El artículo publicado por los investigadores Yi Yang y Xiaodong Song, de la Universidad de Pekín, en la revista Nature Geoscience ha levantado inquietud y sorpresa. Aunque sus hallazgos son importantes, algunos aspectos sobre el núcleo de la Tierra que más se han difundido son conclusiones basadas más en el deseo de nuevos datos y en opiniones personales que científicas. Recorremos cinco claves de la mano de Maurizio Mattesini (Empoli, Florencia, 1970), catedrático de Física de la Tierra en la Complutense de Madrid e investigador del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM).
Pérdida de velocidad
El estudio que se ha publicado afecta a la velocidad de rotación relativa del núcleo interno respecto al manto y la corteza de la Tierra. Se le ha dado un "puntito" de morbo a lo que que se ha recogido en los medios. Alguien ha puesto que el núcleo se va a parar, que cambia de dirección y cosas así, y el artículo no va de eso. El trabajo añade información a un conocimiento previo que ya tenemos desde el año 1969. Nos faltaban los últimos años. Lo que han hecho los científicos chinos es aumentar la colección de esos datos. En algunas décadas, el núcleo interno ha ido un poco más rápido, se llama 'superrotación', otras iba un poco más despacio y otras parecía ir igual al manto. Si sumamos todas esas variaciones desde el 69 hasta el último trabajo publicado tenemos una curva que fluctúa con el tiempo y que nos permite decir que la duración del día, como máximo, ha variado un milisegundo. La fortaleza de este estudio es que han añadido los últimos años a esa curva temporal.
Giro contrario del núcleo
Nunca han dicho esto y no tenemos evidencia. Son simplemente pequeñas diferencias de la velocidad relativa entre el núcleo interno y todo lo que está alrededor: manto, corteza... Todo eso es debido a que entre el núcleo interno sólido y el manto hay un colchón de material fundido, que es el núcleo externo, que puede dar lugar a pequeñas aceleraciones o desaceleraciones del núcleo respecto al manto.
Afectará al clima
Esa es otra especulación. El hecho de que esta evolución del núcleo tenga una fluctuación por décadas no quiere decir que haya una correlación con respecto al clima. No hay evidencia científica. Puede ser una opinión de los autores del artículo. Aunque podría estar relacionado, nadie ha demostrado por qué.
Nivel del mar y duración del día
Otra suposición. No hay ninguna demostración de que vaya a subir el nivel del mar con las fluctuaciones del núcleo señaladas. Es una suposición que la parte más interior del planeta esté relacionada con la parte más exterior. Luego están las mareas y la Luna. El fenómeno que hace que a lo largo del tiempo la rotación del planeta se vaya ralentizando un poquito se debe a que la Luna se va alejando poco a poco cada año (unos tres o cuatro centímetros). Esto hace que, de forma natural, la rotación vaya perdiendo un poco su fuerza. En los tiempos geológicos, por ejemplo en el Mesozoico, se calcula que, por el estudio de los corales, el día duraba 23 horas. Iba más rápido. Desde entonces hasta ahora ha aumentado hasta 24. Es decir, es un fenómeno que se conoce. En 1996 se detectó una anomalía, que se empezó a investigar debido a cierto desacople entre el núcleo y el manto. El artículo que nos ocupa se mete en un fenómeno ya conocido que está relacionado con la presencia de la Luna (y por lo tanto de las mareas), pero eso es otra cosa aparte que se detectó en aquel año y que se ha venido estudiando desde entonces.
Cambios en la dinamo terrestre
Un tema en el que sobran especulaciones. Sería muy interesante ver si esta fluctuación del núcleo con el manto podría desatar un debilitamiento o una inversión del campo magnético. Es algo muy apetecible, algo que se debe investigar y que se está investigando pero sobre lo que no aún hay ninguna evidencia.