar al texto la enorme cantidad de hitos que le han ido saliendo al paso, la vacuna de la Covid-19 incluida. Eso sí, el combustible que le ha impulsado en toda la fase de escritura ha sido la necesidad de trasladar a los lectores cómo la ‘diversidad’ y la ‘diferencia’ han garantizado nuestra supervivencia como especie.
Pregunta. ¿Dónde diría que se encuentra el ser humano en su viaje evolutivo?
Respuesta. Es una pregunta muy difícil de contestar. Creo que hemos llegado a un punto en el que la tecnología ha mejorado nuestra salud (en todo caso en cantidad, no sé si en calidad). Los progresos médicos (antibióticos, vacunas, etc) nos permiten vivir mucho más tiempo. Eso altera un poco la selección natural y, por consiguiente, nuestra evolución. ¡Para saber en qué punto nos encontramos tendríamos que hacer esta entrevista dentro de 3 o 4 mil años!
P. ¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos? Responda a la tercera pregunta.
R. No lo sé. Solo sé dónde me gustaría que fuésemos. A un mundo más tolerante Y, sin ninguna duda, hacia un mundo más respetuoso con el medio ambiente.
P. ¿Qué se ha “roto” en la evolución humana con nuestro alejamiento de la naturaleza?
R. No hay que verlo todo negro, quiero ver también la parte positiva de esa ‘ruptura’. Por ejemplo, si viviésemos en la naturaleza y la selección natural actuase ‘naturalmente’ (sin vacunas, ni antibióticos, ni ningún tratamiento médico), la mayoría de nosotros estaríamos muertos. No nos olvidemos que, a finales del siglo XIX, en Europa, ¡solo el 38% de la población alcanzaba los 40 años! ¿Le gustaría a usted que su familia estuviese expuesta a estas condiciones? A mí no. En cambio, la falta de respeto hacia el medio ambiente, ¡es algo en lo que hemos llegado demasiado lejos!
"Las denominadas razas son una construcción cultural y no biológica. ¿Pureza? No sé ni lo que quiere decir. Todas las poblaciones son el resultado de un mestizaje"
P. ¿Qué nos dicen los últimos descubrimientos sobre nuestra parte neandertal?
R. Que ese 2% de neandertal que hay en cada uno de nosotros nos ha permitido sobrevivir a ciertas enfermedades infecciosas, sobre todo las de origen viral. Es algo que desarrollo en profundidad en Humanos. Es uno de los grandes temas en los que trabaja mi laboratorio.
P. ¿De qué forma ha intervenido el mestizaje en nuestro proceso de adaptación?
R. El mestizaje, ya sea con los neandertales o simplemente entre diferentes poblaciones humanas, ha sido un ‘acelerador’ de la adaptación de los humanos a su ambiente, ya sea climático, nutricional o patogénico. El mestizaje aumenta la diversidad genética. Cuanto más diversidad genética, más probabilidades de adaptarse y, por consiguiente, de sobrevivir. Sin diversidad, no hay evolución y es el principio del fin de la especie.
P. ¿Qué le diría a los que habla de la “pureza de las razas”?
R. Primero, que el concepto de ‘raza’ en nuestra especie no tiene lugar porque la ciencia ha demostrado que, en la especie humana, las ‘razas’ no existen. Las denominadas razas son una construcción cultural y no biológica. ¿Pureza? No sé ni lo que quiere decir. Todas las poblaciones, en diferente medida, son el resultado de un mestizaje, más antiguo o más reciente. Los europeos, por ejemplo, somos el resultado del mestizaje entre cuatro poblaciones diferentes. Eso lo explico en detalle en el libro.
P. ¿Por qué nos encontramos diferencias inmunitarias en las distintas zonas geográficas? ¿De qué forma lo explica la evolución?
R. En gran medida, es el resultado del ambiente, diferentes exposiciones a los patógenos, diferentes climas (lo que afecta también a la presencia de más o menos patógenos). Nuestras diferencias inmunitarias reflejan cómo la selección natural ha permitido a las diferentes poblaciones humanas adaptarse a los patógenos que han encontrado a lo largo de la historia.
P. ¿Puede explicarse desde la genética las distintas formas culturales que se han desarrollado en el planeta?
R. No. No hay ninguna prueba científica por la que la genética afecte la cultura ni las capacidades intelectuales de la gente. En cambio, al revés, las tradiciones culturales de las poblaciones pueden afectar a la genética. Por ejemplo, en las sociedades tradicionales que practican la endogamia, esa práctica cultural afectará la diversidad de la población, reduciéndola.
P. ¿Hemos bajado la guardia ante virus y otros agentes? ¿por qué?
R. Sí y no. Sí, porque hay tratamientos que nos pueden ayudar a vencerlos, gracias a la ciencia. Aunque no creo que bajar la guardia sea una solución. El caso de la Covid-19 nos ha ensenado que es mejor ir con cuidado y evitar infectarse. Nunca se sabe cómo reaccionará nuestro organismo, con vacuna o sin ella.
P. ¿Está la genética en sus mejores momentos (científicamente hablando)?
R. Creo que sí. Científica y éticamente estamos en un muy buen momento. Hay que trabajar para la sociedad, respetándola y teniendo cada vez más tecnología que nos permita mejorar nuestra salud. Aunque la mayoría de los gobiernos continúen invirtiendo tan poco en ciencia… Sin ciencia no hubiese habido vacuna contra la Covid, ¡¡No sé dónde estaríamos hoy sin la vacuna!!
P. ¿Cree que estamos a las puertas de la medicina a la carta (personalizada)?
R. Sí, la veremos realmente aplicada en unos 10 o 15 años, al menos eso espero. Eso nos permitirá un tratamiento de los pacientes más respetuoso y más adaptado, no solo a su genética, sino también a su modo de vida, su alimentación, su edad, etc.